¿De qué va? Tres extraños que comparten la obsesión por el «true crime», de repente se ven atrapados en uno.
Estrenada en agosto de este año a través de las plataformas Hulu en Estados Unidos, Disney+ en buena parte del mundo y Star+ en Latinoamérica, esta miniserie de misterio y comedia cuenta con 10 episodios de alrededor de 25 a 30 minutos de duración cada uno. Sus protagonistas son Steve Martin, Martin Short y Selena Gómez.
Creada por el propio Steve Martin junto a John Hoffman, Only Murders in the Building cuenta la vida de tres vecinos del «Edificio Arconia» -para cuya locación utilizaron el edificio real Belnord, en el noroeste de Manhattan- llamados Charles Haden-Savage (Martin), Oliver Putnam (Short) y Mabel Mora (Gómez), que son aficionados a los podcasts de «crimen real» (true crime) y se ven involucrados en la investigación de un asesinato en su edificio, el que fuera en un principio catalogado como suicidio. A partir de esta investigación, deciden crear su propio podcast que llevará el nombre de la serie.
Debo decir que me fue imposible encontrarle un aspecto negativo, principalmente porque desafía al propio espectador. Cuando creemos que sabemos más que la propia serie, nos tira un nuevo giro en el pensamiento de los personajes que pareciera ser una burla cariñosa de los escritores al estilo de «¿Creíste que no nos dimos cuenta de esto?». Sin embargo, deja sus buenos y notables cabos sueltos para su más que esperada segunda temporada.
Una de las cosas que me sorprendió no omitir fue la introducción y la razón es que es simplemente maravillosa. Desde la elección de la animación, la música y el tono de la misma, ya nos presenta algo que se nota muy maduro y pensado en cada detalle. Los ganchos o cliffhangers de cada capítulo hacen que sea muy difícil no querer verlos todos de un tirón, principalmente en el anteúltimo donde -a no ser que «lo vieras venir»- de seguro se te va a caer la mandíbula al suelo. La única manera de arruinarse la experiencia de este serie es que alguien te haya spoileado su final. Básicamente porque es una serie de misterio y allí deriva su gracia, en no saber qué sucede.
Narrativamente, me gustó que los conflictos de los personajes individualmente no convergieran solo en lo pertinente al podcast, sino que cada uno tiene sus propios motivos, problemas e historias a develar. El aspecto humorístico, por su parte, varía entre el chiste fácil, el sarcasmo y el humor negro, por lo que tampoco resulta aburrido o repetitivo. Estéticamente, la serie tiene un tono muy cuidado en sus detalles y en representar la vida dentro de un edificio como lo que es. Hay que tener en cuenta que mayormente las locaciones son dentro del edificio, por lo que cada departamento nos cuenta mucho más de sus inquilinos que los propios inquilinos en sí, y el nivel de decoración roza lo imponente. La serie tampoco teme jugar con los tipos de narración audiovisual: por ejemplo, hay un capítulo centrado en un personaje sordo y dicho episodio carece casi completamente de sonido. Maravillosa jugada.
Hay dos adiciones que suman mucho al aspecto humorístico de la serie y esas son la representación de un grupo de fanáticos, y Tina Fey y Jane Lynch. Si no los convencí con todo lo anterior, esos dos nombres les tienen que dar un mínimo empujoncito de curiosidad.
Por último, a modo de dato de color, se menciona mucho a los «Hardy Boys», tanto en el grupo de amigos de Mabel como haciendo referencia a una saga de 38 libros de misterio re-editados desde 1959 hasta 1973. El dato es que también contó con su propia serie en la misma plataforma de Hulu en el año 2020, cuya segunda temporada espera su estreno para el 2022. ¿Publicidad solapada? Yo diría que sí, Kent. Pero que funciona, funciona.
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