De cómo el legendario actor empezó su carrera y demás curiosidades.
Allá por el año 1942, un 13 de julio como este, nacía Harrison Ford en Chicago, Illinois, Estados Unidos, hijo de padre católico y madre judía, con abuelos procedentes de Alemania, Rusia e Irlanda. Harrison, junto a su hermano menor Terrence, creció en el seno de una familia de clase media. Considerado por mucho tiempo como unos de los actores más cotizados de Hollywood, con miles de millones de dólares recaudados a lo largo de su vasta filmografía, Ford es mundialmente conocido por su gran diversidad de personajes, pero lo que lo catapulto a la fama fue su participación en Star Wars, una de las sagas más icónicas de la historia del cine, donde encarnó al querible Han Solo.
Pero no siempre todo le fue sencillo. Como es común en la industria con los jóvenes actores que tratan de triunfar por sus propios medios, comenzó su carrera con participaciones en películas de muy bajo presupuesto, con contratos de escasa paga semanal y con papeles de tan poca relevancia que ni siquiera su nombre era considerado para aparecer en los titulares. Sería recién en el film A Time For Killing (1967) que se ganaría el derecho a aparecer en los créditos, pero bajo el nombre de Harrison J. Ford, para diferenciarlo de un antiguo actor de cine mudo que lleva su mismo nombre.
El poco dinero que ganaba, con los pequeños papeles que obtenía, llevó a Ford a buscar nuevos horizontes para mantener a su familia y optó repentinamente por la profesión de carpintero; una que sería, sin saberlo, el puntapié inicial para llevarlo al estrellato.
Comienza la Leyenda
Su nuevo oficio fue clave en aquellos primeros años porque, sin abandonar el sueño de ser actor, le permitía proveer para los suyos y le daba la posibilidad de evaluar con mayor cuidado los roles que su agente le ofrecía y hasta rechazarlos si no lo convencían. Justamente es el trabajo con la madera el que iba a darle el boleto de entrada a la fama y, posteriormente, cambiaría su vida. Haciendo algunos trabajos para el estudio Goldwin conocería a Fred Roos, el por entonces director de casting de Universal Pictures, quien le presenta a un todavía desconocido George Lucas, encuentro que transformaría el futuro de ambos.
Una vez establecido el vínculo con el director, este le ofrece un papel para su próxima película, American Graffiti (1973). A pesar del éxito de esta última, Ford no deja de lado su profesión de carpintero y sigue haciendo trabajos, en gran medida para músicos y allegados a la industria del cine. Eso lo lleva a realizar algunos arreglos en las oficinas de Francis Ford Coppola, el cual le propone un papel para su siguiente película, The Conversation (1974), que le valió el reconocimiento entre los demás actores de su talla.
Era el año 1976 y Ford hacía trabajos de carpintería en la productora American Zoetrope, contratado por Roos. En dichas oficinas, Lucas llevaba adelante el casting para su próximo proyecto, nada menos que Star Wars. El realizador no quería convocar a figuras que hubieran participado en su anterior trabajo para que no fuera encasillado como una «American Graffiti en el espacio», pero quiso el destino que ese cruce fortuito diera la oportunidad para una audición. Por supuesto, Ford fue perfecto para el papel de Han Solo.
El haber obtenido dicho papel significó un cambio rotundo en la vida del actor, quien finalmente dejó la profesión de carpintero para dedicarse por completo a la actuación.
Star Wars es, sin dudas, un clásico en la historia del cine, con millones de fanáticos alrededor del planeta. Quien haya participado en alguna de las entregas de la saga, logra un reconocimiento mundial inmediato, tal es así que, en los próximos años, a Ford se le iba a presentar nuevamente la oportunidad de protagonizar otra de las grandes sagas de la historia, Indiana Jones. A finales de los ’70, George Lucas y Steven Spielberg preparan su próxima producción, una serie de películas que rendirían homenaje a una serie de novelas de su infancia.
El protagonista estaría inspirado en Allan Quatermain, con lo que pensaban en un personaje bien parecido, con una buena preparación física y con habilidades en combate cuerpo a cuerpo. Spielberg de inmediato considera a Ford, pero Lucas estaba en desacuerdo. No quería que se asociara a ambos en tantos trabajos, ya que suponía que eso estaba mal visto, ni lo creía conveniente dado que los espectadores podían confundir este nuevo papel con el ya instalado Han Solo. Por lo tanto, continúan con la búsqueda de su actor principal. Tras varias audiciones fallidas, y la baja de uno de los mejores candidatos (Tom Selleck), la insistencia del buen Steven surte efecto y logra convencer al otro, que accede a otorgarle el papel a Ford. Raiders of the Lost Ark (1981) marcaría la primera vez que se colocaría el distintivo fedora y tomaría el látigo.
Con Han e Indy a sus espaldas, Harrison Ford se convertiría en unos de los actores más reconocidos y cotizados de la industria del cine. Ambas franquicias, junto a trabajos en producciones inolvidables como Blade Runner (1982), Witness (1985), Apocalypse Now (1979) o The Fugitive (1993), entre tantas más, lo llevarían a la meca de los actores. Incluso en la actualidad, a sus 77 años, sigue en plena vigencia y con prometedores proyectos para el futuro, como su próxima -¿y última?- aventura como nuestro arqueólogo favorito.
Algunas curiosidades
• El actor tiene una cicatriz en la barbilla que se hizo en 1968, con el cinturón de seguridad de su automóvil. Este rasgo distintivo inspiró a los guionistas de dos de sus películas a inventarle una explicación: en Indiana Jones and the Last Crusade (1989) se la hace con un látigo cuando es joven, en tanto que en Working Girl (1988) le cuenta a otro personaje que se la hizo en una pelea de navajas, aunque después confiesa que fue porque se desmayó mientras le colocaban un aro.
• En 1997, año en que estrenó Air Force One, The Devil’s Own y apareció en el reestreno de todas las películas de Star Wars originales -a 20 años de su lanzamiento-, Harrison Ford fue votado como la mayor estrella de cine de la historia en «Las 100 mayores estrellas cinematográficas de todos los tiempos», la lista de la revista Empire.
• Se divorció dos veces: primero de Mary Marquardt, en 1979, y después de Melissa Mathison, en 2004. Este último se convirtió en el cuarto divorcio más «caro» de la historia, ya que según Forbes le habría costado unos 85 millones de dólares.
• Mientras filmaba la primera entrega de Star Wars, Ford percibía una paga semanal de 1000 dólares. Por Star Wars: The Force Awakens (2015), el actor recibió nada menos que 34 millones de dólares por volver a su papel de Han Solo.
• El legado animal. Como muchos otros actores, Harrison Ford emplea su fama en concienciar al público de la necesidad de cuidar y respetar a la Madre Naturaleza. Participa en varias organizaciones medioambientales y dona dinero con frecuencia a toda clase de causas. Como homenaje a su persona, algunos animales de reciente descubrimiento han sido bautizados en honor al actor. Es el caso de una clase de hormiga hallada en Centro América, la Pheidole harrisonfordi, o la araña Calponia Harrisonfordi. Afortunadamente no son serpientes, el animal más temido por el bueno de Indy.
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