Reconstruye la odisea del naufragio de un submarino italiano durante la Segunda Guerra Mundial, y la increíble historia de cómo 44 tripulantes sobrevivieron al hundimiento en una isla desierta. Solo uno de ellos falleció en la isla y fue enterrado ahí.
A veces, lo que uno considera una historia mínima puede ser toda una odisea para otros. Es el caso de Volviendo a casa, donde el documentalista Ricardo Preve hila la tristemente fascinante pero no por ello menos relevante historia de Carlo Acefalo, un oficial submarinista que resultó el único fallecido durante el hundimiento de la nave Macalle, y cuyo cuerpo yació durante casi 80 años en un islote en el Mar Rojo.
Volviendo a casa reparte su duración entre la recolección de la historia de Acefalo, los testimonios a los sobrevivientes, la investigación propiamente dicha para repatriar los restos, y una reimaginación dramática de los sucesos allá lejos y por 1940. Parecen muchos elementos juntos, pero la dirección de Preve los entrelaza con solvencia para construir un halo de misterio alrededor de la travesía que resulta conducir una investigación entre países para descubrir el lugar de entierro final del finado.
El dramatismo alrededor de la empresa ayuda a poner atención al film, pero es una pena descubrir que por trámites burocráticos incesantes se trabó durante años una búsqueda bastante sucinta. Es que una vez que Preve y compañía ponen pies en la isla donde se encuentran los restos, y se ponen a la tarea antropológica, es cuestión de días hasta que cumplen su objetivo, sin mayores vueltas y con una velocidad casi expeditiva. Se cae de maduro que para un trámite tan sencillo, el director tuvo que aunar criterios y llenar espacio con las entrevistas y la dramatización, ya que el mayor interrogante de la película se resuelve en cuestión de minutos, lo que le resta valor total al proyecto pero nunca toda su importancia.
Es un poco anticlimática su resolución, con lo cual Preve se dispone a rellenar con unos últimos testimonios y las placas correspondientes para finalizar el proyecto. Quizás su golpe final toque muy de cerca, ya que con la dedicación de Volviendo a casa a todos los caídos en desgracia en tragedias de submarino menciona específicamente la del ARA San Juan -Argentina, 2017-, y resignifica un poco el mensaje del film. Después de todo, hay familias que nunca tendrán la paz de enterrar a un ser querido, y lo que parezca un emprendimiento sin mucho impacto en todo lo referente a Carlo Acefalo es, en definitiva, el poderoso mensaje de pasar de hoja y darle un descanso a nuestros caídos.
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