Harley se separó del Joker, esta vez para siempre. El problema es que sin la protección de su ex, se da cuenta de que sus enemigos son muchos. Birds of Prey reúne a la estrambótica villana con heroínas clásicas en una nueva y muy diferente interpretación del grupo femenino de DC. Una divertida aunque caótica película con grandes escenas de acción y muy buenos personajes que, por momentos, se pierde demasiado en el sinsentido.
Cathy Yan dirige esta historia completamente diferente del personaje, donde se la ve desolada, descontrolada y adueñándose de todo su delirio, inteligencia y sentido del humor tan particular. La idea de esta película fue de Margot Robbie que, además de protagonizarla, también es productora ejecutiva. Cuando le pone punto final a su relación con el Joker, se corre la voz en la ciudad y la ex psiquiatra descubrirá que, sin el payaso a su lado, la vida se le va a hacer mucho más difícil porque tiene muchos enemigos. En el medio se cruzará con Roman Sionis (Ewan McGregor), mejor conocido como Black Mask, un mafioso que cuando se entera que ya no está con el criminal más temido de Gotham, intentará liquidarla. Pero así como se cruzará con villanos también encontrará una niña que Roman está intentando atrapar: Cassandra Cain (Ella Jay Basco) y entablarán una relación simpática aunque por momentos aburrida.
Dinah Lance (Jurnee Smollett-Bell) sólo utiliza su apodo, Black Canary, cuando canta en el escenario del club de Sionis y Helena Bertinelli (Mary Elizabeth Winstead) no consigue que nadie la llame Huntress mientras elimina uno a uno a los asesinos de su familia. Renée Montoya (Rosie Perez) está armando un gran caso contra Sionis pero su comisario no le cree. Este grupo desparejo recién se junta en el último tercio de la película que es, sin lugar a dudas, cuando la cosa se pone interesante.
La historia está narrada por la mismísima Harley y por esto quizás se justifica los constantes saltos en el tiempo y la trama desordenada, pero esto hace que el espectador se pierda y que, hasta por momentos, se canse. Las escenas de acción son de lo mejor, no sólo de esta película sino del DCEU en general, esto se debe a que casi todas lasde ese tipo estuvieron a cargo de 87Eleven, la compañía de Chad Stahelski, director de la saga John Wick. Si bien siguen usando la cámara lenta y esto a veces ralentiza la secuencia, las peleas son dinámicas, entretenidas, originales y hacen brillar a los personajes.
Por momentos es despareja y falla en hacer interactuar más a sus protagonistas, pero la propuesta de Birds of Prey es diferente y parecería abrir las puertas de un nuevo DCEU de la mano de Shazam! y, en menor medida, Aquaman. Películas coloridas, entretenidas y delirantes que aceptan y se apropian del inverosímil del que parten. Esta en particular está llena de momentos que le hacen honor a eso y es una perspectiva más que interesante en este tiempo en el que estamos saturados de superhéroes. Sus fallas son varias, muchas muy evidentes, pero eso no quita que al final del día sea una gran historia para pasarla bien.
Algo que resuelve de manera muy inteligente es su relación con Suicide Squad (2016). Se entiende que pasó, pero sólo lo conveniente para la trama. El resto quedará en manos de James Gunn.
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