CINESCONDITE

 

Aprovechando el reciente lanzamiento de HBO Max en nuestro país y teniendo en cuenta la cantidad de títulos disponibles en dicho servicio, creo que es oportuno enumerar algunas películas que nunca está de más descubrir, volver a revisitar o directamente darle PLAY sin leer mucho al respecto.

Solemos decir ante la sobrecarga de plataformas de streaming -y después de estar varios minutos peinando el catálogo- que “no hay nada para ver”. Personalmente creo que esta afirmación está lejos de ser correcta y es más el cansancio que juega en muchos el saber que pueden estar horas buscando algo que ver sin poder decidirse.

Está claro que todas estas plataformas hacen figurar en la página principal a las películas o series más recientes, destacadas, o de un clamor popular, pero también debemos saber que si buscamos mucho más a fondo hay varias gemas que vale la pena descubrir.

Estas son cinco películas que en lo personal me encantan y no puedo dejar de recomendar así que si ya estás cansado, como yo, de ver franquicias por todos lados, dejo estos títulos para que guardes en tu lista y analices darle una oportunidad el próximo domingo que llueva, por ejemplo.

Una aclaración: Dichas películas no están puestas bajo ningún orden. Son simplemente cinco propuestas que fui anotando mientras las iba encontrando en la app. Esta nueva plataforma tiene un catálogo mucho más amplio que otras por lo que tuve que decidir finalmente aunque me duela dejar muchas afuera.

1. LOS IMPERDONABLES (Unforgiven, 1992):

El Western es uno de los géneros cinematográficos más antiguos del cine. Fue en 1903 cuando Edwin S. Porter -considerado el padre del género- estrenó el cortometraje The Great Train Robbery, que empleó técnicas narrativas de vanguardia para lo que era en ese momento los primeros pasos del cine.

Con el fallecimiento de directores emblema del género como Sergio Leone, Don Siegel y John Ford, el padre de este tipo de historias, las películas que abarcaban a las bandas de maleantes, los forajidos con los que simpatizamos y el cambio de valores en América fueron disminuyendo, lo que llevó a que en 1992 el actor y director Clint Eastwood creara su carta de amor al género y su agradecimiento a sus maestros fílmicos.

Con el papel del asesino retirado William Munny el viejo Clint nos compró con una trama donde se deja en claro una cosa: No hay buenos ni malos en este mundo, sólo gente que toma las decisiones correctas o incorrectas.

Tomando como punto de partida un último trabajo donde debe asesinar a un hombre acusado de violentar a una prostituta, nos embarcamos en una espiral de tristeza y juicios propios donde Eastwood maravillosamente narra a través de planos amplios en contraste a la reflexión interna de su personaje. Quizás no rebose de acción como otros Westerns del propio Eastwood pero hablamos de un film que gracias a excelentes actuaciones, una fotografía propia de una pintura y una maestría en desarrollo de personajes, dejó una huella en el género. Tal es así que es considerada, por muchos directores de cine, como “el western definitivo”.

Maravillosa.

2 – LOS EXTRAÑOS (The Strangers, 2008):

Una de las mejores películas de terror de los últimos años, fácil. La premisa de Los extraños es extremadamente simple: Una pareja -interpretada por Liv Tyler y Scott Speedman-, se van de un casamiento a pasar la noche en una casa alejada de todo, en un lugar extremadamente tétrico, en vistas de mejorar la relación tirante que mantienen. Ese es el plan hasta que tres asesinos enmascarados empiezan a merodear su casa y los convierten en presas.

Lo mejor de esta película es el terror que nos genera saber dos cosas: Por un lado, darnos cuenta que estas situaciones son mucho más factibles que el ataque de un ente o un exorcismo y que siempre el enemigo vendrá de donde no lo vemos venir. El film se apega a eso y es en los momentos de silencio donde peor la vamos a pasar por el excelente uso del fuera de campo.

¿Por el otro lado? Está basada libremente en un hecho real ocurrido en Keddie, California, en 1981.

3 – LOS INFILTRADOS (The Departed, 2006):

Si, por supuesto no es lo mejor que ha hecho Martin Scorsese -ese puesto lo reservo para Goodfellas (1990)- pero todo aquel que haya visto esta obra maestra, aunque larga -dura 2 horas y media- jamás puede negar que pocas veces estuvimos tan pendientes del desarrollo de una película como ésta.

The Departed es una remake de Infernal Affairs (2002), peliculón chino de Andy Lau, del que hablaré en otra oportunidad. Como tal resulta una sorpresa porque el nivel de detalle y precisión sobre cada personaje retratado en el increíble guión de William Monahan -también escritor de Kingdom of Heaven (2005)- es frenético.

