Crítica de The Campaign / Locos Por Los Votos

Cuando el congresista Cam Brady cometa una importante metida de pata antes de las elecciones, dos adinerados directores ejecutivos conspiran para presentar a un rival y obtener influencia sobre su distrito de Carolina del Norte. Su candidato: el ingenuo Marty Huggins.

The Campaign

En un año crucial como lo es el 2012 en materia política, la vieja y la nueva escuela del humor hollywoodense se unen bajo la dirección de Jay Roach para crear The Campaign, una sátira irreverente al mundo de la competencía política que apunta, dispara y acierta más veces de las que falla, aunque en general resulte una comedia más sumada a la filmografía de todos los presentes.

La película tiene varias fichas para resultar una clara ganadora, pero de una forma u otra termina decepcionando. Tiene un enfrentamiento de talentos humorísticos como lo son el incombustible Will Ferrell (en franca caída, digamoslo así) versus la novedad del momento que representa Zach Galifianakis (todavía no entiendo el humor de este señor, de verdad no puedo…) en el que ambos personifican a candidatos que dan lo peor de sí en una pelea en la que no escasean golpes bajos ni faltan las risas ante cada situación presentada. Tiene una escueta longitud de 85 minutos, transcurre mansamente de un gag al siguiente, algunos con mayor repercusión o impacto que otros -la escena del bebé, aunque graciosa y totalmente desvergonzada, está llevada de una manera muy \’computarizada\’ como para agradar del todo-, pero finalmente lo que falla es el intento desesperanzado de crear una sátira coherente y cohesiva ante los grandes ganadores de que una parte o la otra cumpla su cometido: las grandes corporaciones que mueven al mundo.

El acto final se desenvuelve, cuando todas las perversiones, todos los affairs, todas las idas de olla de los personajes han sido sometidas a escrutinio, ese cambio de tono desde lo totalmente vergonzoso y degradante hacia aguas mas beneficiosas, en donde el happy ending sobrevuela el final para dejarnos un mensaje, cuando claramente toda la línea de la película apuntaba hacia otro lado.

Entre corrupciones e inmoralidades en ambos bandos, Will Ferrell se desenvuelve perfectamente haciendo el ganso como le es habitual en su trayectoria. El tipo autoencumbrado al margen de la percepción que de él tienen los demás, dejando el peso emocional de la historia Galifianakis, muy comedido en su composición de un personaje peculiarmente flexible en su desarrollo, el vulnerable que poco a poco se va fortaleciendo. Como aderezo, The Campaign se adorna con las participaciones de Jason Sudeikis, Brian Cox, Jack McBrayer, Dylan McDermott, John Lithgow y Dan Aykroyd, entregados todos a reflejar la degradación generalizada que provocan a todos los niveles quienes se supone tienen que representarnos.

Una comedia bizarra, que se suma a la filmografía de Farrell y Galifianakis sin pena ni gloria, tal cual como son los personajes que interpretan.

6 puntos

 

 

 

 

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