Mirada Distribución reestrena en cines locales La Dolce Vita, el clásico de Federico Fellini (8 1/2, Amarcord). La película, remastarizada en impecable 4K, podrá ser disfrutada en el Arte Multiplex, Atlas Patio Bullrich y Cines del Centro Rosario.
Marcello Rubini es un desencantado periodista romano, en busca de celebridades, que se mueve con insatisfacción por las fiestas nocturnas que celebra la burguesía de la época. Merodea por distintos lugares de Roma, siempre rodeado de todo tipo de personajes, especialmente de la élite de la sociedad italiana. En una de sus salidas se entera de que Sylvia, una célebre diva del mundo del cine, llega a Roma. Cree que ésta es una oportunidad inmejorable para conseguir una gran noticia y, en consecuencia, la perseguirá por las noches por diferentes lugares de la ciudad.
Marcello Mastroianni, el alter ego del realizador, encabezó un equipo frente a cámaras que se completó con Anita Ekberg, Anouk Aimée, Yvonne Furneaux, Alain Cuny, Nadia Gray, Annibale Ninchi, Magali Noël, Lex Barker, Jacques Sernas, Adriano Celentano e Ida Galli, entre otros. Fellini escribió el guion junto a Tullio Pinelli, Ennio Flaiano y Brunello Rondi. La Dolce Vita se llevó la Palma de Oro a la Mejor Película en el Festival de Cannes de 1960, en tanto que estuvo nominada a cuatro Premios de la Academia -se ganó el de Mejor Vestuario-. Su reconocimiento internacional, no obstante, no impidió la censura local y se la prohibió en Italia, así como en otros países del mundo -en España la autorización para estrenarla llegaría recién en 1980-.
Con sus casi 3 horas de duración, La Dolce Vita es uno de los grandes títulos del cine italiano, uno cuya temática resuena al día de hoy. Paparazzis y socialités se entrecruzan por las calles de una Roma cargada de hipocresía. Marcello, con sus aires de periodista serio, no puede dejar de rodearse de este tipo de sujetos, artificios de una supuesta vida dulce pero de sabor amargo. Amantes fugaces, amistades por conveniencia y la fatua búsqueda de algo real, cuando en verdad no se quiere abandonar ese círculo vicioso y vacío. Los días y noches de Marcello se tornan cada vez más dramáticos, y nunca está más solo que cuando está más rodeado de personas. No se la pierdan.