The Man Who Killed Don Quixote ya tuvo su estreno en ciertas regiones del mundo, pero eso no implica que el camino de este «film maldito» haya concluido. Sí, Terry Gilliam (Brazil, Twelve Monkeys) pudo finalmente llevar adelante su proyecto pasión después de casi dos décadas y ocho intentos fallidos previos, pero todavía está inmerso en una batalla con uno de sus ex productores. Mientras tanto la película continúa su recorrido mundial, pero sin acercarse a Estados Unidos o los cines de Latinoamérica. Y el director quiere asegurarse que la campaña publicitaria sea lo mejor que pueda ser y vía Facebook reveló una serie de geniales afiches, con el pedido al público de que elijan su favorito. ¿Cuál prefieren ustedes?
Jonathan Pryce (Brazil, Game of Thrones) y Adam Driver (Star Wars: The Last Jedi, Silence) son los que encabezan el equipo frente a cámaras, el cual se completa con Olga Kurylenko (Quantum of Solace), Stellan Skarsgård (Avengers: Age of Ultron), Joana Ribeiro (A Uma Hora Incerta), Eva Basteiro-Bertoli (Pa Negre), Óscar Jaenada (Cantinflas, Pirates of the Caribbean: On Stranger Tides), Jordi Mollà (Criminal, In the Heart of the Sea), Sergi Lopez (El Laberinto del Fauno, Dirty Pretty Things) y Rossy de Palma (Mujeres al Borde de un Ataque de Nervios).
Escrita por Gilliam junto a Tony Grisoni, quien también firmó Fear and Loathing in Las Vegas, entre otros títulos del realizador, supone un giro moderno y satírico a la novela «Don Quijote de la Mancha». Cuenta la historia de un iluso anciano que está convencido de que es Don Quijote y confunde a Toby, un ejecutivo publicitario, con su fiel escudero Sancho Panza. La dupla se embarca en una bizarra travesía, saltando hacia adelante y atrás en el tiempo, entre el siglo XXI y el mágico siglo XVII. Gradualmente, igual que el infame caballero, Toby se ve consumido por el mundo ilusorio y es incapaz de distinguir sus sueños de la realidad.
Fue en el 2000 cuando el cineasta estuvo más cerca de concretar esta versión libre de la obra de Miguel de Cervantes, cuando se inició la filmación con Johnny Depp como un publicista que se convertía en Sancho Panza. El documental Lost in La Mancha detalló las numerosas dificultades que el rodaje atravesó, hasta que finalmente fue abandonado. Lo que siguió fue una larga batalla para poder hacer avanzar a The Man Who Killed Don Quixote, que todavía hoy no le da respiro al cineasta. Amazon Studios tenía sus derechos de distribución pero dio un paso al costado en plena disputa legal, previo al debut mundial que hizo en el Festival de Cannes.