10 películas que llegaron a la Argentina durante el año.
Cuando comenzó el 2020, la rutina de ir al cine, comprar una bolsa de pochoclos y perderse en una película durante un par de horas todavía era mundana. Era una tradición antigua y disfrutable. Sin embargo, la pandemia en curso ha cerrado las salas en todo el mundo, ha cambiado los planes de lanzamiento para los estudios de todos los tamaños y ha transformado potencialmente los hábitos de visualización en los próximos años. ¿Dónde dejó ese caos al cinéfilo comprometido? Con muchas películas para ver. Y aunque las formas y medios para adquirirlas hayan cambiado, dicho arte no se rindió ante la adversidad de las salas cerradas y siguió creciendo. La película aún tiene un papel que desempeñar para ayudar a las personas a salir adelante, por más difícil que sea el año. Prueba de esto, acá van un top ten de lo mejor del 2020 según su servidor:
Mientras Will Ferrell (Zoolander) adopta otra caricatura ambulante para su currículum, Rachel McAdams (The Vow) brilla en un personaje que saca lo mejor de su versatilidad. Puede que ni siquiera sea responsable de la voz de Sigrit -grabada por la cantante sueca Molly Sandén-, pero su interpretación equilibra muy bien momentos de ingenio cómico y su ya conocida sensibilidad conmovedora. Un film que no decepciona, con diálogos que pareciera que son improvisados, arranques de locura y un elenco exquisito: una aparición especial aleatoria de Demi Lovato y algunos buenos personajes secundarios, como Pierce Brosnan (Mamma mia!) y Dan Stevens (Beauty and the Beast). Tanto estrellato, combinado con una banda sonora llena de presencia, permite que sea más fácil embarcarse en la atmósfera de la película.
Adaptado de una historia de H.P. Lovecraft, este es un extraño horror de ciencia ficción retro-cósmico sobre un meteoro que choca contra la Tierra y desata un organismo extraterrestre. Dirigida por Richard Stanley (The Island of Dr Moreau), es el primer capítulo de lo que podría convertirse en una trilogía basada en las obras del famoso escritor. El film quizás tenga los ingredientes de un clásico de culto: la adaptación de Stanley es una pesadilla tensa, hermosa y oscuramente divertida, anclada en una montaña rusa con la actuación de Nicolas Cage. Color Out of Space rara vez decepciona en el frente visual, desde las alturas de la payasada interdimensional de el Color hasta la forma en que las luces cortan la niebla en la granja Gardner.
Desde los estudios de Bollywood nos llegó este año una historia emotiva e inspiradora que retrata un vínculo encantador entre un padre solidario y su hija. Es un drama maravillosamente creado con muchos momentos de piel de gallina. La película simplemente no deja de ser un mensaje atrevido, sino que también tiene un guion entretenido y atractivo. Despojado de su telón de fondo, Gunjan Saxena surge como un relato del sexismo cotidiano en el lugar de trabajo. Cambie el uniforme de Gunjan por un traje y el cuartel por una sala de juntas, y la película es igualmente una exploración de las mujeres que dan pasos cruciales en mundos exclusivamente masculinos a pesar de que tropiezan con tanta frecuencia. La visión de una mujer que se esfuerza por sobresalir en un ámbito hecho para hombres lleva a nuestra protagonista más allá del entorno de las fuerzas armadas y del mundo civil. Protagonizada por escenas de guerra aunque, sin embargo, la verdadera batalla tiene lugar en las partes intermedias.
Son muchas las historias de perros contadas en el cine con los estilos más variados. Togo, sin embargo, es un bello ejemplo de cómo hacer una narrativa eficiente y bien elaborada. Películas como On the Way Home y The Call of the Forest supieron cómo poner solo al perro en momentos de peligro. En esta, el director va más allá y crea toda una situación de inseguridad que ya se inició con la epidemia que pone en peligro a los niños de una ciudad y luego con la colosal tormenta que está por llegar y arrasar Alaska. Todas estas circunstancias crean algo más y hacen que el viaje esté plagado de adversidades. Además, si por un lado tenemos el encanto de Togo, por el otro era necesario contar con un protagonista de fuerte impulso, que tuviera un desempeño y presencia para que pudiera ser tan poderoso como el del perro. Willem Dafoe (The Lighthouse) consigue transmitir los sentimientos más diversos a lo largo de la trama, entre el sufrimiento y la rabia, y hace de un papel sencillo algo mucho más grande.
El film de Marialy Rivas (Joven y alocada) llegó a nuestras salas virtuales tres años tarde. Y aborda un caso real ocurrido en el Sur de Chile, sobre una joven de 11 años que vivía en una secta. Ese anclaje es, de todas formas, totalmente universal porque, como es sabido, se trata de un tema recurrente en pueblos y zonas alejadas de las grandes urbes. La película transita con un correcto ritmo todas las preguntas y, a veces, respuestas propias que se hace una niña que está a punto de tener su primera menstruación. Su relación con otros niños y también su interés por un joven. La voz en off, que marca el relato, es la de la propia Tamara que se pregunta si es correcto o no lo que está sufriendo. Pero el contexto la lleva a un lugar ya retratado en otros thrillers de suspenso como es el de una secta. Este lugar, alejado de la sociedad, es una prisión, mental al principio y física avanzado el relato, ya que las mujeres allí no son dueñas de su propio cuerpo. Princesita es un cuento de terror para chicos hermosamente relatado desde la perspectiva de una niña.
