Después de sobrevivir a un ataque bovino casi fatal, un cocinero de cafetería desfigurado lucha por cumplir su sueño de convertirse en el cantinero más ardiente de Mayberry, mientras que aprende a lidiar con su pérdida del sentido del gusto.
La película arranca con los mismos recursos: un montaje hecho con una canción clásica. Tenemos a Wade en el centro de la escena diciéndonos que para entender lo que pasa, tenemos que saber qué ocurrió hace seis semanas. Y el miedo de que veamos una especie de remake de la primera puede que nos invada. Nada más alejado de la realidad: Deadpool 2 es fresca, es original, sabe en qué medio se está moviendo y juega con eso. Es una sorpresa y una alegría que, en el mundo de las películas superheroicas, podamos contar con «the merc with a mouth» para darnos algo original.
David Leitch dirige esta segunda entrega y sigue sorprendiendo como realizador. El ex doble de riesgo ya había demostrado de qué era capaz en John Wick (2014) y el año pasado con Atomic Blonde. Puede que por su pasado en la industria las escenas de acción de sus películas sean, además de creíbles, fluidas y muy entretenidas de ver. Él, como director de esta segunda parte, es el primer gran acierto.
Ryan Reynolds dijo que ya durante la filmación de Deadpool estaban pensando en la continuación. O sea que no es casualidad que en esta tengamos suficientes guiños a la anterior, pero sin abusar de ellos o querer repetirlos. Como es de esperar, la cuarta pared -al igual que en sus cómics- es rota en varias oportunidades, pero esta vez no lo hace en tantas ocasiones. Los chistes, si bien vienen por la misma línea, son diferentes. Algo que esperaríamos que fuera usado hasta el hartazgo es el hecho de que Josh Brolin, el hombre detrás de Cable, es también quien interpreta a Thanos, el mayor villano del MCU. Es bueno poder decir que esa referencia casi no está presente: jugaron con lo inesperado y lograron hacer una película que, si no es superior a la primera, está cabeza a cabeza.
Ya nombramos a Cable, ese personaje nuevo que sabíamos desde la escena post-créditos de la primera que iba a estar presente. Brolin es perfecto para el papel –a pesar de su estatura- y la química que tiene con Reynolds es innegable. Domino es otra de las nuevas protagonistas. Cuando se anunció que Zazie Beetz había sido elegida para el rol, muchos fanáticos pusieron el grito en el cielo y se indignaron todavía más cuando vieron la primera imagen de la actriz caracterizada. Basta con verla cinco minutos en el papel para darse cuenta que fue una gran elección. Es imposible no querer a Domino, y Beetz, que desde Atlanta viene demostrando su capacidad y humor, está a la altura del resto de los héroes. Además de estos dos grandes protagonistas, la película está llena de cameos o pequeños papeles interpretados por grandes actores.
A todos estos aciertos hay que sumarle la inteligencia con la que fueron hechos los trailers. No hay forma de anticipar la trama con los adelantos que vimos, algo muy parecido a lo que sucede con los de Star Wars. Otro es el soundtrack. Como pasó en la primera, la banda sonora es tan inverosímil como adecuada. Desde Céline Dion hasta dubstep, las canciones se sincronizan con cada escena, potenciando los momentos, tanto los graciosos como los dramáticos. Porque si, también vamos a ver algunos dramáticos o emotivos, a lo Deadpool, pero van a estar y funcionan.
Los personajes que ya estaban, como Dopinder, Coloso y Negasonic Teenage Warhead, están tan bien utilizados como en la antecesora y se complementan con los nuevos, que sólo le suman a la personalidad de la película. Entretenida, graciosa, emotiva y con escenas de acción muy bien coreografiadas, Deadpool 2 combina todos estos factores y consigue hacer algo nuevo y refrescante en el ya agotado universo de las películas de superhéroes.
Cuando ya podríamos dar por terminada esta nota, vamos a agregar otro párrafo, al mejor estilo escena post-créditos. Y lo hacemos, justamente, para decirte que, como en todas estas películas, uno no puede simplemente pararse e irse cuando empiezan los créditos. Quedate y está vez más que nunca, porque son increíbles. Vas a salir del cine riéndote como pocas veces.
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