Un viaje al origen del fútbol moderno, en la Gran Bretaña de 1879.
Con las diversas ligas de fútbol paradas debido a la mundialmente conocida pandemia, este podría ser un buen momento para viajar a finales del siglo XIX, Revolución Industrial de por medio, y descubrir la génesis del deporte en el Reino Unido a través de esta miniserie de seis episodios. The English Game ha ganado popularidad entre los fanáticos y otros convalecientes con la ausencia de una pelota rodando en la televisión. La producción es del mismo creador de Downton Abbey y combina la lucha de clases con el drama personal y los inicios del deporte. En primer lugar, hay que decir que la serie tiene varias licencias poéticas históricas; es decir, no sólo habla de fútbol. Dicho esto, es divertido para todos.
La historia sigue a Fergus Suter (Kevin Guthrie) y Jimmy Love (James Harkness), los primeros dos jugadores a los que se les paga para ingresar al campo, en un momento en que el torneo consistía solo de equipos amateurs. Para jugar en los cuartos de final de la Football Association Challenge Cup, James Walsh (Craig Parkinson), propietario del club Darwen FC, compuesto por trabajadores de fábrica, decide contratar profesionalmente dos refuerzos de Irlanda, enfureciendo así al equipo de Old Etonians, adversario con miembros de la alta sociedad.
La serie se enfoca precisamente en los cambios realizados por este grupo de personas al reinventar el fútbol, inicialmente considerado como algo rudimentario, en un deporte con reglas y estatutos. Los partidos en sí son mostrados como la lucha latente de clases, y construyen un puente en los dos mundos que se establecen en la FA Cup, el evento internacional de fútbol más antiguo. La rivalidad entre Old Etonians y Darwen desata una ola de revueltas en la ciudad que se extiende a la cancha.
Los personajes principales, Luke Kinnaird, Fergus Sutter y Jimmy Love, se reproducen con excelencia y ayudan a comprender el contexto de la época, como el tamiz social y la disminución de los salarios de los trabajadores de las fábricas. Por otro lado, las subtramas llevadas por los personajes agregan poco al trabajo. Edward Holcroft (Kingsman) y Charlotte Hope (Games of Thrones) son buenos ejemplos. La pareja, antes de caer en el favor del público, sufre una gran pérdida y este drama los acompaña hasta el final. Por otro lado, los problemas familiares de Sutter también tiene trazos frágiles. Lo curioso es que estas historias mas pequeñas parecen ocupar un tiempo precioso que podría dedicarse al desarrollo del deporte.
Un detalle que preocupaba mucho a la producción eran los escenarios y el vestuario. Al mirar la pantalla, viajamos a ese momento y nos sumergimos allí, incluso sin haber experimentado ninguno de los momentos allí representados. No sólo se ejemplifican muy claramente las discrepancias entre los más ricos y los trabajadores de fabrica, sino que el ambiente ingles de la época inunda todos los sentidos. Un trabajo de fotografía muy atento y elogiable.
The English Game es definitivamente una serie a recomendar, incluso si no les gusta el fútbol. A pesar de los momentos en que algunas tácticas se hablan en profundidad y un vocabulario muy dirigido a los amantes del tema, hay mucho más que eso. Las diferencias sociales y de combate transforman el drama histórico en una prueba de que el deporte rey sigue uniendo a personas de todas las clases.
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