Ray Garrison es resucitado por la compañía Rising Spirit Technologies a través del uso de nanotecnología. Mientras lucha por recuperar la memoria, éltrata de volver al ser el que era antes de sufrir el accidente que le dejó amnésico.
Ray Garrison es un marine de manual: de esos valientes que se meten en cualquier lugar aunque sea peligroso, que no acata órdenes pero que todo le sale bien, es el héroe al que todos le palmean la espalda. Después de una misión, él y su esposa son secuestrados y asesinados, pero Ray es revivido por la corporación RST con nanorobots en lugar de sangre. Bloodshot es una nueva adaptación de un cómic, en este caso de la editorial Valiant. Una burda película que podría haber funcionado hace 20 años, repleta de clichés, acción sin sentido y giros que pretenden ser sorpresivos pero que en realidad son obvios.
Después de volver a la vida, Ray (Vin Diesel) despierta en un laboratorio y no recuerda mucho de su pasado. El Dr. Emil Harting (Guy Pearce) es el que está a cargo de toda la operación y le dice que su cuerpo fue donado por el ejército y que eso sólo sucede cuando nadie lo reclama. En ese lugar no solo está él, sino también muchos soldados que fueron modificados y mejorados: KT (Eiza González) era una nadadora que tuvo un accidente y ahora respira por una válvula en el pecho, Jimmy Dalton (Sam Heughan) perdió las piernas y ahora tiene prótesis super resistentes y más casos similares. Todos viven en ese lugar, como si fuera una especie de fraternidad, y salen para cumplir sus misiones. De a poco Ray empieza a recordar y le vuelve la imagen del momento en el que su esposa fue asesinada, así como también la cara del asesino. Se escapa del complejo donde despertó y va a buscar venganza.
El planteo de la película es bastante básico y es algo que ya hemos visto varias veces: el héroe engañado y manipulado por los supuestos buenos que sólo lo usan para eliminar a la competencia. El problema es cómo llega a todos esos lugares, los momentos de grandes revelaciones están tan mal escritos que no sorprenden, simplemente aburren porque ya sabemos qué es lo que va a pasar. De hecho toda la película está mal escrita, el guion es chato, pobre y para ser una de acción es sorprendentemente aburrida. Vin Diesel vuelve a hacer un papel en el que se lo vio muchas veces, pero esta vez menos inspirado y no tiene nada que haga su interpretación memorable, lo mismo pasa con el resto de los actores. Quizás más con Guy Pearce porque no se entiende qué hace ahí y su personaje es lo más predecible de todo este desastre.
Bloodshot es una de esas películas que se califica como «domingueras», pero no le desearía a nadie terminar el fin de semana viéndola.
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