Algunas líneas sobre I Lost My Body

Una mano cortada se escapa de un laboratorio con un objetivo crucial: volver a encontrar su cuerpo. A medida que avanza por los escollos de París, recuerda su vida con el joven al que una vez estuvo apegado… hasta que conocieron a Gabrielle.

I Lost My Body, Perdí mi Cuerpo, Netflix, Jéremy Clapin

Encontrarse con propuestas cinematográficas de buena factura en estas épocas no es nada fácil. Recursos visuales, musicales y una historia que los una en forma asombrosa resulta esperanzador, para una década que comienza y para el arte; ya sea manifiesto en una oscura sala o en nuestra casa, ahí en la ya no subestimada televisión.

Después de encontrarme cara a cara con Whetering with you, hermosa propuesta nipona, me hallo frente a la también animada J’ai perdu mon corps (I Lost My Body), de Jérémy Clapin y Guillaume Laurant, el co-guionista de la siempre eterna Amelie; y sería absurdo no gritar o entonar el nombre del compositor Dan Levy.

Historia, música e imágenes se hibridan en forma impresionante, llevándonos a ver el relato de una mano cercenada buscando su dueño, y al joven Naoufel asistiendo en cuerpo y alma a un presente duro, visualizando en flashbacks un pasado de amor, de deseos y esperanzas quebradas por la realidad. Una que lleva a nuestro increíble personaje a querer tomar las riendas de su destino inspirado en el amor; el amor a Gabrielle, a ratos tan fría, a ratos tan interesante.

I Lost My Body, Perdí mi Cuerpo, Netflix, Jéremy Clapin

I Lost My Body es un viaje, es una búsqueda, es un poema visual lleno de metáforas de lo que se deseó y lo que se tiene, de abandonar los miedos y afrontar lo que viene. El joven repartidor de pizzas devenido en ayudante de carpintería, por la clara búsqueda del amor. Su realidad, como sus sueños del Polo Norte, van de la mano con sus deseos musicales de niño o su odisea al espacio, abstraído de la vida al amor. Él mismo dice a su musa no ver nada, ni oír nada… «la lluvia no hace ruido; como si el mundo estuviera muerto».

No hay que pasar por alto las referencias a El Bueno, el Malo y el Feo y El Mundo según Garp, no son gratuitas para historia tan profunda. Su final es su final; porque la película es realmente un viaje de encuentro y no puede ir mas allá. Es Naoufel y la vida misma; porque es una fábula de la existencia. Bien lo dice el protagonista: «¿y si engaño al destino que hago?»

8 puntos

 

 

 

 

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