Un conductor de radio famoso atraviesa lo que podría ser una crisis de la mediana edad. Sigue siendo amigo, o por lo menos eso intenta, de su ex mujer y eso solo lo confunde. No le gusta su programa y su productor no es de mucha ayuda. Casi Feliz es la nueva comedia argentina de Netflix y fue la serie más vista en nuestro país en sus primeros días de estreno. Creada por Hernán Guerschuny (Recreo, Una noche de amor) y Sebastián Wainraich, que también la protagoniza; una historia que intenta ser agridulce y mezclar la comedia con el drama de la vida cotidiana, pero que se queda a mitad de camino.
A Sebastián (Wainraich) lo reconocen en la calle, le dicen lo que piensan de su programa y de golpe todo el mundo parece ser productor o saber qué es lo que debería hacer. Pilar (Natalie Pérez), su ex mujer, intenta mantener una relación cercana con él por el bien de sus hijos. Los mellizos lo van a ver al estudio pero no entienden lo que hace ni les parece interesante, a su operador le pasa lo mismo, hace el programa con un auricular en lo oreja y nunca sabe de qué están hablando. Su mayor fan es su productor, Sombrilla, pero también es quien más lo mete en problemas diciendo que sí a todo lo que les propone sin siquiera consultarlo con él. También están sus padres, interpretados por unos sensacionales Hugo Arana y Adriana Aizemberg que, además de apoyarlo en todo, también se encargan de traumarlo incluso de grande gracias a su activa vida sexual.
La idea de la serie es interesante y es realmente refrescante ver este tipo de humor con el sello de la industria nacional, pero al mismo tiempo es por esto que es muy difícil con compararla y acá siempre sale atrás. Con un sentido del humor y narrativa que recuerda mucho al buen Woody Allen -no en el sentido calificativo de «buen hombre», sino de sus grandes momentos como creador-, pero que no llega a estar a la altura y parece no conseguir lo que busca. Quizás uno de sus problemas es que el protagonista no genera empatía en ningún momento y, para una serie que está construida alrededor de momentos incómodos por los que pasa Sebastian, esto debería estar presente. Puede que sea porque estamos acostumbrados al carisma de Wainraich en la radio y en el stand-up, pero en Casi Feliz no se ve mucho de eso, no es expresivo y en todas las escenas se lo ve con la misma cara, no importa si se acaba de dar cuenta de que sigue enamorado de su ex mujer o que la secretaria a la que quería invitar a salir es la hija de su escribano.
Uno de los aciertos que tiene es el elenco que lo respalda: Rafael Ferro, Julieta Díaz, Peto Menahem, Juan Minujín, Adrían Suar, Benjamín Amadeo y la lista sigue. Algunos solo hicieron una aparición, como el cantante Wos o Suar, y otros como Amadeo o Ferro son presentados como personajes más importantes para la trama y aparecen en más de una ocasión. Pero si bien estos actores le sumaban mucho a la serie, también era muy evidente la diferencia entre ellos y el protagonista, el rango de Wainraich es casi ínfimo cuando se lo pone al lado de Julieta Díaz.
Es una serie entretenida, ideal para ver en maratón: tiene 10 capítulos y cada uno dura 20 minutos, en un par de sentadas ya está vista. Cumple con su objetivo y entretiene, hace reír y por momentos también emociona, o por lo menos lo intenta. Mención aparte merece la canción original compuesta por Miranda! para los títulos, una melodía que el espectador va a tararear por días y que acompaña una animación estilo 8 bits. Según Hernán Guerschuny, productor ejecutivo y co-creador, tienen material para varias temporadas y esta primera deja todo listo para una próxima, aunque todavía no hay nada confirmado. Así que por ahora, pueden darle play a la primera.
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