Crítica de Anyone But You / Con todos menos contigo

Sydney Sweeney y Glen Powell se juntan para intentar revivir las comedias románticas.

En la última década, las comedias románticas han comenzado a sentirse como una especie en extinción. Sin contar algunas excepciones, son pocas las películas de este género que realmente resuenan en los espectadores, y cada vez menos estudios apuestan por llevarlas a la pantalla grande. En 2018, la sensación del verano «Set It Up«, dirigida por Claire Scanlon y Katie Silberman y protagonizada por Glen Powell y Zoey Deutch, parecía destinada a revivir el género. Cinco años después, el destino de las comedias románticas sigue en terreno inestable, pero otra película estelar para el carismático Powell ha salido de Sony Pictures, y muchos la están llamando la nueva gran comedia romántica. Protagonizada por Glen Powell (Top Gun: Maverick, Set It Up) y Sydney Sweeney (Reality, Euphoria), la película sigue a una pareja que, a pesar de un primer encuentro romántico «perfecto», por un malentendido y falsas interpretaciones comienza a odiarse. Cuando más lejos quieren estar el uno del otro, el azar los lleva a coincidir en una boda en Australia, y se ven obligados a fingir estar en una relación.

La película es una clásica comedia romántica y no pretende ser nada más, lo cual es perfecto. Asume todas las convenciones del género que los fans esperamos ver en una de estas cintas: dos protagonistas encantadores con gran química que descubren que son el uno para el otro, no sin antes tener un gran gesto romántico. Además, cuenta con paisajes hermosos en Australia, escenas cómicas realmente divertidas y una canción pegajosa (Unwritten de Natasha Bedingfield) que tal vez sea una de las mejores decisiones de la película. Nadie se sumerge en una película como Anyone But You en busca de realismo, ni debería hacerlo. La película está diseñada para ofrecer una experiencia de evasión entretenida y logra su cometido. Sin embargo, aunque la fórmula esté perfecta, en mi opinión, la película está lejos de ser la mejor comedia romántica de la década o siquiera del año. Y sobre esto quisiera centrarme, porque es realmente una lástima.

Tiene dos actores que forman una combinación ganadora y todos los elementos para ser una película mucho más memorable, pero algo no cuadra: cuenta con un guion muy flojo. Bea (Sweeney) es una romántica incurable, alguien que dice que ha estado pensando en el matrimonio desde que era una niña. Sweeney se ha destacado interpretando a personajes más fríos y maliciosos, como Cassie en Euphoria y la ultra-cínica Olivia Mossbacher en The White Lotus. Es imposible apartar la mirada de ella en la pantalla (definitivamente es una estrella en ascenso), pero no resulta del todo creíble como una heroína ingenua. Y no se trata solamente del peso de sus anteriores roles; el problema radica en que el guion intenta meternos un montón de conflictos que al parecer tiene la protagonista, pero sin darle espacio para presentarlos como parte de su personalidad, dejando una protagonista que se siente más arquetipo que mujer protagónica. Ni siquiera estoy segura de que me cayera bien al final de la cinta.

Powell, por su lado, está en su elemento como un taimado ejecutivo financiero. Ben parece ser una continuación del papel de Powell como Hangman en Top Gun: Maverick, donde el actor inclinaba la cabeza y se burlaba de toda la película. Sabe cómo alcanzar la cantidad justa de ironía y cómo oponerse a su fisicalidad para hacer que el personaje sea lo suficientemente simpático. Pero de nuevo, el guion se mete en su camino y lo entorpece. Algunos de los desarrollos necesarios para que creamos que los protagonistas han cambiado o que han descubierto algo que les demuestre que merecen estar juntos. Con un guion tan endeble, la química entre Powell y Sweeney tiene que hacer el trabajo pesado de sostener la película, y a menudo lo logra. Sea lo que sea que tengan, ya sea una relación secreta, como se murmuró en su momento, o más seguramente, pura habilidad actoral, la química es tan fuerte que no importa que sus personajes a menudo no suenen como auténticos humanos. La película vale la pena para distraerse un rato y seguramente el éxito que está viendo en taquilla ayudara a que volvamos a ver una renovada ola de comedias románticas, pero todavía esta lejos del nivel de nuestras rom-coms favoritas.

estrella25