El detective Harry Hole, protagonista de las novelas de Jo Nesbø, llega al cine con la adaptación de The Snowman, su relato más exitoso hasta la fecha. Tomas Alfredson (Let the Right One In, Tinker Taylor Soldier Spy) dirige este thriller en donde Michael Fassbender se pone en la piel del investigador para resolver un conjunto de asesinatos verdaderamente siniestros; en el que el policial se muda a las gélidas tierras nórdicas y los muñecos de nieve dejan de parecer simpáticos.
Es inevitable que de inmediato surjan a la mente referencias a la trilogía Millenium, del fallecido Stieg Larsson, de la cual dos de sus tres películas están dirigidas por el hermano del mencionado realizador, o por qué no a la serie sueco-danesa Bron/ Broen; comparaciones a raíz de lo poco convencional que resulta un relato de crímenes ubicado en estos países, de un bajo índice de homicidios. Es entonces que el policial adquiere un condimento especial, con el acceso a conflictos internos diferentes que supura una sociedad ajena a la nuestra.
Ni mencionar la masacre visual de estos homicidios, que tienen como responsables a sujetos con graves desórdenes que lo impulsan a ello; y esto es de lo que justamente carece The Snowman en largos trechos, prácticamente en la mayor porción de su duración. Una primera parte del film que mantiene al espectador en vilo por un gran manejo de distintas tramas, detectivescas, conflictos internos, relaciones entre personajes; pronto se ve abandonada por el mero espectáculo en el que consiste averiguar y apresar al responsable.
El desarrollo vertiginoso de las acciones, propiciado por el montaje y el score de Marco Beltrami, llevan a una conclusión tan predecible como forzada y llena de clichés. Tanto es así que el supuesto talento y experiencia de Harry Hole se van a pique cuando llegue al final dando tumbos, casi por casualidad.
Alfredson se encarga de entregar planos maravillosos junto al director de fotografía Dion Bebbe, estáticos, amplios y con un dejo perturbador que da fuerza a los momentos dispersos en cuentagotas, en donde la trama cede ante los dilemas interiores de Hole, Katrine Bratt (Rebbeca Ferguson) y Gert Rafto, encarnado por un irreconocible Val Kilmer que deja una maravillosa interpretación en las pocas escenas en que figura.
The Snowman posee un comienzo prometedor para luego caer estrepitosamente en los lugares comunes que caracterizan al género. Se mantiene entretenida y funcional a lo que ofrece, aunque quizás no logre transmitir el terror y tensión que merece; mucho menos enfatizar en el desarrollo de los personajes. Transita su camino dentro de los parámetros de los tropos corrientes del policial negro.
[ratingwidget_toprated type=»pages» created_in=»all_time» direction=»ltr» max_items=»10″ min_votes=»1″ order=»DESC» order_by=»avgrate»]