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Vivimos una era en la que las mujeres son más protagonistas que nunca de sus propias aventuras, y el mundo superheróico no estaría ajeno a esto. Con la llegada de Wonder Woman a las salas de cine, la industria comprendería que era el turno a las chicas. Posteriormente tendríamos a Capitana Marvel, mientras que en la pantalla chica Supergirl ya había allanado el camino para luego tener a DC’s Legends of Tomorrow liderada por mujeres y Batwoman. Es en este contexto que también surge Stargirl, no solo para contarnos sus increíbles aventuras comiqueras, sino para darle significado a la palabra «legado» de DC Comics.
Courtney Whitmore fue conocida, originalmente, como la segunda Star-Spangled Kid -llamada también «Stars» o «Star»-, sin embargo asume el nombre de «Stargirl» desde que Jack Knight (Starman) le entrega el Bastón Cósmico. No me considero experta en el personaje pero me gusta, pues casi siempre la he visto acompañada de muchos otros, sobre todo con la Sociedad de la Justicia de América –JSA, el primer grupo de superhéroes de la historia, provenientes de la edad de oro de la editorial-.
Stargirl ha aparecido en series, programas de animación y películas, pero nunca como protagonista. Con estos escasos antecedentes la recibimos en su propia serie y no solo a ella, también al legado de la JSA. Es conveniente decir que el show es creación de Geoff Johns, quien basó el carácter y personalidad del personaje en su hermana menor, también llamada Courtney, quien murió trágicamente en un accidente aéreo en 1996.
La serie plantea una reinvención de Stargirl, una apuesta a lo seguro ya que esta sería escrita por su propio creador, lo que reduce las posibilidades de arruinarlo. Courtney Whitmore (Brec Bassinger) es obligada a mudarse con su familia a una localidad pequeña, en la que descubrirá el poderoso Bastón Cósmico y que su padrastro Pat Dugan solía ser el compañero de Starman, un integrante del mencionado grupo de héroes, lo que le dará la inspiración para convertirse en una superheroína, para toda una nueva generación de superhéroes y, por ende, una nueva JSA.
Dicho esto, la primera temporada de Stargirl sigue a Courtney como una estudiante de secundaria, una década después de que la mayoría de los miembros de la Justice Society of America murieran en una batalla en contra de la Injustice Society of America. Ella se empeñará en reclutar a jóvenes para recoger el legado de la JSA y, a la vez, convencer a su padrastro para retomar su rol en contra de la nueva amenaza, la reaparición de aquel equipo de villanos que hace 10 años venciera a los héroes.
Para la segunda temporada el reto era muy grande.Seguimos en Blue Valley, aparentemente los problemas se han resuelto, ya no hay peligro y es momento de disfrutar del periodo vacacional; claro que Courtney y compañía tendrán que llevar clases verano, pues salvar el mundo fue más importante que ir a la escuela. En este contexto reaparecerá Cindy con un extraño objeto con el que promete retomar una nueva Injustice Society of America, aunque detrás de todo estará Eclipso, un ente que se alimenta del miedo y el odio, llegando a someter a Blue Valley en la más profunda oscuridad. De este modo, el villano es esencial para desarrollar una temporada más profunda y con aspectos psicológicos muy potentes, vinculados al miedo, a la culpa, al odio, al arrepentimiento y a la oscuridad interior, entre otros.
Stargirl no baja ni un escalón en su segunda temporada, pero tampoco se despega de la primera. Podríamos decir que los guionistas apuestan por algo diferente, y les sale bastante bien. He leído los comics de Stargirl lo suficiente para poder afirmar que el personaje está tratado con precisión respecto al material original.
La serie es un gran ejemplo de cómo se hace un producto con corazón, inteligencia y conociendo a sus personajes pues, a pesar del limitado presupuesto, la historia, las secuencias de acción, los momentos comiqueros y los diálogos atrapan completamente a los espectadores, dejando claro que la producción no es perfecta pero tiene mucho que mostrar. Por otro lado, creo que es destacable el riesgo que corre la serie al asumirse como lo que es, un producto que surge de los cómics, y por eso veremos a nuestros héroes y villanos caracterizados con nostalgia, con los trajes que, aunque puedan parecer algo absurdos, funcionan perfectamente dentro de la historia que nos cuentan.
El guion es sobresaliente, los personajes están bien escritos y sus diálogos son potentes, incluso Bárbara (la madre de Courtney) tiene poco que decir, pero lo que dice logra su cometido: motivar, develar información crucial o conmover. El comportamiento de Courtney, aunque tarda, es de crecimiento y de madurez. Ella asumirá su rol, lo que es y lo que debe hacer para vencer a las sombras. Y, hablando de sombras, el villano de la temporada está al nivel: Eclipso infunde miedo, aun sin estar presente, sometiendo a sus víctimas a las torturas más crueles, ya que no puede haber algo peor que enfrentar nuestros propios miedos, culpas, remordimientos y odios, es decir nuestra propia oscuridad. Los sentimientos y el poder del amor no son recursos fáciles para resolver situaciones de la trama, puesto que los personajes reaccionan con coherencia aportando a su desarrollo. También merece destacarse que, aún cuando hay muchos personajes, todos tendrán su momento, su desarrollo y su contribución en la resolución del conflicto.
No quiero dejar de resaltar que Stargirl se ambienta en un mundo adolescente, siendo el pretexto perfecto para tratar situaciones de los comics bajo la mirada del superheroísmo tradicional; pero a su vez, profundiza con coherencia respecto a la situación y a la personalidad de los personajes, complejizando la trama haciéndola más adulta. Es decir, en esta temporada el mundo adolescente es un pretexto luminoso que poco a poco se oscurece, para hacer que los personajes evolucionen, maduren y crezcan, dejando ver que aunque sean casi niños no son tontos, ni caen en argumentos trillados.
Cabe señalar que aún hay aspectos que se deben mejorar en la serie. Si bien las actuaciones están muy bien, por momentos se siente teatral y demasiado noventera, con esas pausas largas al final de una situación conflictiva, con los primeros planos de los personajes. Totalmente innecesario pues le quitan fluidez y ritmo a la serie. Asimismo, si bien es notorio el esfuerzo por afinar los efectos visuales y CGI, todavía es necesario mejorarlos, pues muchas veces la épica de la acción se pierde por deficiencias técnicas. Se espera que con la suma de presupuesto por parte de HBO Max podamos disfrutar aun más de los momentos de acción.
Finalmente, Stargirl es una de esas muy gratas sorpresas que en apariencia estaba destinada a un público juvenil, pero que en el fondo logró atrapar al fan más acérrimo de DC, a los amantes de los cómics, a los fieles seguidores de la JSA. Esta segunda temporada llegó para decirnos que no importa lo juvenil que sea, Stargirl también puede ser profunda y oscura, tratar temas psicológicos, pero que siempre terminara brillando dejándonos con ganas de más.
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