Desde el primer diálogo nos adentramos en una película que nos sitúa en los zapatos de Billy Costigan -un impecable Leonardo DiCaprio– y Colin Sullivan (Matt Damon), dos respectivos infiltrados en ambos bandos de la ley. Gracias al reparto coral, la edición de Thelma Schoonmaker -habitual colaboradora de Scorsese- y el dilema moral constante que plantea nos vemos inmersos en un relato donde enfrentamos una pistola cargada y una paranoia asesina que hace que nadie esté a salvo. La sensación después de verla es la de haber escalado una montaña, porque terminás exhausto.

Por favor no se la pierdan si no la vieron.

4 –SAGA MAD MAX (1979 – 2015):

En lo personal jamás tomé a estas películas como cuatro producciones separadas sino como una sola. Ver una de ellas aislada te va a dejar con la sensación de querer saber más siempre.

Mad Max es una serie de películas creada por el cineasta australiano George Miller que representó todo un hito en el cine de acción australiano al mostrar todo un despliegue de choques, explosiones y persecuciones completamente auténticos. Miller le dio rienda suelta a su locura y exploró el colapso de la civilización y la pérdida de la humanidad en tiempos de desesperación a través de Max Rockatansky –Mel Gibson en uno de sus papeles icónicos-, un hombre que pierde a su familia tras el salvaje ataque de unos motoqueros. Lo que sigue es un viaje frenético a través de distintos páramos -que lucen hermosos, raramente- donde la decencia desapareció hace mucho.

El primer film es un peliculón que te introduce al personaje y a lo que vendrá. La segunda entrega, de 1981, califica como una de las mejores películas de acción de toda la historia e incluye una persecución de 40 minutos en una ruta que parece filmada por los dioses.

Actualmente en HBO Max no se encuentra disponible la tercera parte -quizás la más evitable, pero totalmente disfrutable- así que pueden saltarse al plato principal del que quizás hayan oído: Mad Max: Fury Road (2015), una cátedra de cómo filmar una película de acción con colores que identifiquen el ritmo con el que se desenvuelve todo y que muestra cada choque y auto destrozado con un detalle envidiable.

Les garantizo que no van a poder sacarles los ojos de encima.

5 –TARDE DE PERROS (Dog Day Afternoon, 1975):

Si hablamos de eminencias cinematográficas hay un nombre que no puede faltar y que muchas veces, por desgracia, se pasa por alto: Sidney Lumet. Este hombre fue responsable de varios clásicos que ningún cinéfilo puede desconocer y formó directores versátiles que años después lograrían alternar géneros como él supo hacer.

Desde su “silencioso” debut en 1957 con 12 Angry Men -en lo que es uno de los mejores guiones de la historia y una de mis películas favoritas- no paró de escalar entre los grandes realizadores del séptimo arte, despachandose con obras como Network (1976), The Verdict (1982), una de las mejores películas de abogados jamás filmadas, hasta su despedida en 2007 con Before The Devil Knows You’re Dead, antes de fallecer a los 86 años en el 2011.

Entre todas esas obras una de sus películas más destacadas es Tarde de Perros. Basada en un hecho real ocurrido en 1972, seguimos un día en la vida de Sonny Wortzik y Sal Naturile, dos ladrones que emprenden un robo en un banco donde todo sale mal y la improvisación empieza a participar del juego.

¿Por qué es tan buena? Para empezar, tiene a Al Pacino en uno de sus tantos papeles icónicos, donde supo retratar a un tipo que se mete en el negocio equivocado y debe salir de su situación sin ningún tipo de experiencia encima. Pacino se mimetiza con su papel, acompañado del siempre cumplidor John Cazale, y juntos nos hacen partícipes de una guerra entre los dos bandos de la ley pero a la vez nos muestra algo que diferencia a esta propuesta de otras: La sociedad de ese momento los veía como estrellas y la fascinación del público por el morbo de ver a la policía de rodillas y lo que podían ser las consecuencias del atraco.

Un punto clave es que el espectador jamás sabe más que lo que se muestra y se dice en pantalla. Nos limitamos a acompañar a estos dos personajes y observamos que, en los primeros minutos, ya todo sale mal, lo que nos da una pauta de que todo empieza a derrumbarse lentamente y conoceremos más sobre el hecho a medida que la trama avanza.

Una de las grandes obras de Lumet, que transcurre en menos de un día y que nos deja con la sensación de haber sido rehenes de este director por dos horas.

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Ya saben entonces. Denle una oportunidad no sólo al servicio en sí sino a los pilares de gemas ocultas que fueron desfilando por el estudio desde su creación. Cine clásico, thrillers, drama, documentales, series de vanguardia, acción, animación…

El cielo es el límite.