En un mundo donde las familias están limitadas a un niño por hogar debido a la sobrepoblación, un grupo de siete hermanas idénticas debe evitar ser capturadas y puestas a dormir por el gobierno mientras investigan la desaparición de una de ellas.
Tranquilos muchachos, que el espíritu de la enorme Tatiana Maslany y su Orphan Black se mantiene latente con What Happened to Monday. En el nuevo estreno de Netflix, previamente titulado Seven Sisters, Noomi Rapace interpreta a siete hermanas al margen de la ley en una sociedad bordeando el totalitarismo utópico. El que haya seguido la magnífica serie canadiense de ciencia ficción encontrará disfrutables paralelismos, y el espectador curioso verá lo que puede lograr una de las mejores actrices de esta generación.
Enmarcada en un futuro cercano donde la sobrepoblación ha llevado a un gobierno sin nombre a congelar criogénicamente a cualquier hermano de familia, dejando a la misma con el primogénito y nadie más, políticamente se puede considerar una aberración el nacimiento de siete hermanas idénticas. Con la madre muerta y al cuidado de su adorable y protector abuelo (el siempre servicial Willem Dafoe), las niñas crecerán aisladas del mundo excepto un día a la semana, donde pueden intercambiar su identidad y salir a la calle bajo el nombre de Karen Settman. Un incidente al romper las reglas de su opresiva realidad las marca para siempre, a algunas más que otras, sabiendo desde temprana edad las consecuencias de sus actos. Al crecer, y cada una desarrollando su personalidad y apariencias propias, el evento que detona la acción de la película es la desaparición en jornada laboral de Lunes, la más correcta de todas. El resto pone manos a la obra y pronto se verán perseguidas al ver su gran secreto en peligro de salir a la luz, gracias a la incansable Nicolette Cayman de Glenn Close, quien le da peso a una villana bastante convencional.
El guión de Max Botkin y Kerry Williamson aprovecha el tener a siete personajes muy diferentes entre sí, pero el gran obstáculo en contra es la falta de tiempo. En dos horas tienen que presentar a las hermanas con actitudes bien dispares. Es poco para diferenciarlas mas allá de sus atuendos, menos aún realmente verse inmersos de lleno en lo que piensa y propone al juego cada una. La balanza se compensa, por supuesto, por la hercúlea labor de Rapace, dotando a cada una de sabor y modismos propios, incluso a esa que se parece demasiado al personaje que le valió reconocimiento mundial, la Lisbeth Salander de la saga sueca Millennium.
El director Tommy Wirkola -quien entregó las entretenidas y sangrientas Dead Snow y Hansel & Gretel: Witch Hunters– se la juega entonces dirigiendo con mucho tino a Noomi, para que no haya desaciertos en la manera en la cual interactúan tantos personajes a la vez, y sale más que airoso así como en las escenas de acción que le dan un condimento especial. La sueca es una de las actrices más aguerridas del medio y pone todo su cuerpo en las escenas donde la adrenalina abunda. Imaginen que las peleas a veces involucran a una o más hermanas de por medio, lo cual conlleva a que la secuencia se filme una docena de veces o más. Sólo por ese arduo detalle de producción es que vale la pena ver What Happened to Monday. Quizás la transición entre el segundo y el tercer acto se estire un poco, pero hay sorpresas varias, al menos un momento que deja boquiabierto por el desenlace de una persecución. El final podría necesitar un poco más de aceite, pero en definitiva los rieles por los que transita la película están al servicio de la acción y no a la inversa.
What Happened to Monday podría haber funcionado perfectamente en un cine, pero no pierde su encanto desde la sala de estar del hogar. Es acción pura y dura, una clase de actuación de parte de Rapace y un muy buen espectáculo pese a sus limitaciones.
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