Rhiannon es una adolescente de 16 años que se enamora de un misterioso espíritu llamado "A", que se despierta en un cuerpo diferente cada día. Sintiendo una enorme conexión, Rhiannon y A intentan verse, sin saber qué o quién les traerá el nuevo día.
El amor llega cuando uno menos lo espera, bajo cualquier forma, color, edad o género. La adorable estudiante de secundaria Rhiannon (Angourie Rice) así lo comprobará cuando una entidad que despierta todos los días en un cuerpo diferente pose sus ojos y su corazón en ella. Esa es la trama de Every Day, una extraña pero agradable mezcolanza entre romance juvenil y coming-of-age sci-fi (al estilo de la reciente Before I Fall) cuyo mensaje genera consciencia, pero podría haberse potenciado aún más.
Basada en la novela de David Levithan, Every Day elige una vuelta de tuerca fantástica para explorar las relaciones interpersonales y amorosas de la juventud de hoy en día, en los tiempos del Instagram y otras redes sociales afines. Lo llamativo de esta propuesta es cómo aborda diferentes temáticas, tan relevantes hoy en día como cruciales en la manera de aproximarse a ellas. Amor, tolerancia, respeto, identidad sexual y de género, suicidio, todo esto envuelto en un halo de misterio sobre la aparición de este espíritu saltacuerpos, y con un envoltorio rosa chicle que a veces no favorece al resultado final.
Es una tarea ardua con semejante línea argumental -tan atractiva como llena de posibilidades- el desarrollar al completo todos los tópicos que baraja y, aunque resulta sumamente estimulante y entretenida, es víctima de sus propias incongruencias narrativas, casi inevitables con semejante trama fantástica, al mismo tiempo que se revela puritana al evitar casi por completo las posibilidades sexuales del asunto, quizá en parte para no caer en incorrecciones acerca del físico de los diferentes cuerpos usurpados y las inevitables y lógicas preferencias de ella ante los mismos, sin obviar su propia orientación sexual. El guión de Jesse Andrews (Me and Earl and the Dying Girl) corre de lleno hacia estos obstáculos de la historia pero, cuando es confrontado por los mismos, elige el camino más simplista para solucionarlos. Every Day inicia una conversación que se agradece en los tiempos que corren, pero se queda callada durante buena porción de dicho debate.
Donde la película de Michael Sucsy (Grey Gardens, The Vow) realmente sobresale es con su elenco. Rice demuestra que su aparición secundaria en la fabulosa The Nice Guys no fue pura suerte, y acá se le da el protagonismo absoluto con su carismática Rhiannon, quien tiene una química apasionante con todas las personas que van personificando a A (tal es el nombre que se asignó a sí mismo el espíritu). Justice Smith, a quien vimos recientemente en Jurassic World: Fallen Kingdom y se destacó como secundario en Paper Towns y en el protagónico de la serie The Get Down, tiene un rol dual, tanto como la primera encarnación que vemos de A (tierna, adorable, comprensiva) y luego como el novio regular de Rhiannon, un deportista solamente interesado en sí mismo. En general, es para aplaudir el nivel de cohesión en todas las interpretaciones de las diferentes facetas de A, un aspecto que podría haber resultado desastroso pero que sobresale y ayuda a nivelar los desperfectos técnicos del guión.
En definitiva, Every Day no es tu típica película romántica juvenil. Podrá parecer sosa y superficial, y jugar con ligereza con los mensajes que baraja, pero se arriesga más que sus compañeras de género cualquier otro día de la semana y propone una visión periférica de la diversidad cultural, sexual y de género que hace rato le está faltando a la platea joven.
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