Crítica de Gnomeo y Julieta

Los dos enanos de jardín, Gnomeo y Julieta, intentan que su destino fatal no se cumpla. Luchan para que su historia de amor tenga un final feliz a pesar de verse envueltos en una disputa entre vecinos.

Gnomeo y Julieta, Gnomeo and Juliet

Es curioso que de la factoría Disney surja una película de las características de Gnomeo y Julieta, tanto que a lo largo de sus 75 minutos de duración en más de una ocasión me pregunté si no se trataría de una película inglesa. Más allá del acento (la gran mayoría de actores que dieron sus voces provienen de Gran Bretaña), su tipo de humor suele no encontrarse en filmes infantiles, basándose por ejemplo en muchos juegos de palabras. El clásico de William Shakespeare, una de las más grandes historias de amor, es adaptado con los pequeños habitantes de dos jardines contrapuestos. Si bien se le puede criticar algunos puntos, es una simpática apuesta que deja un poco de lado la tragedia para hacer más foco en la comedia.

El cine de animación trajo algunas semanas atrás su primer gran fracaso a cargo de Marte necesita mamás. La falta de humor, de emoción y la consideración de que por ser infantil la película podía ser tonta fue un combo imposible de digerir para una gran mayoría. A diferencia de ella, la nueva película de Kelly Asbury (Shrek 2), con bajo presupuesto y todo, logró unas enormes ganancias y liderar la taquilla por algunas semanas. Este mercado no se encuentra saturado como se llegó a decir, las propuestas tienen que ser logradas, dado que ya no es suficiente que los protagonistas sean digitales.

Más allá de su apreciable sentido del humor, con secuencias muy logradas, la adaptación tiene ciertos inconvenientes que provienen de tomarse enormes libertades en algunos aspectos pero tratar de respetar a rajatabla otros que no la benefician. La mano de Elton John, productor con su compañía Rocket Pictures, se nota a lo largo de la película y, si bien en un principio se toma a bien, hacia el final puede considerarse un exceso. Como ocurriera en Enredados, la corta duración de la película debería ser suficiente como para justificar que no haya tantos musicales. La escena en la que los personajes del título se conocen, acompañada por su correspondiente canción, es de lo más destacable, algo que no se podría decir del resto de los «videos» que se decidieron a incluir. Fuera de estos aspectos, la película funciona y sorprende. El cuidado de los detalles (en cada movimiento de los personajes hay ruido de cerámica) o algunos personajes secundarios, como el flamenco de plástico y su triste historia, acaban por inclinar la balanza a su favor, superando las expectativas que la premisa podría haber generado.

6 puntos

 

 

 

 

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