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Hei Films produce junto a Arco Libre un hito para el cine industrial paraguayo, Leal: Sólo hay una forma de vivir. Inspirado en hechos reales, según se anuncia, el guion de Andrés Gelós (de gran trayectoria, responsable de Los inocentes) cuenta la historia de grupo especializado en operaciones contra el narcotráfico que trata de capturar a un importante narco que opera en la triple frontera de Paraguay, Argentina y Brasil.
Una coproducción paraguayo-argentina, rodada en diversas locaciones de Paraguay, nos trae la trama político-militar detrás del mencionado grupo comando siguiendo dichos rastros: la misión será –como es esperado- desbaratar la organización criminal. La integración de estilos decanta un producto con una fuerte impronta que remite al ámbito publicitario y la estética de videoclip, de donde proviene la dupla de realizadores. Fiel a sus principios que terminan empobreciéndola, Leal se limita a copiar el formato del cine mainstream sobre narcos.
La puesta en escena ambientada en paisajes autóctonos intenta transmitir realismo y cierto pulso propio del género al que remite, en un intento por ofrecer cierta dimensión de trascendencia a su relato. Sin embargo, anclado en su objetivo meramente pasatista, el film se ampara en la liviandad de su narrativa para recurrir a los lugares comunes que este tipo de ofertas comerciales propensa: persecuciones, explosiones y grandilocuencia visual, para lo cual no faltará competencia al servicio del mismo, pese a su humilde presupuesto.
La dupla de directores Rodrigo Salomón y Pietro Scappini concretan una ópera prima apostando a una cinematografía en constante desarrollo -cuyo espectro va desde Truenos a 7 Cajas-, no obstante aquí se vale de respaldos financieros argentinos. Conformando un producto comercial que remitirá un alto rédito en taquilla y próximas reproducciones en servicios de streaming, Leal aborda el reiterado tema de las redes narco que operan en toda Sudamérica, sumándose a la ola de estrenos de cine y series que hacen mención a dicha temática –de un tiempo a esta parte- con Pablo Escobar como referente ineludible a todo estereotipo, y con quien comparte en la presente cartelera un título que retrata su figura por enésima vez (Loving Pablo, 2018).
Si bien su elenco se esfuerza (destacando la participación de la intérprete argentina Andrea Frigerio), la narrativa no luce homogénea a lo largo de su desarrollo, producto de su falta de ambición en el uso de los recursos y su tendencia a la unidimensionalidad. Bajo el formato de género de acción americano y acompañado de una música que pretende ser cool, la película ofrece entretenimiento, no obstante fingido y artificial durante ciertos tramos, la propuesta se resiente notablemente y el espectador con cierto olfato notará una serie de referencias reconocibles a otros exponentes del género made in Hollywood.
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