Tras presenciar el devastador ataque sorpresa que destruyó Pearl Harbor, Dick Best, el mejor piloto de la armada, junto con su escuadrón contraatacarán al imponente ejército japonés.
El ataque a Pearl Harbor fue lo que determinó el ingreso de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial. Sobre esto se hicieron varias películas y se lo ha retratado muchas veces en la gran pantalla, pero aparentemente era necesario volverlo a hacer. Midway cuenta la historia sobre la estrategia militar que le permitió a la primera potencia mundial ganar ventaja sobre Japón y en el Pacífico. Una película obvia, aburrida, larga por demás y que pretende justificar las bombas a Hiroshima y Nagasaki.
Dick Best (Ed Skrein) es el típico héroe norteamericano: mastica chicle todo el tiempo, su valentía roza la imprudencia, va en contra de lo que le dicen sus superiores, se cree mejor que el resto y parece ser el único que sabe que algo va a pasar en la base de Pearl Harbor. Cuando los japoneses bombardearon la base militar y a todos los barcos de la Marina que estaban en el puerto, consolidaron la entrada de Estados Unidos a la guerra. Edwin Laynton (Patrick Wilson) era un jefe de inteligencia que había advertido que esto podría suceder pero no lo habían escuchado, algo que cambia cuando el Almirante Chester W. Nimitz (Woody Harrelson) es puesto al mando de la estrategia norteamericana. Gracias al trabajo de agentes de inteligencia que interceptaban y descifraban los mensajes japoneses, pudieron prever su estrategia y atacarlos en Midway, cambiando así el rumbo de la batalla en el Pacífico.
Una película que de sutil o elegante no tiene nada. Solo se destaca por algunas escenas de acción, sobre todo en las batallas en mar abierto. Pero todo lo que une esos momentos es aburrido y tedioso, además de estar pobremente escrito. Dirigida por Roland Emmerich y con guion de Wes Tooke, Midway parece ser una propaganda del complejo militar armamentístico estadounidense. La historia se divide entre lo que les pasa a los pobres y heroicos vaqueros de los cielos y los crueles y fríos japoneses. Estas no son apreciaciones de esta crítica, es como la película plantea a los bandos. Por un lado los buenos y por otro los malos, sin ningún tipo de lectura sobre lo que sucede en las guerras, sobre quiénes toman las decisiones ni nada por el estilo.
Pero incluso dejando la parte ideológica de lado, la película no funciona como producto por lo mal escrita que está. Skrein es un actor mediocre y su falso acento estadounidense hace que sea imposible creer nada de lo que dice, su arco es tan obvio como flojo. Incluso los grandes actores que forman el elenco no tienen mucho para hacer y dejan más que desear.
En fin, Midway es otra película bélica que glorifica a Estados Unidos, que aburre y que tiene escenas emocionantes que pueden ser contadas con los dedos de una mano. Además, en las eternas placas finales se refieren al fin de la Guerra -las bombas nucleares arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki- como «la rendición de Japón». Parece que decir «uno de los mayores crímenes de guerra de la historia que dejó entre 129000 y 246000 muertos» era demasiado largo.
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