Crítica de The LEGO Movie / La gran aventura LEGO

Emmet es una minifigura LEGO promedio, completamente ordinaria, que sigue todas las reglas, quien es erróneamente identificado como la persona más extraordinaria y la clave para salvar el mundo en una grandiosa misión que detenga al malvado villano, el Señor Negocios.

The Lego Movie, Phil Lord, Chris Miller

La dupla Phil Lord y Chris Miller sigue haciendo desmanes en la comedia. Primero fue en 2009 con la excelente película de animación Lluvia de Hamburguesas, una inesperada y cálida propuesta para toda la familia, aunque los que más la disfrutaban eran los adultos, que captaban todos los chistes y guiños cinéfilos. No contentos con haber pateado el tablero de las producciones infantiles, en 2012 arremetieron con la remake de 21 Jump Street, un suceso de crítica y público que catapultó a la estratósfera a otra pareja de cuidado, Jonah Hill y Channing Tatum. Personalmente estaba excitado de ver qué harían con la secuela de su primer hit, pero los muchachos eligieron un proyecto fresco y no repetirse a sí mismos, y así es como surge La gran aventura LEGO un festín animado arrollador que promete convertirse en un clásico de culto de acá a unos años.

Bajo el comando de la historia general de Lord y Miller, y el guión altamente azucarado de Dan y Kevin Hagelman, la trama de esta comedia nos lleva a conocer a Emmet, un constructor nada especial, un ciudadano lleno de energía que un buen día se ve inmerso en una carrera por salvar su mundo y otros parecidos de las garras de un villano llamado Señor Negocios, un empresario con dos caras, como no podría ser de otra manera. No sólo el argumento tiene dejos y toques claros a Matrix y otras símiles de elegidos, sino que toda la historia es un gran homenaje a muchas películas, un combo explosivo que a pesar de tomar influencias de varias fuentes aun así logra tener una fuerte identidad propia.

Y si hablamos de identidad propia, no se puede dejar de mencionar la combinación entre animación stop motion y CGI en la creación de los diferentes subniveles de coloridos y frenéticos mundos LEGO, donde todo está absolutamente hecho de ladrillos de plástico y hasta el agua, el fuego o los disparos son diminutos bloques encastrables. La gran aventura LEGO no le teme a dejar en evidencia que es una gran propaganda de marketing de la marca danesa, ni tampoco satirizar a un mundo consumista donde el personaje principal tiene como una de sus aficiones principales beber café de elevado precio. El guión es filoso y totalmente inesperado, lleno de cameos y pequeñas apariciones que son una delicia, todo condensado en una hora y media que se pasa rapídisimo y tiene tantas bromas por segundo que recuperar el aire entre una y otra se torna tarea casi imposible. Es una pena que no llegue al menos una versión subtitulada con las más que apropiadas voces de Chris Pratt, Elizabeth Banks, Morgan Freeman, Liam Neeson y muchos otros más, pero el doblaje neutro es simplemente adorable y se predispone a muchos de las bromas originales.

La gran aventura LEGO es una colosal demostración que todavía se puede innovar en el campo de la animación y que también se puede hacer comedia indefensa y apta para todo público sin tener que recurrir a humor subido de tono o maldiciones. Diversión para toda la familia y una firme contendiente a llevarse el Oscar a Mejor Film Animado en 2015.

10 puntos

 

 

 

 

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