Crítica de The Wife

Joan Castleman es una buena esposa, de belleza madura y natural, la mujer perfecta. Pero lo cierto es que lleva cuarenta años sacrificando sus sueños y ambiciones para mantener viva la llama de su matrimonio. Pero ella ha llegado a su límite.

Una llamada a las seis de la mañana que cambiará para siempre la vida de este ya consolidado matrimonio. El día que a Joe Castelman le dicen que ganó el Nobel de Literatura es el día en que Joan, su fiel esposa, empieza a quebrarse por dentro y ese secreto teñido de resentimiento hará todo lo posible por salir a la luz. The Wife es la adaptación de la novela de Meg Wolitzer, dirigida por Björn Runge, y además de ser un drama brillante tiene a una Glenn Close haciendo una interpretación digna de estatuilla.

Luego del llamado vino la fiesta en la que amigos, colegas y familia se reunieron a celebrar la vida y obra del gran Joe Castelman (Jonathan Pryce). Mientras todos lo felicitan por el mayor halago que un autor puede recibir, Joan (Close) mira, casi como una persona ajena, todo lo que la rodea. En sus ojos puede percibirse cierta disconformidad con lo que está pasando, algo que la molesta pero que se esfuerza por esconder. A lo largo de la película esto ira develándose de a poco y, escena a escena, el espectador se compenetrará más con la historia de Joan y sentirá empatía con ella.

El trabajo de la actriz es sublime: no serán pocos los momentos en que con sólo una mirada provoque piel de gallina. El personaje está tan bien construido e interpretado que no podemos sacarle los ojos de encima en ningún momento. Ese resentimiento, que en algún lugar profundo guarda, va saliendo muy de a poco y de una forma muy digna de ella. La película se vale de flashbacks a la época en que ambos se conocieron, cuando ella era una estudiante en sus clases de escritura, y así vamos entendiendo más la dinámica de esta relación en la que la mujer parece haber perdido cualquier tipo de autonomía hasta convertirse en la sombra de su marido.

No podemos dejar de mencionar a Pryce, que es excelente en su papel de brillante y cínico, a la altura de la actuación de su compañera. Castelman es un hombre orgulloso, mujeriego, al que los años y la fama le han sentado de maravilla y vive este viaje a Estocolmo como lo que es: el mejor momento de su vida. Pero ignora a las personas que lo acompañaron hasta allí. Christian Slater interpreta Nathaniel Bone, un autor empecinado en escribir su biografía pero que no consigue su autorización y sólo recibe de él comentarios hirientes y miradas de odio. Quizás esto sea porque el biógrafo parece haber descubierto lo que hay detrás del gran autor y su éxito. Esta trinidad interpretativa es maravillosa y cada uno aporta algo diferente y necesario, sin dejar de brillar por su cuenta.

Esta ya es la época en la que las candidatas a los premios llegan a las salas y The Wife parece ser una de ellas. No sólo el guión y la dirección de actores es formidable -ya nombré los trabajos frente cámaras- pero está película es un gran todo en el que cada detalle está cuidado y bien ejecutado. Fotografía, montaje, sonido. Una trama atrapante, un drama brillante, interpretaciones que emocionan y toques de humor que harán reír a través de los nudos en la garganta. En casos así, el claro merecedor de todos los aplausos es el director: Björn Runge. Una de las mejores películas en lo que va del año y, definitivamente, una que hay que disfrutar en pantalla grande.

estrella4

 

 

 

 

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