Crítica de Avengers: Age of Ultron

Cuando Tony Stark trata de dar arranque a un programa de pacificación, las cosas salen muy mal y los héroes más poderosos del planeta se deben enfrentar al peligroso Ultron mientras el destino de la humanidad pende de un hilo.

Avengers: Age of Ultron

Avengers: Age of Ultron es una pieza clave dentro del armado de Marvel Studios, con lo que la presión sobre Joss Whedon para entregar un film satisfactorio era grande. A diferencia de la primera, una convergencia de todas las entradas en la Fase 1 cuyo objetivo era la puesta en marcha de la Iniciativa Vengadores, esta debe ser considerada un punto de partida. Y como una piedra angular en la disposición de un Universo Cinematográfico, la película debe cumplir en forma individual y en relación a un todo. No es una tarea fácil el encarar un proyecto de tamaña dimensión, que aborde a tantos personajes a la vez y que pretenda darles desarrollo y nuevos caminos mientras se lidia con la amenaza de turno. En ese sentido se trata del film más ambicioso del estudio a la fecha. Y su director hace una labor notable en timonear tamaña nave por la ruta deseada, consiguiendo una secuela a la altura de la original.

En su gran armado, Marvel ha tenido algunas producciones fallidas, más que nada en la primera fase. Captain America: The First Avenger y Thor fueron meras introducciones para The Avengers, ejemplos de que no se puede pensar solo al servicio del panorama amplio. Avengers: Age of Ultron no puede ser totalmente libre, sino que debe servir como la guía que ponga a sus personajes centrales en los rumbos que se explorarán durante la Fase 3. Y si la primera se concentró en alcanzar la unidad de un equipo de personalidades dispares, esta pone el ojo en las grietas imposibles de ocultar, aquellas que parecen agrandarse cada vez más con el correr del tiempo. A diferencia de la larga introducción de la del 2011, esta continuación ya comienza con los héroes más poderosos de la Tierra en plena acción. Ya saben trabajar juntos, uno puede depender del otro para que cuide su espalda y abundan las oportunidades para que el fuerte de uno se fusione con el de su compañero para tener mayor efecto.

La batalla de Sokovia contra los soldados de von Strucker es una notable apertura, que permite mostrar los nuevos recursos técnicos de los Vengadores y la solidaridad de equipo que adquirieron en la anterior, a la vez que introduce a los gemelos Maximoff y enciende en Tony la chispa del nuevo conflicto. Captain America: The Winter Soldier, en clara utilización de un tópico candente de la actualidad, puso su foco sobre el control preventivo de amenazas y la ética difusa en pos de la seguridad nacional. Stark ve con buenos ojos la posibilidad de instalar una armadura alrededor del mundo, un plan que va en la línea de lo que HYDRA. deseaba pero con menos intenciones de asesinato masivo. El programa Ultron se desarrolla en silencio, un secreto que solo comparte con Bruce Banner, porque se sabe cuál será la opinión del equipo. Es una rasgadura en la unidad de los Vengadores que no hará más que agrandarse, especialmente cuando este robot de inteligencia artificial ponga en marcha su plan para acabar con la humanidad.

Desde el primer minuto es evidente que las apuestas se han aumentado considerablemente en esta continuación. Hay más personajes, más acción, una mirada más global y, si bien la amenaza es interna -el villano no es extraterrestre-, el peligro tiene un mayor alcance por la posibilidad de la destrucción generalizada desde el interior. Avengers: Age of Ultron no busca romper la fórmula de éxito que el propio Whedon ayudó a diseñar. No es que tratará de ser un thriller político como la segunda Captain America o una ópera espacial como Guardians of the Galaxy, es un proyecto que transpira el estilo del realizador por cada poro. La comedia tiene una presencia enorme como a lo largo de toda su carrera, mientras que también se permite adentrarse en terrenos serios sin ser solemne. Cada Vengador acarrea sus propios traumas y el director encuentra la forma de exponerlos sin sobrecargar la trama o resentir la narrativa. Cada uno de estos héroes la pasa mal en esta continuación… a excepción de Hawkeye, claro.

