Un investigador privado deberá revisar recuerdos del pasado para descubrir la verdad sobre la desaparición de su misteriosa pareja.
Hugh Jackman en una mezcla de policial negro y sci-fi, de la mano de una de las creadoras de Westworld. Una premisa muy interesante, con un concepto todavía más atrapante, pero que con un guion flojo y algunos giros predecibles se queda corta con todo lo que podría haber hecho. Aunque Reminescence podría haber sido tranquilamente una de las sorpresas del año y tiene varios puntos a favor, son más pesados los errores que la llevan a ser una más del montón.
La película sigue a Nick Bannister, un investigador privado de la mente, que tiene un dispositivo que le permite a cualquier usuario revivir con total detalle cualquier evento de su pasado. Su vida cambia cuando conoce a Mae, una misteriosa mujer cuya desaparición lo lleva a obsesionarse, por lo que hará lo que sea para descubrir la verdad detrás de su caso.
El concepto de investigadores que pueden ver el pasado de las personas y que van revelando los secretos detrás de un caso es por lejos lo mejor que tenían para aportar. Y si bien es sumamente atrapante al principio, para la segunda mitad ya se siente un recurso repetitivo, en el que no hay ningún giro de rosca sorprendente que le vuelva a aportar el valor con el que arrancó. Lo que sí vale destacar es como siempre le encontraron la forma de que la trama se adapte a llevar los diferentes personajes al dispositivo que les permite ver los recuerdos, que tiene la limitación de no poder moverse de lugar.
Pero el más grave traspié de toda la película es la enorme exposición del guión, que se le suma a diálogos más forzados que naturales. Casi nada se deja al entendimiento del espectador, y lo que es peor es que incluso en las secuencias dónde se ve en pantalla explícitamente el recuerdo, de todas formas tenemos al protagonista diciendo en voz alta qué es lo que pasa. Una gran exposición que se repite en casi todo lo que dura, en una historia que no necesitaba mucha explicación.
Y esto condiciona bastante las actuaciones del elenco principal, haciendo que den un trabajo correcto. No es necesariamente algo malo, pero cuando tienes a tres grandes actores como son Hugh Jackman, Rebecca Ferguson y Thandiwe Newton, queda claro que el resultado podría haber sido mucho mejor.
Por otro lado, al ser una especie de policial negro pero en un mundo bien de ciencia ficción, el peso fuerte está puesto en la historia, con un caso bien planteado que mete bastantes giros y muchos detalles que construyen la resolución final. Aunque algunas «sorpresas» son más predecibles que otras, en general se desarrolla a buen ritmo, con un buen aprovechamiento del recurso tecnológico para mantenerte enganchado.
A pesar de todas las equivocaciones, no deja de ser un buen primer paso en solitario para su directora. Lisa Joy es una de las cabezas detrás de Westworld, serie que creó junto a su esposo Jonathan Nolan -hermano de Christopher-, por lo que no era difícil apostarle varias fichas a su nuevo proyecto en el que mezclaba el sci-fi con el misterio.
De la exitosa serie de HBO no solo se trajo algunos actores (Thandiwe Newton, Angela Sarayfan) sino también los increíbles efectos especiales, que brillan visualmente en los paisajes y la producción. El mundo que plantea es sumamente interesante, en la que el aumento en masa descomunal de los oceanos fue el factor principal para hacer varios cambios en la sociedad. Detrás de la trama principal hay un desarrollo lógico y bien armado de problemáticas sociales relacionadas con la política y la distribución de la riqueza, que ocupa un buen lugar sin robar el protagonismo.
Reminiscense no es para nada una mala película, simplemente deja un sabor amargo por todo lo que podría haber sido. Una prometedora directora detrás de cámara, un talentoso elenco, y una premisa muy interesante que prometía adaptar un concepto tan atrapante como es la visualización del pasado en una historia de secretos y misterios. Todos factores que la hacían parecer una de las pelis del año, y que se queda lejos de eso por su flojo guión que abunda en exposición. Así y todo vale la pena reconocer que es un buen comienzo para Lisa Joy, que esperemos en un futuro nos pueda dar alguna película que si queramos recordar.
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