Tras explotar la taquilla en 2009 con Paranormal Activity, Oren Peli se llamó a tareas de productor para el resto de la saga y no escribió ni dirigió nada hasta firmar de su puño y letra el capítulo doble inicial de la pobre serie The River. Con Chernobyl Diaries vuelve a crear una historia en la que la locación lo es todo, pero en la que la trama, tan usual como repetida, atrasa en lugar de innovar.
La historia comienza entonces cuando el joven Chris viaja con su novia y una amiga a través de Europa para visitar a Paul, su hermano, la oveja negra de la familia, quien los invita a hacer un poco de turismo extremo al visitar las ruinas de lo que fue el peor desastre ecológico de los años \’80. Como siempre, no todo sale como uno lo esperaba y lo que prometía ser un viaje inolvidable… bueno, se convertirá en un recorrido para el recuerdo para este cuarteto de americanos y una pareja noruegoaustraliana.
El director ingresante Brad Parker trabaja muy bien con la estupenda y tenebrosa locación de Prypiat, un escenario único e irrepetible, nunca antes visto en una película de terror. Lamentablemente, es pobremente utilizado con un argumento que se limita a copiar otros ya vistos. Básicamente, estamos viendo un refrito de The Hill Have Eyes (la original o la excelente remake) pero en Chernobyl. La gran mayoría del metraje (increíblemente, fuera del territorio del found footage, bastión de guerra por excelencia de Peli) se encarga de aislar a los protagonistas y enfrentarlos a situaciones límite. Por desgracia los sustos llegan tarde y en pequeñas dosis, por lo cual la situación no llega a escalar a su máxima expresión y termina con una explicación innecesaria y, además, bastante agarrada de los pelos. Poco y nada puede hacer el elenco para remar este bote haciendo aguas: incluso con ciertos veteranos del género (Ingrid Bolsø Berdal, Jonathan Sadowski, Nathan Phillips) las relaciones entre ellos apenas si se sienten convincentes, y menos aún a la hora de transmitir el horror en carne propia a la audiencia.
Aún con una premisa intereante y una locación excelente y novedosa, Chernobyl Diaries no puede dejar de sentirse como un déjá vu del género, demasiado corto y carente de originalidad.
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