Es evidente que Whedon se tomó a pecho la limitada participación de Jeremy Renner en la primera, por lo que se puso frente a la tarea de convertirlo en protagonista. Esta secuela le da peso al personaje y entidad dentro del equipo, a la vez que se le construye toda una historia personal desconocida incluso para sus compañeros. A costa de Clint Barton tiene menos desarrollo el Pietro Maximoff de Aaron Taylor-Johnson –bastante más serio que el presentado en X-Men: Days of Future Past-, que es compensado al mostrárselo como parte de un dúo con su hermana Wanda (Elizabeth Olsen), que tiene más presencia. Para concluir con los personajes nuevos, hay que destacar la introducción e inclusión de The Vision (Paul Bettany) a la mezcla. A diferencia de lo que la campaña publicitaria parecía indicar, su participación no es un simple cameo y cada decisión que se toma en torno a él lo pone en dirección a ser uno de los mejores personajes de esta continuación.

Del mismo modo, el Ultron de James Spader también se consagra como uno de los grandes villanos dentro de un Universo Cinematográfico que no sobresalió en esa área. Es cierto que su humor y agudeza son demasiado para un robot… por más inteligencia artificial que haya, es el actor que interpreta una vez más a ese tipo de personaje que ha hecho por años. Sin embargo su carisma se impone por sobre lo demás y ayuda a establecer a este enemigo de un poder y alcance prácticamente ilimitado, capaz de moverse de un lugar al otro del mundo en un segundo, que siente, razona y que llegó a la conclusión lógica de que la humanidad debía ser exterminada.

El elenco se sabe que es de primer nivel y cada uno trae lo mejor que tiene a la mesa. Hay mucha química entre todos y está repleto de escenas como la famosa del shawarma. Una y otra vez están todos reunidos bajo el mismo paraguas, sea en una fiesta, en un refugio, en un avión o en pleno combate. Se complementan y ha quedado demostrado que trabajan mejor juntos, por lo que se necesitan cerca. Así la incorporación de «extraños» se hace más sencilla, hay diferencias entre todos pero en su esencia son un grupo.

Como se ha manifestado, las apuestas más altas llevan a que todo crezca. De Sokovia a Nueva York, de allí a Wakanda, de vuelta a Europa del Este, la acción se mueve por el mundo con combates cada vez más grandes e impactantes. El estilo no es de cuerpo a cuerpo como el mostrado por los hermanos Russo en The Winter Soldier, son ejércitos que luchan contra ejércitos en secuencias espectaculares que explotan en la pantalla, a veces con demasiado en escena como para que se pueda apreciar en su totalidad pero sin apabullar al espectador.

Avengers: Age of Ultron es una revisión del pasado, presente y futuro de sus protagonistas. De orígenes que hace tiempo no se tocan (la época de Stark en la industria armamentística) o que nunca se abordaron (los de Black Widow), de una actualidad que los encuentra con serios cuestionamientos internos sobre lo que cada uno hace y con una mirada hacia lo que se viene y lo que cada Vengador quiere hacer. El sólido y dinámico guión de Whedon hace que la acción se mantenga bien arriba durante sus 140 minutos, en los que prácticamente no se pierde su ritmo.

Esta secuela es un paso fundamental en el armado del estudio, sin embargo no se sobreexigió su alcance. Por ejemplo, hay una decisión del realizador de no incluir cameos de futuros héroes a modo de introducción, así como tampoco se plantean líneas argumentales paralelas que los Vengadores podrían encarar en sus próximos films individuales -algo asomar con Thor y es lo que menos funciona-. Whedon hace la secuela que se necesita, sin poner toda la carne en la parrilla. Hace un film capaz de sostenerse por su cuenta, pero con suficiente desarrollo de sus personajes como para que las decisiones que tomen a futuro empiecen a cobrar sentido. Confiado en la fórmula que ayudó a perfeccionar, añade algunos ingredientes en términos de conflictos y agranda el paquete con más personajes, acción y sentido del humor. Y antes de despedirse del Universo Cinematográfico por un tiempo, entrega la secuela que sabíamos podía hacer.

8 puntos

 

 

 

 

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