Jim Hanson, un marine retirado convertido en un ranchero que habita en la frontera de Arizona, se convertirá en el defensor de Miguel, un joven mexicano que huye desesperadamente de unos criminales pertenecientes a un cartel.
Son 13 años ya del estreno en salas de Taken y el inoxidable Liam Neeson (The Dark Knight Rises, Star Wars: Episode I: The Phantom Menace) sigue dejando su marca a los tiros en el cine de acción, esta vez con The Marksman de Robert Lorenz (Trouble with the Curve). Una película que nos narra la historia de Jim Hanson (Neeson), un marine retirado que deberá proteger a un niño de 11 años, Miguel (Jacob Pérez), quien es perseguido por criminales pertenecientes a un cartel mexicano de narcotráfico.
La historia de un hombre mayor y solitario que piensa que no tiene más nada que ofrecer y que encuentra nuevamente sentido a su vida cuando decide ayudar a un joven en peligro, no nos aporta nada nuevo. De hecho, podemos encontrar una gran variedad de películas con la misma premisa. En este sentido, The Marksman tiene pocas sorpresas y, aunque pertenece al genero de acción, su ritmo por momentos es flojo, monótono, poco audaz y poco novedoso, lo que resulta algo incompresible cuando recordamos que su director es mayormente reconocido por su trabajo como asistente de dirección en varias películas del polifacético Clint Eastwood, las cuales están llenas de secuencias que manejan magistralmente la acción y el suspenso, entre ellas, Million Dollar Baby y American Sniper.
Asimismo el guion, coescrito por el propio Lorenz -en compañía de Chris Charles y Danny Kravitz-, también se muestra limitado, con salidas poco ingeniosas, simple y plano. Los personajes se presentan exageradamente estereotipados, basta con observar el que interpreta el colombiano Juan Pablo Raba -Mauricio-, el cual se nos muestra como un pelón tatuado que representa al típico cruel narcotraficante, pandillero o sicario mexicano.
Aunque en su mayoría transcurra en la carretera, la persecución pierde su verdadero sentido de acción cuando cada encuentro parece darse más por un golpe del destino que por el ingenio de los villanos. Es tan reiterado este recurso a lo largo del metraje que se vuelve poco inspirador y sorpresivo para el espectador.
Por otra parte, la fotografía a cargo de Mark Patten parece -en principio- querer trasladarnos a un viejo western, para luego mezclarse con planos generales de los caminos recorridos y primeros planos de la Chevy de Jim, haciendo que algunas escenas parezcan más un comercial de camioneta que una película de acción, aunque la fotografía no deja de estar verdaderamente bien cuidada.
Sin embargo, no todo es negativo en The Marksman. La forma en que evoluciona la relación entre el veterano Jim y el joven Miguel, casi paternal, se da de forma tan natural que nos permite sobrellevar los evidentes fallos del film. En este sentido, Neeson lleva sobre sí el peso de la película, aunque es justo destacar que el resto del elenco también se muestra entusiasta en el rol que a cada uno le toca interpretar.
Por todo esto, podemos decir que The Marksman es una película que, más allá de sus debilidades, puede resultar entretenida, pues nunca está demás disfrutar del talentoso Liam Neeson. No obstante, es necesario recalcar que la misma no ofrece mucho más.
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