El show de Noah Hawley finalizó su tercera y última temporada.
En la última década vimos crecer el género de los superhéroes hasta límites impensados. Llegamos a tener más de dos películas cada año y, lejos de mostrar signos de desaceleración, atraen audiencias en forma masiva. Hasta el 2018 teníamos a tres compañías que realizaban películas del género, Warner Bros. con los títulos de DC Cómics y Walt Disney Pictures y 20th Century Fox con los de Marvel. Cada uno de estos estudios, además, encaró proyectos televisivos con sus propiedades y Fox se lanzó al desarrollo de una serie derivada de los X-Men, mediante su canal FX.
Si bien los mutantes ayudaron a lanzar al éxito al género en el cine y su universo duró casi 20 años, con 12 películas lanzadas, estas tenían varias críticas constantes como la falta de coherencia y continuidad, lo cual creaba problemas con cada nueva entrega que salía. Sin embargo, el estudio sabía que la variedad de títulos generaría que el éxito empezara a concentrarse más con lo que, luego de las decepcionantes cifras de X-Men: Apocalypse -signo del desinterés del público por estos personajes-, sus siguientes tres producciones fueron bien diferentes dentro del panorama general de los superhéroes, verdaderos éxitos que fueron aclamados por la crítica: dos en la pantalla grande, como Deadpool y Logan, y Legion en la chica.
Finalizada en días pasados, la serie -de 27 capítulos repartidos en 3 temporadas-, era algo nunca visto en televisión. De la mano de Noah Hawley (Fargo) llegó un show que no solo nos mostraba la historia de un villano como protagonista, sino también una historia de amor, con un formidable despliegue creativo y visual. La serie optó por mostrarnos a los mutantes bajo el ojo de la mente de cada personaje, pero como estos tienen varios problemas psicológicos, el viaje se vuelve exótico, por decir algo. Cabe señalar que, para ver la serie, no hace falta ver las películas del grupo de héroes, solamente saber qué es un mutante y conocer a Charles Xavier, ya que es vital para el desarrollo de la historia.
El protagonista es David Haller (Dan Stevens), un hombre diagnosticado con esquizofrenia e internado en un hospital psiquiátrico luego de un intento de suicidio, quien descubre que su condición se debe a su mutación. Un personaje bastante peculiar, que lleva consigo muchas cargas a lo largo de su vida, y que no puede distinguir lo que es real de lo que no, siendo esto lo mismo que experimenta la audiencia. Un típico episodio de la serie está lleno de momentos en los cuales el espectador no sabe si lo que está presenciando es algo que está pasando realmente en este universo o si es un recuerdo de algún personaje, la imaginación de otro, un sueño o si alguien está usando sus poderes.
Todo esto hace que la audiencia esté atenta en todo momento, y sea expuesta a la diversa cantidad de efectos que no se ven en otros programas de televisión. Desde la representación de los poderes hasta los problemas psicológicos de David y otros personajes, se cambian varios clichés del género. No solo visualmente sino en forma conceptual, como las peleas -en la serie los personajes, en especial aquellos con poderes mentales, batallan en danzas coreografiadas, o con animaciones dibujadas a mano-, el plano astral -el cual se muestra como una realidad oscura con un témpano de hielo en medio- o hasta los viajes en el tiempo -no sólo con las reglas, sino con la caracterización-. Todo esto mientras mantiene una trama interesante, con giros complejos, sorpresas y, tal vez lo mejor de todo, sin relleno. Cada capítulo es necesario y lleva adelante a los personajes y la trama de manera orgánica.
La serie usa varios recursos a su disposición para poder contar su historia, desde la fábula de Zhuang Zhou -la cual cuenta la historia de Zhuang quien, al dormir, soñó que era una mariposa y lo fue tanto tiempo que olvidó que era Zhuang Zhou, y cuando despertó quedo con la duda de si era un hombre que soñó con ser una mariposa o es una mariposa soñando que es un hombre-, hasta las definiciones de delirio, idea y locura -las cuales muestran el nacimiento y crecimiento de una idea que va desplazando a las más racionales, destruyéndolas-. Todas son segmentadas en partes distintas, de acuerdo a la temporada que uno está viendo. La primera nos introduce al mundo y sus personajes, siendo el foco el despertar de los poderes de David así como la amenaza constante del Rey Sombra. En la segunda vemos una carrera en contra del tiempo para detener un evento apocalíptico en un futuro no distante donde, para evitarlo, los protagonistas deben ayudar al antagonista. Finalmente, la tercera temporada nos muestra a un David en búsqueda de una solución permanente para sus problemas mientras sus enemigos hacen todo lo posible para detenerlo. Todo este viaje incluye varios momentos de suspenso, tensión, locura y drama en un paquete completo que te invita a descifrar el concepto de historia de Legion.
A pesar de ser tan única y genial y de haber cosechado varios premios durante su emisión, la serie no es perfecta. Es que a veces parece quedarse mucho tiempo en lagunas filosóficas o en historias que dan la impresión de no llevar a ningún lado. Además de que el foco de la serie es David más que ningún otro personaje, siendo que al final es su historia la que tiene un cierre mientras que el resto casi no obtiene ningún tipo de conclusión a su viaje. Pero estos defectos se ven opacados constantemente con su enfoque en los personajes, su trama y los constantes misterios que muestra. Altamente recomendada si una película como Eternal Sunshine of the Spotless Mind es de su gusto. Las primeras dos temporadas se encuentran disponibles en Netflix para poder adentrarse en este extraño, peculiar y único viaje.
Aparte de Stevens, en su elenco la serie también cuenta con Navid Negahban (24, Aladdin) como el Rey Sombra, Jemaine Clement (Men in Black 3, What We Do in the Shadows) y Jean Smart (Frasier, Fargo) como Oliver y Melanie Bird, Rachel Keller (The Society) como Syd, Aubrey Plaza (Scott Pilgrim vs. the World, Child’s Play) como Lenny, Harry Lloyd (Game of Thrones) como Charles Xavier y más. Hawley se desempeñó como productor ejecutivo junto a Lauren Shuler Donner (X-Men: Days of Future Past), Simon Kinberg (Fantastic Four), Jeph Loeb (Agents of S.H.I.E.L.D.), Jim Chory (Daredevil) y John Cameron (The Big Lebowski).
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