Cuando tres padres descubren el pacto que han acordado sus hijas para perder la virginidad en el baile de graduación, lanzan una operación encubierta para evitar que las adolescentes concreten su plan.
Un par de años pueden hacer gran diferencia en la industria. Y el proyecto indicado puede cambiarlo todo. Ese es el caso de Kay Cannon, quien tras años de integrar el equipo de escritores de 30 Rock pasó a escribir el inesperado éxito de crítica y taquilla que fue Pitch Perfect. Una película que parecía tener destino de clásico de culto, por lo bajo se armó de una gran base de fanáticos que esperaban con ansias la llegada de una segunda entrega, que recaudó todavía más a nivel mundial y a la que además le fue bien entre los especialistas y el público. Pero todo puede trastocarse rápido en Hollywood y así es que llegamos a un 2017 de poco brillo para la mencionada escritora, con una Pitch Perfect 3 apaleada por los críticos –en Argentina ni siquiera se estrenó- y con su serie Girlboss cancelada por Netflix, en un tiempo en que el gigante del streaming mantenía cualquier cosa con vida. Por fortuna la guionista no se quedó con eso y resolvió volver con más fuerza al debutar en la dirección con Blockers, una divertida comedia que lee bien los tiempos que corren, más allá de que el título pareciera indicar lo contrario.
Quizás podría funcionar igual de bien con otras figuras, pero es importante destacar desde el principio a su trío protagónico. John Cena sigue tras los pasos de The Rock como un ex luchador que se hace de un nombre en el terreno del cine y, si bien todavía está lejos del status de superestrella del otro, desde hace bastante que hace bien los deberes. Sus inicios como héroe de acción en proyectos directo a video han dado paso a esta nueva faceta más dedicada al humor y hay que reconocer que tiene talento en la materia, con buen timing para acoplarse a sus compañeros de ruta, bien probados en el área. Leslie Mann se sabe que es una sólida actriz para cualquier proyecto del género y aquí ofrece una gran labor, como la madre soltera que ve cómo su hija ha crecido frente a sus ojos y cada vez la tiene más lejos. Quien completa el terceto es Ike Barinholtz, un buen alumno de la escuela MADtv, y su Hunter es una variante del Jimmy de Neighbors, precisamente lo que esta película necesitaba: el padre cool y relajado que funciona como un comodín, que puede disparar para cualquier lado.
Blockers se desenvuelve como una comedia sexual más. Las chicas –no los chicos, porque a quién le importaría que ellos quieran perder su virginidad- quieren tener sexo en su noche de graduación. Sus padres se enteran, con una divertida escena en la que leen los chats y tratan de descifrar el lenguaje moderno de los emojis, y deciden poner en marcha un plan para bloquearles el acto. Pero ellas no se van a quedar toda la noche en la fiesta -¿qué adolescente en la historia del cine se queda en su prom hasta el final, no?- y por eso se desarrolla una persecución a lo largo de diferentes fiestas, lo que da pie a desopilantes situaciones en la que los padres tratan por todos los medios de cerrar las piernas de sus hijas.
Pero, si bien hay un desarrollo tradicional dentro de las expectativas del subgénero, lo que eleva a Blockers son sus personajes y su lectura de época. El trío de padres se conoce desde que sus hijas empezaban el jardín de infantes y la vida los llevó por diferentes caminos, al punto de que esa amistad que tenían ya no es tal. Cada uno es distinto y tiene sus motivos para tratar de mantener virgen a su hija, así como también cada uno aporta lo suyo a esa relación tripartita que se redescubrirá conforme avance la noche. A las chicas, por su lado, se las perfila como unas amigas inseparables que toman la decisión de dar el salto en esta noche, pero todas tienen un desarrollo adecuado como para que el pacto les exija algo.
Es en las relaciones entre los dos tríos que No Me Las Toquen prospera, con una celebración de las amistades en distintas generaciones, con un comentario nada tapado sobre el sexo en la actualidad y con un gran sentido del humor. Desde luego que cae en un facilismo de lo vulgar que no la favorece, pero es lo menos en una comedia que tiene algo que decir y lo hace muy bien.
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