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Tras anunciarse que Amazon Prime Video se hizo con los derechos para estrenar la secuela de Borat, se reveló un avance completo. El mismo nos introduce a esta nueva aventura del periodista de Kazajistán, quien regresa a Estados Unidos pero ahora acompañado. Lo que se dice es que hubo mucho interés de distintas compañías por quedarse con esta película, pero Sacha Baron Cohen (Borat, Talladega Nights: The Ballad of Ricky Bobby, Hugo) decidió ir con la plataforma de streaming para que pudiera tener su debut antes de las elecciones presidenciales norteamericanas de noviembre, cosa que hará al estrenarse el 23 de octubre.
Borat Subsequent Moviefilm: Delivery of Prodigious Bride to American Regime for Make Benefit Once Glorious Nation of Kazakhstan es el título completo de esta continuación, en la que ahora Borat es reconocido por las calles, con lo que debe ponerse diferentes disfraces para llegar a incomodar a sus entrevistados y lograr que se abran frente a las cámaras. Como indica el título, Borat Sagdiyev está de nuevo en el país del norte para entregar a su hija como obsequio para alguien «cercano al trono» y, según se puede ver en el adelanto, la Casa Blanca es el objetivo principal.
Jason Woliner (The Last Man on Earth) es el director de esta segunda parte, cuyo guion corrió por cuenta de Baron Cohen junto con Anthony Hines (Bruno), Dan Swimer (Who Is America?), Peter Baynham (Hotel Transylvania), Erica Rivinoja (Cloudy with a Chance of Meatballs 2), Dan Mazer (Office Christmas Party), Jena Friedman (The Conners) y Lee Kern (Bad Robots).
La película del 2006 dirigida por Larry Charles (Masked and Anonymous) y producida por el propio protagonista y Jay Roach (Trumbo, Game Change), que tiene como título oficial Borat: Cultural Learnings of America for Make Benefit Glorious Nation of Kazakhstan y fue filmada en formato de falso documental, fue un verdadero éxito que recaudó más de $261 millones de dólares y recibió una nominación al Oscar a mejor guion adaptado. Su humor irreverente provocó polémica en países como Alemania, Rusia y el propio Kazajistán, entendiendo que se burlaba de la sociedad de la región de Asia Central, aunque en los últimos años desde el gobierno kazajo admitieron que el film incrementó las visitas al país.