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Si la carrera de la cantautora M.I.A ya era polémica, controversial y fascinante de por sí sola, es con el potente y totalmente cautivador documental de Steve Loveridge que realmente podemos ahondar en la vida y obra de esta activista a la cual no parecen esquivarla los escándalos, pero que pelea cada batalla con justa causa como si nunca hubiese abandonado su hogar en Sri Lanka, azotado durante décadas por una guerra civil sin cuartel. Es gracias a las más de 700 horas que la artista aportó a su colega, que el hábil director construye un relato conmovedor y sentido, sin medias tintas, que retrata las mil facetas de la maravillosa rapera.

Matangi/Maya/M.I.A es el nombre del film, uno que transita las diferentes facetas de Mathangi Arulpragasam (su nombre completo), Maya para la familia y M.I.A un acrónimo con el que se la conoce, referente a Missing in Action, otra bajada de línea activista hacia la aciaga guerra en su país de crianza. Por más que parezca mentira, la realidad supera la ficción: Maya nació en Londres, pero a los seis meses de edad volvió junto a su familia a Sri Lanka, donde su padre se abocó al activismo político y fue un miembro fundador de un grupo radical, por lo cual vivió sin una figura paterna presente debido a la constante evasión de captura del mismo. Su eventual regreso a Londres como una exiliada, y el desarraigo de tener un pie en una tierra y el otro en otra, provocaron un gran cisma en el crecimiento de aquella por aquel entonces aspirante a documentalista, asediada constantemente por interrogantes y dilemas sobre cómo hubiese sido su vida de haberse quedado en la dura Sri Lanka.

Con un pulso narrativo prodigioso y una edición de ensueño, Loveridge construye el mito de M.I.A dedicándose poco tiempo a la exploración musical sino al detrás de escenas, qué la mueve a Matangi, de dónde vino y hacia dónde va, qué la hace la guerrera activista tildada como terrorista por muchos, por exponer los horrores de la guerra en su país natal. La propia Maya, durante entrevistas en la presentación del documental, no estuvo muy de acuerdo con el tono elegido por el director y amigo personal, diciendo que le había sacado lo cool que ella se considera. Quizás habla desde el punto de vista artístico, pero con material recopilado durante 22 años por ella misma, se cae de maduro que el viaje desde su infancia hacia la mujer que es ahora no necesita realzar lo que se decanta solo en pantalla.

Desde su empobrecido seno familiar, humilde pero que le mostró todo lo que sabe, hasta sus primeros pasos documentando la gira de la banda británica Elastica, hasta su meteórico ascenso en los rankings musicales y el fatídico gesto durante el show de medio tiempo en el Superbowl con Madonna, Matangi/Maya/M.I.A recorre grandes hitos en la vida de la cantante al borde de los 44 años, una vida marcada por las penurias pero que ejerció tanta presión sobre el carbón humano que la convirtió en un diamante en bruto, uno cuyas aristas brillan y encandilan ahí a donde vaya. No es un documental convencional, pero una artista de este calibre no se merecía uno convencional, y lo que ha creado Loveridge es condensar una vida única en un documental único. Si conocen a M.I.A, es una película indispensable para terminar de dimensionar lo que es, y para los que no, es un gran trampolín para saltar y salpicarse con la vida y obra de un personalidad extraordinaria.

 

 

 

 

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