Cuando te enteras que Thom Yorke (Radiohead) prepara material nuevo y que este lanzamiento vendrá de la mano de un corto de 15 minutos dirigido Paul Thomas Anderson (Magnolia, There Will Be Blood, Boogie Nights), no puedes más que frotarte las manos y esperar con ansias la fecha de estreno.
Finalmente llegó ese momento y desde el 27 de junio se puede disfrutar de Anima en Netflix, a lo que se ha descrito como un «one-reeler», término con el que se hacía referencia a un film, frecuentemente una caricatura o una comedia, de unos 10 a 12 minutos de duración contenidos en un rollo de celuloide, los cuales eran especialmente populares durante la época del cine mundo. Como es costumbre, la descripción de la plataforma deja mucho que desear: «Thom Yorke de Radiohead protagoniza un corto audiovisual alucinante dirigido por Paul Thomas Anderson. Para subir el volumen». Y creo que es en lo único en lo que coincidimos, que hay que subirle el volumen.
Desde que presionas el botón de Play puedes ver cómo la pantalla reproduce una introducción totalmente nueva a la clásica N a la que Netflix ya nos tiene acostumbrados, de aquí en adelante es cuestión de relajarse, soltar los sentidos y permitir que la música y las imágenes nos inunden con ese mensaje críptico tan propio de esta afortunada mezcla sensorial cortesía de los dos autores.
El viaje inicia a través de los sonidos experimentales que podemos escuchar en sus primeros minutos, donde eventualmente la fusión de música e imagen es casi imperceptible. Simbolismo, existencialismo y los sonidos de teclados distorsionados nos llevan a través de temas como la monotonía del ser humano, las relaciones interpersonales, el trabajo rutinario y la forma en que la vida se escapa a través del pesado y constante paso del tiempo.
Así que si aún no te has tomado el tiempo de ver Anima, te invito a que busques el rincón más cómodo de tu casa y acompañado de tu bebida favorita inicies esta travesía sensorial de tan solo 15 minutos
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