Buster Moon es un encantador koala que preside un teatro alguna vez imponente, pero que atraviesa tiempos difíciles. Ahora, ante la posibilidad de que se derrumbe la ambición de su vida, tiene una última oportunidad al producir la competencia de canto más grande del mundo.
Guardians of the Galaxy, Suicide Squad y Everybody Wants Some!! presentaron tres de los más variados soundtracks de los últimos años, todos compuestos por unos 15 temas promedio. Sing no es la excepción y, encima, multiplica por 6 esa cantidad. Más de 85 canciones, que van desde Frank Sinatra, atraviesan Oasis, Beck, Avril Lavigne y llegan hasta Nicky Minaj o David Guetta, son entonadas por reconocidas voces del ambiente cinematográfico. La nueva película de Garth Jennings afianza al estudio Illumination en la industria del cine animado. Si bien no es del todo sólida en su narración, el estilo de los creadores de Despicable Me y Minions empieza a alcanzar su forma definitiva.
La expectativa en Sing está latente desde el comienzo. Para salvar su teatro de la quiebra, el koala Buster Moon convoca un multitudinario casting, del cual saldrán los participantes que competirán en un concurso de canto, a fin de ganarse una buena cantidad de dinero. Los momentos determinantes de la película son las audiciones y el clímax del desenlace. Justamente, en estas dos partes los personajes exponen su talento y dan espectaculares shows musicales, que explotan en creatividad y puesta en escena. Aunque el hilo conductor del relato sean las idas y vueltas de Moon, cada personaje cuenta con su propia historia. Sing flaquea a la hora de entretejer los acontecimientos que desembocan en alguno de los dos momentos destacados anteriormente. El exceso de historias hace que el ritmo sea irregular y los personajes vayan perdiendo o ganando fuerza en la trama.
Sería un gusto que la película pudiera verse en los cines argentinos sin doblaje al español, dado que figuras como Matthew McConaughey, Reese Witherspoon, Seth MacFarlane, Scarlett Johansson, John C. Reilly o Taron Egerton prestaron sus voces. De todas maneras, la versión en español también tiene lo suyo: Leonardo Sbaraglia, Eugenia «China» Suárez y las cantantes del grupo Ha*Ash. La principal virtud del film es la forma en que es explotado el crisol de canciones. Al finalizar, el espectador no se dará cuenta que terminó de escuchar casi cien temas diferentes y eso tiene que ver, nuevamente, con los mejores momentos de la historia: las audiciones y el clímax. Casi todas las aventuras que atraviesan los protagonistas son musicalizadas, pero, por suerte, a veces el ritmo narrativo permite olvidarlo.
El éxito de Illumination llegó a base de chistes, latiguillos y personajes torpes sumamente queribles. Sus películas se basan principalmente en la sencillez de sus historias y no consiguen el grado de complejidad y subtexto que tienen, por ejemplo, los films de Pixar. Sing no tiene una construcción sublime ni complicada, pero hace notar que en el estudio aflora el camino hacia lo humano y potente de producciones como Up, Wall-e o Toy Story. Redobla la apuesta de su propio estilo, y eso es bueno.
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