Infidelidad y falta de dinero, ¿cuándo esos dos factores no fueron el disparador de cualquier plan descabellado? Para revertir su situación, nuestras tres protagonistas dejan de lado el comportamiento legal y, enfocadas en cambiar su actual realidad, deciden tomar el toro por las astas y hacer lo que sea necesario…
Esta es la trama central de Good Girls, la comedia de NBC creada por Jenna Bans, que también distribuye Netflix. En una muy bien lograda mezcla entre Breaking Bad y Desperate Housewives, pero que a la vez tiene su esencia propia, la serie nos cuenta la historia de tres madres suburbanas, con Elizabeth «Beth» Boland (Christina Hendricks) a la cabeza, su hermana menor Annie Marks (Mae Whitman) y Ruby Hill (Retta), quienes se unen en armas para conseguir sus objetivos.
Todo comienza cuando Beth descubre que su marido le ha sido infiel. Y no solo eso, sino que también ha estado malgastando los fondos familiares y están a punto de perder su casa. Por otro lado Annie, habiendo sido madre muy joven, ahora con una niña entrando en la adolescencia y con un aparente dilema en cuanto a su identidad, tiene que lidiar con su expareja que solicita la custodia total de la joven. Y por ultimo tenemos a Ruby, que con su trabajo de camarera y con el de agente de policía de su marido, el honesto Stan Hill (Reno Wilson), les resulta imposible afrontar los gastos médicos que les genera una de sus hijas, la cual necesita tratamientos renales muy costosos. Cuando juntamos todos estos problemas, salta a la vista una posible solución, o al menos eso piensan ellas: asaltar el supermercado donde trabaja Annie. Con un plan perfectamente pensado, máscaras y armas de juguete, deciden dar su primer paso en la vida criminal. Ejecutado el robo, llega la hora de contar el botín obtenido y todo sale bien. Mejor dicho, demasiado bien… Para sorpresa de las tres novatas criminales, la caja fuerte del supermercado contenía mucho más dinero del que esperaban. Y ahí es donde empiezan los verdaderos problemas.
Sin adentrarse en más detalles del argumento, es momento de un curso intensivo y acelerado en el bajomundo criminal, obviamente sin dejar de conservar la apariencia y la atención que sus respectivas familias necesitan. Durante la primera temporada vemos la indudable unión y excelente química que existe entre las tres protagonistas y cómo se dan ánimo y confianza para seguir adelante, cuando saben que lo que hacen está mal y, lo que es mucho peor, que podrían resultar perjudicados sus seres queridos. Es muy adictivo el omnipresente «Girl Power» para afrontar cualquier situación que surja, desde un intento de violación hasta lidiar con líderes pandilleros. Ya en la segunda temporada, las apuestas crecen de manera muy significativa y los delitos en los que se ven involucradas son cada vez más graves.
Good Girls es un dilema muy placentero, en el cual uno nunca está seguro de si ve una comedia o un drama; donde lo que prima es la excitación de saber que las protagonistas están haciendo algo que no es legal, y nuestra necesidad de esperar que todo les salga como lo planean; saber que las presiones financieras pasan a un segundo plano y ahora es más que nada sobre el poder femenino, la autodeterminación y que son capaces de lograr cualquier cometido, dentro o fuera de la ley.
Razones para ver Good Girls
– La excelente química entre las protagonistas, tanto Beth con su hermana menor Annie, y ambas con su amiga Ruby, siempre juntas cualquiera sea la situación.
– La extraña necesidad que tenemos de que prospere la relación entre Beth y el personaje de Manny Montana (The Mule), de dos mundos distintos. Nunca mejor dicho, los opuestos se atraen.
– Las caras y silencios de las tres protagonistas. Es muy gracioso ver cómo se sorprenden con cada situación nueva que tienen que afrontar.
– Christina Hendricks. Su papel de Beth es realmente extraordinario. El contraste, entre delincuente y una madre ejemplar, es de lo mejor de la serie. Es fantástico cómo puede planear un cronograma de entrega de drogas, pero a la vez estar pendiente de usar posavasos en su casa; atenta a cualquier detalle para que no las descubran y a que a ninguno de sus hijos le falte nada para el almuerzo en la escuela. Con tintes de psicópata, para mí, es lo mejor de la serie.
– Una vez que comenzamos a verla es inevitable no recordar al gran Walter White. La creadora Jenna Bans (Grey’s Anatomy, Scandal) expresó que el show está inspirado en series como Breaking Bad y películas como Thelma & Louise, pero con una visión más ligera que le da cabida a la comedia.
– Es una serie inclusiva, con personajes homosexuales y un chico transgénero, sumándose así a la ola de cambio que sacudió a la industria en el último tiempo.
Hay tercera temporada confirmada
«Estamos muy entusiasmados de continuar con la amistad y las aventuras de estas tres mujeres increíbles y, al mismo tiempo, explorar las relaciones de manera divertida y sorprendente», revelaron Lisa Katz y Tracey Pakosta, co-presidentes de programación de ficciones en NBC Entertainment. Debido al acuerdo con Netflix, y al éxito de la primera y segunda temporada -que tiene un promedio de 2.4 millones de espectadores-, la cadena televisiva decidió renovar la ficción protagonizada por Christina Hendricks, Mae Whitman y Retta para una tercera tanda de episodios.
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