Crítica de 47 Meters Down / A 47 metros

Dos hermanas se van de vacaciones a México, donde deciden realizar una excursión de buceo para observar tiburones. Pero un día divertido pronto se convertirá una pesadilla, cuando la jaula de observación se desconecta y caen en la profundidad del océano.

47 Meters Down

La historia de In The Deep, ahora formalmente conocida como 47 Meters Down, es al menos curiosa. Pensada originalmente como una propuesta directa al mercado hogareño, fue el cálido recibimiento a The Shallows -genial película en la que Blake Lively batallaba un tiburón voraz- lo que llevó a los productores a reclamar el proyecto planeado para las estanterías y a reprogramar su estreno en cines, en pleno verano norteamericano, donde resultó en un éxito comercial. Su arribo a salas locales se da en pleno estío, momento ideal para arrojar la historia de dos hermanas a las cuales una excursión en aguas tropicales les sale terriblemente mal.

Las comparaciones con The Shallows podrán estar a la orden del día, pero ambas se complementan haciendo un double feature como hace años no se lograba. Si bien Lively estaba atrapada en una diminuta roca en el medio del mar, las jóvenes que con mucha soltura interpretan Mandy Moore y Claire Holt se ven asediadas por escualos enormes en el fondo del océano, con poco aire y escasa comunicación con la superficie. La historia previa al evento principal podrá parecer sosa, pero dimensiona a las dos, las hace humanas y propone un verdadero juego de supervivencia para ambas. Es una situación verdaderamente tensa, que Moore y Holt batallan con bravura gracias a una química fraternal y siguiendo un puntilloso guión de parte del director Johannes Roberts junto a Ernest Riera -los dos escribieron The Other Side of the Door-. El realizador pasaría después a ocuparse de la esperada secuela The Strangers: Prey at Night, por lo cual después de haber visto lo que hace con el suspenso acá ha disparado aún más mis expectativas por la demorada segunda parte.

47 Meters Down

Es fácil decir que están a salvo dentro de la jaula, pero el guión las empuja constantemente a salir de esa zona de seguridad si es que quieren salir vivas, y es en esos momentos donde Roberts demuestra, tanto desde el guión como de la dirección, un manejo loable de la presión, donde cualquier cosa puede pasar y los tiburones, computarizados y todo, vuelven a ser una amenaza como no se veía desde las épocas de Jaws de Steven Spielberg. Sabemos qué película es superior, pero el regreso de un sugbénero de horror tan de moda hace años, y parodiado tristemente por la saga Sharknado -que lo despojó del terror-, es motivo de festejo. Los tiburones una vez más vuelven a ser aterradores.

Con una escueta duración por debajo de los 90 minutos, 47 Meters Down ofrece un hermoso y espeluznante espectáculo, que quizás deje a varios confundidos con su tramposo final -tiene ecos de la británica The Descent, tanto su versión original como su reimaginación, para darle pie a la arbitraria secuela- pero que ofrece un entretenimiento de horror imperdible para los amantes del género. Debido al éxito en su país de origen, habrá una continuación, titulada 48 Meters Down, y próximamente veremos en cines a Jason Statham luchando con un legendario tiburón prehistórico en Meg. Hay tiburones para rato.

estrella3

 

 

 

 

[ratingwidget_toprated type=»pages» created_in=»all_time» direction=»ltr» max_items=»10″ min_votes=»1″ order=»DESC» order_by=»avgrate»]