Soul es una perla más de Pixar, pero su belleza no es evidente: es necesario ahondar en los temas planteados en la película para comprender la magnitud del impacto de este largometraje, que escapa a la indumentaria cinematográfica occidental. El argumento parte de lo cotidiano para guiar al espectador a través de una historia con muchas capas; la más evidente de las cuales es la que trabaja los valores que le damos a las cosas en nuestra vida y la calidad que le damos al tiempo que nos queda. Las almas tienen un diseño estupendo y los otros seres que controlan y mantienen el orden en el Más Allá son simples y abstractos. El retrato de la espiritualidad es universalista, es decir, se adapta a cualquier fe y deja al espectador asombrado e intimidado. Al mismo tiempo, los temas musicales son muy diferentes a los que estamos acostumbrados en una película de Pixar, una mezcla de ciencia ficción y sonidos angelicales que ayuda a transportar al espectador al otro mundo. La ausencia de explicaciones hace que Soul sea más subjetiva, expansiva y desafiante. Nunca sabemos bien hacia dónde va la narrativa e incluso cuando detectamos un lugar común, la película ya lo está distorsionando. Sin embargo, la historia nunca nos deja confundidos o perdidos.
Sí, nuestro cine también tuvo sus joyitas. La ópera prima de Sebastián Tabany mezcla el romanticismo y la magia como parte del mismo universo en un film en el que nos vamos a quedar con ganas de ver más. Los efectos se lucen en esta primera aproximación del cine argentino a la temática de la magia, con un toque evidentemente fantástico. Hay muchos homenajes, magia, humor y una fuerza visual más que convincente. Pero no solo lo romántico es el sustento de la película: con una estética visual donde se respira el hipnótico mundo de René Lavand y de sus increíbles trucos con cartas, junto a las actuaciones destacadas del trío protagonista (Grandinetti, Delgado y Fardin), suman muchos puntos para ser un relato sólido donde nada es lo que parece.
Over the Moon da unas vueltas a favor con la idea de que es posible seguir adelante amando a los que se fueron y abriendo su corazón para que otros se sumen. Es así como se nos presenta una historia que mezcla el amor entre un padre viudo y su hija con la forma en que cada uno de ellos afronta el dolor. Entregando poco a poco un mensaje optimista de despedidas y un nuevo comienzo, junto con la inclusión de una protagonista femenina fuerte y con matices bien definidos, el film está lejos de ser algo similar a lo que fue Mulan, pero sirve como una versión moderna del coraje para una nueva generación. Y como si esto fuera poco, la película sigue emocionando sobre las escenas de los créditos finales, rindiendo homenaje a la guionista Audrey Wells, quien se enfrentó al cáncer mientras escribía el guion y, según los productores, quería dejar la película como una «carta de amor» para su marido y su hija. Una protagonista femenina, muchas canciones a lo largo de la narrativa, varias criaturas mágicas y adorables personajes secundarios. Una fórmula que funciona.
Christopher Nolan finalmente se pudo dar el gusto de conceptualizar sin límite alguno sus ideas sobre el tiempo y volcarlo a la gran pantalla en lo que es su proyecto más personal hasta el momento. Tenet, en este sentido, puede verse como un ejercicio pomposo y exagerado de segmentos temporales. A nivel narrativo, puede parecer un laberinto de intereses cruzados que se dirimen en diversas líneas temporales y en múltiples y memorables set pieces. Sin embargo, a nivel conceptual y sensorial, la película se construye, de manera elemental, como un movimiento permanente en dos direcciones, hacia adelante y hacia atrás, como el oleaje del mar por el que navega su trío protagonista. El director puede dejar la impresión de que quería llegar a otro nivel: mientras que las explicaciones crean capítulos separados como si fueran lecciones rápidas sobre lo que está sucediendo, también pueden estar creando descansos entre extravagancias. En este caso, poco importa si la audiencia está comprendiendo el todo o no, porque lo que importa es la experiencia abrumadora.
Taika Waititi parte de una premisa que parece unir a Charles Chaplin y Roberto Benigni, ridiculizando al dictador alemán desde una perspectiva infantil. Entre la ironía segura del primero y la cuasi-fantasía del segundo, ahora se encuentra esta obra que revisita el pasado y mueve el cine dentro de la historia del mundo. Waititi ha concebido su Tercer Reich con deliberada amplitud: hay un consejero de campamento de niños pavoneándose (Sam Rockwell), una secretaria viciosa (Rebel Wilson), una madre de voluntad e inteligencia sin igual (Scalett Johansson) y un geek altísimo de un agente de la Gestapo (Stephen Merchant), todos los cuales hincan sus partes cómicas con perfección en nuestras retinas. Esta maravilla del séptimo arte llena de energía estridente, golpea ritmos en todo el espectro emocional con una precisión asombrosa; no perdona la brutalidad, pero sin duda empatiza con el arrepentimiento. Imperdible.
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