La década de DC Cómics y sus héroes

Batman y Wonder Woman salvaron al estudio del fracaso.

El fin de año es el momento para hacer balances, análisis y reflexiones, algo que se potencia todavía más cuando se produce un cambio de década. Estos primeros días del 2020 se prestan como una ocasión ideal para repasar lo que ha sido el trabajo de DC en el terreno cinematográfico durante la etapa que se fue, como para poner la mirada en lo que vendrá a futuro.

Warner y la editorial estadounidense parecían listas para comenzar la década anterior con el pie derecho, después del inmejorable éxito de The Dark Knight y con planes de avanzar con una nueva historia de Superman. El primer paso, no obstante, sería uno en falso. En el 2011 se lleva a la cartelera a otro integrante de la Liga de la Justicia, con Ryan Reynolds al frente de Green Lantern. El proyecto llevaba años en desarrollo y, cuando finalmente vio la luz, resultó en un severo fracaso de crítica y taquilla, que puso fin a la planeada idea de hacer una continuación. El tiempo convertiría al film de Martin Campbell (GoldenEye, Casino Royale) en el remate de los chistes, disparados por su propio protagonista tras cambiarse de vereda a Marvel junto a Deadpool.

Un año después, Batman anotaría otro éxito para las compañías con el fin de la trilogía de Christopher Nolan. Con un Christian Bale cansado de usar la capa y con la trágica muerte de Heath Ledger a cuestas, The Dark Night Rises daba cierre a la aclamada historia del Hombre Murciélago. Con un presupuesto de 230 millones de dólares, recaudó más de mil millones a nivel mundial y cosechó críticas en su mayoría positivas. Nolan, además, daría su bendición a un guion de David S. Goyer para llevar de nuevo a Superman a la pantalla grande, idea que contaría con el visto bueno del estudio que lo convocaría como productor.

Tras el buen paso de Zack Synder al mando de Watchmen (2009), y con el envión dado por el Caballero Oscuro, el estudio decidió avanzar con Man of Steel. Con una mirada más adulta, que en cierto modo imitaría el modelo empleado en la última trilogía de Bruce Wayne, introducía al mundo a Henry Cavill (The Witcher) como el Hombre de Acero que se necesitaba. Con un presupuesto de 225 millones de dólares, recaudaría cerca de 670 millones a nivel mundial y envalentonaría al estudio a ir por más. Del lado de enfrente, Marvel acababa de finalizar su Fase 1 en su ahora llamado Universo Cinematográfico. Iron Man, The Incredible Hulk, Iron Man 2, Thor y Captain America: The First Avenger trazaron el rumbo hacia The Avengers, un masivo éxito de crítica y recaudación, que proponía una serie de films interconectados. Aquello llevaría a Warner y DC a cometer el error de tratar de ponerse a tiro con su armado colectivo, pero sin desarrollar apropiadamente sus partes.

En el ahora llamado Universo Extendido de DC, Snyder propuso llevar a la pantalla a los dos mayores pilares de la editorial y la industria del cómic: Batman y Superman, juntos por primera vez. En el año 2016 llegaría Batman v Superman: Dawn of Justice, ambiciosa producción que introducía a Ben Affleck en el papel de Bruce Wayne y Cavill repetía como el kriptonyano, en tanto que se integraba a otro emblemático personaje con la Wonder Woman de Gal Gadot, completando a la trinidad y dándole a los fanáticos una imagen de ensueño. Las malas críticas no respaldaron al proyecto, que con una recaudación final de 873 millones de dólares estuvo lejos de considerarse un fracaso, pero también de alcanzar los valores esperados de semejante reunión en pantalla grande. Así, el estudio se puso en alerta y empezaron las dudas respecto al futuro de La Liga de la Justicia.

El siguiente movimiento del DCEU era uno arriesgado, el de introducir a un grupo de villanos poco conocidos de las páginas de los cómics en Suicide Squad. Con un elenco de grandes figuras, con Margot Robbie, Will Smith y el Joker de Jared Leto como los principales atractivos, el film de David Ayer también recibiría un pulgar abajo de parte de la crítica especializada y seguiría el rumbo de decepción en taquilla marcado por su antecesora, con cerca de 750 millones generados en todo el mundo. Las buenas interpretaciones de sus actores más reconocidos dejaron la puerta abierta a una secuela, así como a una variedad de proyectos adyacentes que finalmente no terminarían de prosperar.

