Una discusión en la cocina que termina en llanto. Un abrazo que aprieta mucho más desde uno de los lados. La sensación de no ser suficiente, de estar equivocada, de no ser correspondida. Hay dos tipos de corazones rotos: por un lado está el que duele, pero que igual se agradece, ese que si bien lastima ahora, dejó algo positivo. No cambiarías esa relación por nada del mundo. Pero el otro, ese que duele porque no sabes cómo estuviste ahí, cómo dejaste que te hicieran sentir así. Ese es el más complicado y justamente ese, es el que Taylor Swift retrató de manera excepcional en “All Too Well: The Short Film”.
Corría el año 2012 y el disco “Red”, de Taylor Swift llegó a las disquerías de todo el planeta. Como cada uno de sus lanzamientos, se convirtió en un éxito rotundo, pero también se prestó a interpretaciones tras interpretaciones. Es que como ella acostumbraba, así como la gran mayoría de los artistas, su música está conectada con su vida personal y, a veces, sus relaciones. La canción “All Too Well” se convirtió en un himno para los corazones rotos y ahora, 9 años después, vuelve a romper todos los paradigmas con un corto que muestra de manera perfecta ese dolor.
Entrar en las especificidades de por qué Taylor Swift está regrabando toda su discografía es irse por las ramas, alcanza con saber que, de esta manera, ella recupera sus creaciones y se convierte en la dueña de los derechos de estas nuevas versiones. Así, decidió que cada uno de sus discos tendría algo más, algo que en ese momento no pudo ser. Así se puede escuchar temas que jamás llegaron al estudio o, como en el caso de “All Too Well”, letras demasiado largas que tuvieron que ser cortadas. Pero ahora es una artista con mucho más peso, y si saca una canción de 10 minutos, sabe que se va a escuchar igual. Mucho más si, para acompañarla, estrena un corto de 14 minutos protagonizado por Sadie Sink y Dylan O’Brien.
Taylor escribió y dirigió este video, que fue presentado desde un primer momento como un cortometraje. Hay veces que los artistas pecan de ambiciosos y parece que exageran lo que hacen al usar nombres grandilocuentes que le quedan grandes. Pero este no fue el caso. No es un video musical, o sí, pero también es un corto con una trama devastadora que transmite más que muchas de las producciones del género de los últimos años. Este romance dramático cuenta la historia de una pareja con una gran diferencia de edad y cómo, a pesar de todo lo que ella, una adolescente, dio y esperó de un noviazgo con un adulto, terminó de la peor manera.
El casting juega un rol fundamental en la historia. Para interpretarla a la mujer, Swift optó por la actriz Sadie Sink, de “Stranger Things”, y este personaje está en una relación con el de Dylan O’Brien (“Teen Wolf”, “Maze Runner”). La diferencia de edad es significativa, mientras ella tiene 19 años, él ya cumplió los 30. Esta es la misma diferencia de edad que la cantante tenía cuando salió con Jake Gyllenhaal, persona que inspiró esta canción. Pero el hecho de que haya elegido una actriz a la que se la asocia con papeles casi infantiles, no es casual, intenta transmitir que, si bien podía ser considerada una adulta en ese momento, todavía era chica.
Con detalles así, la historia sigue adelante. Los montajes entre ellos de los momentos felices, son tiernos, tienen un aire de familiaridad increíble, algo que lograron al filmar el corto en 35 milímetros y, por supuesto, la dirección de fotografía de Rina Yang hizo lo suyo. “All Too Well”, así como el disco “Red”, son una oda al otoño, una manera de canalizar esa pérdida y luto de una relación con el momento en que las hojas caen. Por eso, esa también es la época en la que transcurre la historia y la paleta de colores que eligieron para crear esta pieza cinematográfica es consistente con esto en todo momento.
Pero una de las piezas más importantes de esta creación es el trabajo de sus protagonistas. Sadie Sink y Dylan O’Brien tienen una química increíble que se apodera de la pantalla. Ambos resultan hipnóticos en esos papeles, pero mientras ella genera empatía con cada mirada, él empieza a repeler al espectador con pequeños gestos. Todo estalla en la escena en que la música para y se ve una discusión en la que se puede comprender la verdadera dinámica de esta relación y la falta de poder que ella tenía allí.
Las letras de Taylor Swift siempre contaron historias, de hecho ella siempre recalcó que era lo que mayor orgullo le daba. Ahora, con «All Too Well: The Short Film» demostró que no solo puede transmitir esto a través de canciones, sino que tiene la capacidad y el talento para convertir estos pequeños relatos en piezas que trascienden su medio original y crear un fenómeno pocas veces visto en semejante dimensión.