Si somos realistas, todos los países y sus grandes ciudades que se precien tienen edificios embrujados, con historias que se convierten en leyendas urbanas con el correr de los años. La localización de dicho terror parece un hito fílmico a seguir, mediante el tan utilizado recurso del metraje encontrado que resulta tan asequible para atrapar las generaciones tecnológicas de hoy en día. Hace no mucho vimos la coreana Gonjiam, y ahora viene la alemana Heilstätten a hacer lo suyo para intentar asustar a las jóvenes masas que no se pueden despegar de sus celulares.
La película del director y escritor Michael David Pate tiene como basamento el lúgubre sanatorio/manicomio Beelitz-Heilstätten, lugar que vio su porción justa de maldad entre conflictos bélicos mundiales, y ahora se encuentra abandonado a su suerte y, por supuesto, rodeado de un halo de misterio. El grupo selecto de jóvenes promesas de Youtube no tienen mejor idea, como sus compañeros de rubro en Gonjiam, de pasar un día completo en dicho sanatorio para intentar atrapar en cámara actividad paranormal y lograr amasar más seguidores con este reto. ¿Tengo que aclarar que las cosas les van a salir JUSTO como ellos lo esperan?
El elenco no será maravilloso, pero interpreta correctamente a estos idiotas ansiosos de fama a los cuales no les preocupa faltar el respeto a lugares donde han ocurrido tragedias. Sin ir mas lejos, ¿cuántos no desearon que le pase algo al descerebrado vlogger Logan Paul cuando filmó un cadáver de una persona que se suicidó en el Bosque Aokigahara en Japón? Bueno, están de suerte porque algo similar pasa acá, con resultados grotescos. Hay un dúo de bromistas, una vlogger de videos de belleza, y otra que enfrenta sus miedos, quienes unen fuerzas en este proyecto con una sola cosa en mente: llenarse de followers. Heilstätten y su trama no aportan absolutamente nada nuevo a un sugbénero que ya se convirtió en un zombie de todas las veces que películas lo han masacrado a mansalva. Cámaras infrarrojas, cosas que se mueven en la oscuridad, sonidos, llantos de infantes, cada página del manual de sustos se utiliza para crear una reacción al espectador.
Se preguntarán ustedes, entonces, ¿por qué la película no tiene una calificación pésima asegurada? Eso es, damas y caballeros, porque Heilstätten tiene una sorpresa escondida entre tanto miedo prefabricado, y es un desarrollo en la trama que surge de la nada y por alejarse de la media logra insuflarle un poco de aire fresco a la vacía producción. Claro, el momento es sorpresivo y no dura mucho, después de todo se encamina hacia una escena final calcada al desenlace de Actividad Paranormal, pero no quita lo bailado al film, que se saca la máscara y presenta una cara vil pero comprensible dentro de lo que prometía la trama. En el camino quedan unas cuantas muertes brutales que solidifican el terror, pero no mucho más.
Heilstätten no sorprenderá a nadie, pero hace un muy buen uso de las instalaciones tétricas a disposición, y tiene un agradable giro en la historia que hace que no caiga en el olvido absoluto. El resto, bien gracias, son detalles que solo los neófitos al género podrán disfrutar plenamente.
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