Crítica de Alita: Battle Angel

Alita, una cyborg semihumana es rescatada de una pila de chatarra por el Dr. Dyson Ido, quién la reconstruye y adopta como una hija. Poco a poco, descubren que ella tiene habilidades de combate especiales que la hacen pensar en cuál es su verdadero origen.

Una cyborg es rescatada de un tiradero por un doctor y, al despertar, no sabe quién es ni en dónde está, pero con el tiempo los misterios de su pasado se irán develando y deberá enfrentarse a las personas que dirigen la ciudad, los verdaderos villanos. Una aventura sci-fi con increíbles escenas de acción, grandes efectos especiales, pero un guion lento y una historia que no termina de atrapar, Alita: Battle Angel es la nueva película creada por James Cameron y dirigida por Robert Rodriguez, basada en el manga Gunnm, de Yukito Kishiro.

Cuando Alita (Rosa Salazar) es rescatada por el doctor Dyson Ido (Christoph Waltz), despierta en Iron City, una ciudad con gente de todo el mundo que emigró luego de la Gran Caída porque estaban debajo de la última ciudad flotante: Zalem. Todos los que están abajo sueñan con llegar allí, pero muy pocos lo consiguen. Ella empezará a conocer la ciudad, gente que la ayudará a recordar quién es y otros que intentaran matarla porque es mucho más que un cyborg. Tiene habilidades y tecnología perdidas hace cientos de años y está dispuesta a sacrificar todo por proteger a aquellos que ama.

Una heroína hecha a través de captura de movimiento que es todo corazón, pero con la que no se termina de sentir empatía. Una historia que brilla en los momentos de acción pero todo lo que pasa entre medio parece alargarse de más y no llevar a ningún lado, diálogos que no pertenecen a una película de semejante calibre sino a novelas de las tres de la tarde en un canal de aire. Un interés romántico que se intenta exacerbar pero que reproduce varios estereotipos que desde años intentan desterrarse sobre el amor romántico.

Es una gran experiencia para vivir en la pantalla de IMAX pero sólo por algunas escenas, porque la historia en general no tiene mucho para decir. La actuación de Salazar es correcta pero no mucho más. Los que se destacan, como es de esperar, son Christoph Waltz y Mahershala Ali como Vector, uno de los antagonistas. Sus interpretaciones superan todo lo que sucede en la película. Hasta Jennifer Connelly, que personifica a Chiren, una científica y ex esposa de Ido, parece perdida en el papel y no entrega mucho.

La búsqueda de identidad llevará a Alita recorrer toda la ciudad, cruzando su camino con cazadores-guerreros, la única autoridad de Iron City desde la Gran Caída, enemigos peligrosos, amigos y con Hugo (Keean Johnson), el interés romántico de la joven y quien le enseña a jugar Motorball, un juego que será crucial no sólo en esta, sino en la secuela que claramente deja planteada.

Alita: Battle Angel es una película entretenida con escenas increíbles pero con una historia floja y con elementos ya conocidos y mejor utilizados en otros films. Ideal para entretenerse y no pensar en nada.

 

 

 

 

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Julieta Cáceres

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