Justo antes de su casamiento, un joven bastante estricto es engañado para llevar a su abuelo, un pícaro ex-militar, a Florida durante las vacaciones de primavera.
Con la llegada a la cartelera de películas de este calibre, uno se pone a pensar qué es la fuerza motriz que lo lleva a un actor del nivel de Robert De Niro a firmar contrato. ¿Es que le falta plata para comprarse una casa nueva? ¿Deudas impositivas? Toda pregunta es posible y quizás más de una sea válida. Pero hay otra potencial variable, y es que tal vez Robert quiera hacer un papel en las antípodas de lo que usualmente acostumbra. Es por eso que Dirty Grandpa, y todos los problemas y aciertos que trae a colación, empiezan y terminan en la figura del ganador del Oscar.
La historia tampoco es un dechado de virtuosismo. En lo que puede ser una de las tramas más lineales y previsibles de los últimos años en materia de comedia, un más que ajustado joven abogado en la piel y apretada ropa de Zac Efron se ve engañado por su agresivamente sexual abuelo, para que él mismo tenga sexo luego de la muerte de su compañera de toda la vida. No es más que eso. Los guionistas no se esforzaron mucho en plantear una narrativa creíble y hasta tienen el atrevimiento de querer aleccionar en algunos momentos, fracasando estrepitosamente. Sí, si sos joven tenés que vivir la vida y aprovecharla, seguir tus sueños, bla bla bla. Lo entendimos. Hay mucho estereotipo burdo dentro de la película de Dan Mazer, y cuando se regodea en ellos, no es para nada entretenida.
Sí lo es cuando prende la mecha de abuelo zafado de De Niro y lo deja decir y hacer infinidad de sandeces muy gráficas, que no estamos acostumbrados a oír y ver en una figura como la que representa. Claramente disfrutó mucho de su papel y su entusiasmo se transmite a la platea con situaciones extremadamente subidas de tono, que harán las delicias del público buscando todo lo que ofrece una buena comedia restringida. Efron hace buena dupla con el galardonado actor, y si bien está muy a gusto con las comedias en los últimos tiempos, acá se lo nota un poco desanimado, a excepción de cuando tiene que mostrar toda la carne, que el director sabe sacarle provecho con mucho gusto. Dentro del resto del elenco, cabe destacar el hilarante trabajo de Aubrey Plaza como una universitaria enajenada y con la vista fija en el abuelo, y la bonita Zoey Deutch, que se merecía un papel mucho más redondeado.
En definitiva, Dirty Grandpa es mucho mejor que lo que los medios americanos tanto criticaban, donde destrozaron a la película sin miramientos, pero tampoco es una comedia que pasará a la historia por su temática o memorables escenas. Es entretenida, vemos otra cara de De Niro, y saciará las ansias de chistes burdos, crudos y sexuales que toda comedia restringida ofrece.
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