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Elsa es reina de Arendelle desde hace un par de años y sus habitantes nunca fueron más felices. Anna la acompaña en su día a día y Kristoff, Sven y Olaf también están allí. Pero la reina percibe que algo no encaja, que ella no siente que ese sea su lugar. Frozen 2 sigue más aventuras de las hermanas, esta vez buscando el sentido de los poderes de Elsa. Una película bastante floja, con pocos momentos de comedia, que parece intentar repetir la exitosa fórmula de hace seis años pero se queda en el camino.

Todo marchaba espléndidamente en el reino: Elsa (Idina Menzel) era una buena reina, Anna (Kristen Bell) estaba acompañándola todo el tiempo, Kristoff (Jonathan Groff) y ella seguían profundamente enamorados y Olaf (Josh Gad) era el mejor jugando al dígalo con mímica de todas las noches. Pero cuando Elsa empieza a escuchar voces y el reino corre peligro, deciden emprender viaje hacia un antiguo bosque que esconde secretos y podría explicar sus poderes y encontrar la clave para salvar Arendelle. Guiándose por los cuentos que les habían contado sus padres cuando eran niñas, llegan al bosque y encuentran que sus habitantes han estado viviendo encerrados porque los espíritus -manifestaciones de los cuatro elementos-, están enojados.

Mientras Elsa intenta descubrir por qué tiene poderes, Anna intenta que no ponga en peligro su vida pero esto la pone en riesgo constantemente. Kristoff siente que Anna se aleja en ese viaje y esto lleva a la que es, probablemente, la mejor escena de la película y una de las pocas canciones que no molestan: una balada noventosa en la que los coros los hace su reno. La película está plagada de canciones, entendible porque es un musical, pero son mucho menos efectivas que las de la primera entrega. Son repetitivas y frenan la trama, en muchos momentos hasta hacen pensar «uff, de nuevo van a cantar».

El nivel de animación es excelente, pero no se esperaba menos del estudio. Algunos de los nuevos personajes son simpáticos, como el lugarteniente Destin Mattias (Sterling K. Brown) que tiene interacciones muy graciosas con el muñeco de nieve, o la presentación de los padres de las herederas y su relación con el bosque y los elementos. Pero son pocas las cosas que se destacan. Chris Buck y Jennifer Lee, que también dirigieron la primera, intentaron repetir el éxito pero sin muchas ideas. Es una película que los más pequeños van a disfrutar, pero no es de esas que recordarán por más de una semana. Para cuando salga la próxima novedad animada, esta quedará como algo más en el infinito catálogo de Disney. Para los padres y acompañantes, es más probable que sea algo que soportar con un par de momentos divertidos y no mucho más.

 

 

 

 

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