El gran impacto generado por Gadot con su atuendo de amazona, de lo más positivo dentro del universo, dieron luz verde a su película en solitario. DC le ganaba a Marvel al poner a una mujer al frente de su propio film, en tanto que Patty Jenkins -a quien se había buscado para Thor: The Dark World– sería la encargada de llevarla adelante. Wonder Woman anotaría el refrescante éxito que el estudio tanto necesitaba, un cambio de aire bien recibido por la prensa y la audiencia que, además, tuvo un buen paso por la taquilla global, con números próximos a los de Batman v Superman pero con un costo de producción considerablemente inferior.

Detrás de Wonder Woman sería el turno del plato fuerte con el que se conquistaría al mundo, aquel proyecto que reunía a todo el equipo de héroes. Justice League reunió a los superhéroes más emblemáticos de DC, con Batman y Wonder Woman al frente de la carga, acompañados por Flash, Aquaman y Cyborg. La expectativa otra vez era grande, la ilusión de ver por primera vez al grupo reunido y así rivalizar con los Vengadores, pero el resultado fue abismal. La crítica la destrozó y los números fueron una absoluta decepción. Con cerca de 658 millones de dólares recaudados a partir de un abultado presupuesto de 300, se puede considerar que el gran tanque de DC fue un rotundo fracaso. Los planes de dar pie a una secuela -que se preveía para el 2019- fueron puestos en espera y posteriormente descartados, en tanto que llegaría el momento de definir qué rumbo seguir.

Con el fiasco consumado, el estudio decide moderar la ambición del universo extendido y bajar todo el calendario que tenía ya dispuesto. Simplemente decidieron poner el foco en películas en solitario, como Aquaman y Shazam, ambas con un paso sólido por la cartelera del mundo y con el visto bueno de la crítica. Las expectativas empezaban a mejorar para Warner y DC con dos triunfos consecutivos, y la década se cerró de la mejor manera posible con el estreno de Joker. Sin integrar el DCEU, se despedía la etapa 2010/2019 en la forma en que se iba la anterior, con un proyecto prestigioso aclamado en todo el mundo y con una recaudación récord. El 2020 se abre en carrera por un lugar entre los contendientes por los Premios de la Academia, después de haberse hecho con dos Globos de Oro.

En estos diez años, DC Comics contiene más fracasos que aciertos. El buscar copiar a Marvel para derrotarlo en taquilla fue un tiro que salió por la culata y desbarató un promisorio armado de personajes, por querer apurar las cosas y no trabajar uno a uno en los héroes, como se planearía hacer de ahora en adelante. Ben Affleck está fuera como Batman luego de dos películas y un cameo en otra -nunca llegó a tener su film en solitario, que tampoco pudo dirigir-, mientras que sigue la duda de si Henry Cavill sigue vinculado al Hombre de Acero, quien indudablemente merecía tener un segundo proyecto individual.

Con el comienzo de una nueva era, vuelven a aumentar las expectativas sobre DC Comics, renovando esperanzas por lo que tiene en un horizonte próximo. Lo primero que se estrenará es Birds of Prey, un vehículo de lucimiento para la Harley Quinn de Margot Robbie que fue la gran ganadora de Suicide Squad, mientras que posteriormente llegará Wonder Woman 1984, con Gal Gadot como la cara visible de este universo cinematográfico. El 2021 traerá otros dos platos fuertes con un nuevo reinicio de The Batman, ahora con Robert Pattinson en el rol del título, así como The Suicide Squad, una secuela / reboot que nos presentará a otro grupo de villanos, ahora bajo la mirada de James Gunn (Guardians of the Galaxy). Y a futuro, una segunda Aquaman y el film en solitario de The Flash, que dirigirá el argentino Andy Muschietti. En principio, esta nueva década se ve igual de prometedora para Warner y DC que cuando empezó la otra. Resta esperar que se haya aprendido de los errores y de la experiencia.

Alejandro Acosta

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