Bohemian Rhapsody se estrenó este jueves 1º de noviembre para reinar en todas las salas. La biopic sigue al joven Freddie Mercury, interpretado por Rami Malek (Mr. Robot), y cómo logró formar parte de una de las bandas más innovadoras y legendarias del siglo pasado, Queen. Desde sus orígenes en los pubs ingleses, hasta su majestuosa aparición de 1985 en el Live AID, somos testigos de la vida de uno de los frontmans más celebrados que el rock brindó.
Uno de los títulos más esperados del 2018, se suma a una larga lista de películas biográficas del estilo, siendo el mismo ni el primero ni el último en homenajear (de alguna manera) a estrellas musicales. Por eso mismo, como la ocasión lo merece, repasemos algunas de las oportunidades donde los músicos fueron llevados a la pantalla grande.
The Doors (1991)
Verano de los años sesenta, James Douglas Morrison, joven y polémico estudiante de cine de la UCLA, conoce en Venice Beach a Ray Manzarek, también estudiante de cine. La psicodelia y la ciudad de Los Ángeles son el escenario perfecto para dar vida a una de las bandas más influyentes y vanguardistas de la época, solo hay que atreverse a cruzar la puerta.
El film de Oliver Stone (Platoon, Wall Street, Savages) lamentablemente reflejo el lado más vulnerable y castigado de Jim Morrison, enfocándose solamente en su imagen de «playboy» que lo deja inmortalizado (por decir de alguna manera) como un bufón adicto al alcohol y las drogas. Si bien los escenarios recreados se asemejan bastante a la época, la ridícula interpretación de Val Kilmer como Morrison, obliga a menospreciar la producción que el film ofrece. El mismo Ray Manzarek, tecladista y co-fundador de la banda, se vio muy afectado por la vulgar imagen que se había perpetrado en la pantalla grande, negando la veracidad de ciertas escenas, como del comportamiento y forma de pensar del frontman.
Desafortunadamente el film no se acerca al corazón de la banda, pero si a la apariencia física de los integrantes, lo cual está muy bien logrado. Val Kilmer, Kyle MacLachlan, Frank Whaley y Kevin Dillon, son quien se ponen en la piel De Jim Morrison, Ray Manzarek, Robbie Krieger y John Densmore, aquellos veinteañeros contemporáneos a otro cuarteto inglés, que ambos con sus líricas y su innovadora melodía cambiaron a toda una generación.
Aquellos que quieran tener un acercamiento más próximo e íntimo a la banda, les recomiendo el documental When You’re Strange (2009) de Tom DiCillo, narrado por Johnny Depp.
Control (2007)
Ian Curtis es un joven mancuniano que deambula por las calles de Manchester con su campera de cuero, la cual en su respaldo tiene escrita la palabra HATE. Su devoción por la música de Bowie, Reed y Pop, tridente de la escena musical británica, lo lleva a fundar su propia banda Joy Division, la cual deja a raíz de su temprana muerte a los 23.
Anton Corbijn (A Most Wanted Man, The American) es el encargado de reencarnar por algunos minutos al joven Curtis, personificado por su perdido hermano gemelo Sam Riley. El film, acompañado por una imponente fotografía en blanco y negro, contrasta con la vida personal del propio Curtis, así de monótona y grisácea al parecer era su existencia, donde sus sombrías y dramáticas letras parecen funcionar como testamento o adelanto de lo que acontecerá al final del metraje.
Corbijn fue, sin duda, el indicado y el único que pudo haber retratado en la gran pantalla, como el destacado fotógrafo que es, la corta vida del enigmático líder de Joy Division. Su estilo se adueña de los filtros black and white, con una narración por momentos tediosa aunque atrapante, lenta pero rápida, siendo la ambigüedad con la que maneja y administra el tempo el motivo para que los estudiantes de cine tomen apuntes, y aquellos que quieran disfrutar de buen cine, se relajen y disfruten.
Sid & Nancy (1986)
Bajo la premisa cliché «el amor mata», la frenética vida de Sid Vicious, integrante del grupo punk Sex Pistols, y su enamorada groupie Nancy Spungen, se desarrolla en el film dirigido por Alex Cox (Repo Man, Straight to Hell). La dupla, encabezada por Gary Oldman como Sid y Chloe Webb en la piel de Nancy, es llevada a la cuasi perfección por el camaleónico actor, quien se rodea de todo tipo de sustancias, peleas, camperas de cuero y pintadas en los muros.
Dejando de lado la veracidad de los hechos, el film de Cox y compañía pareciera querer brindar un tinte de Kubrick y su gema A Clockwork Orange. Salvando la diferencia de que en la vida de Sid no era la korova milk la que lo preparaba para un poco de la vieja ultraviolencia, aquí la heroína jugo un papel muy importante para el joven bajista, algo que la película lo refleja de manera tal que funciona indirectamente como una campaña de concientización sobre las drogas.
Los Romeo y Julieta de la escena punk británica son los artífices del slogan sexo, drogas & rocknroll; de alguna manera el director intenta dejar una imagen de dos jóvenes rebeldes y confundidos en la Inglaterra de los ’70, quienes fueron devorados por el increíble ascenso de una de las bandas mas genuinas en lo que antecede a la escena punk en Inglaterra. La incógnita reina en su esplendor, ya que resulta dudoso saber lo que realmente sucedió aquella noche del 12 de octubre de 1978 en la habitación 100 del Chelsea Hotel.
Ray (2004)
El mundo del cine puede abrir puertas como así cerrarlas, y los papeles que algunos actores deciden llevar a cabo son la llave para las mismas. Aceptar encarnar la vida de un icono musical como fue Ray Charles, es un trabajo kamikaze por así decirlo: o logras realizarlo a la perfección o mejor es correrse del camino y que busquen a otro valiente. Jamie Foxx siguió por el sendero que creía el correcto y brindo una de las actuaciones mas memorables de los últimos tiempos. Taylor Hackford (The Devils Advocate, The Comedian) fue el responsable de retratar con melancolía la vida del gran músico, quien tuvo su aparición estelar en The Blues Brothers (1980) junto a Dan Aykroyd y John Belushi.
El largometraje refleja la dramática infancia y también la temprana adultez de Charles, en sus comienzos transitando bares exclusivos para gente de color y antros que le enseñaron a valerse por sí mismo, hasta su estrellato en los ’50.
La inesperada muerte de su hermano menor, la pronta invidencia y la fuerte imagen materna, fueron los engranajes que forjaron al gran músico en una Norteamérica convulsionada por el racismo a lo largo y ancho del país. La fotografía y la banda sonora son las que moderan el film en su transcurso, incluyendo la notoria interpretación que Jamie Foxx propinó, la cual le valió un Oscar como mejor actor además de ganarse los elogios de la critica mundial. Dejando de lado el drama que resume la vida del gran músico, el film se encuentra amenizado por un repertorio de los grandes clásicos de Ray Charles.
En esta ocasión, con Bohemian Rhapsody nos encontramos ante una de las biopics que tendrá a sus fanáticos y detractores en vilo, ya que las primeras criticas se dividen, como suele suceder. Lo único que queda por hacer es comprar la entrada, relajarse en la butaca y esperar que el film no muerda el polvo.