Crítica de Re Loca

Taxistas, vecinos molestos, jefes dictatoriales, familiares egoístas, suegras, ex parejas, maridos vagos… Toda esa gente que día a día te enloquece. ¿Y si pudieras mandarlos al carajo? Un suceso inexplicable va a lograr que Pilar finalmente pueda hacer eso que todos soñamos pero no nos animamos a llevar adelante.

Tu vida no es lo que esperabas, tu jefe no tiene idea de lo que haces y le da tu trabajo a una chica 20 años más joven, tu mejor amigo se casa con una mujer que odias, tu marido es todo menos la persona de la que te enamoraste y no te sale una. Todos aprovechan tu personalidad pusilánime para pasarte por encima y nunca respondes, por más que lo deseas. Simplemente no está en vos… Pero una noche en la que ya no das más, alguien te dice que podés cambiar. Que haciendo un simple conjuro vas a poder decir y hacer todo lo que se te cruce por la cabeza. Natalia Oreiro no se vuelve Re Loca, simplemente se cansa del rol que estaba teniendo en su propia vida y decide hacer algo al respecto de una forma divertida, original y que, por momentos, va a conmover a la audiencia.

Martino Zaidelis dirige esta adaptación de la chilena Sin Filtro, de 2016. La actriz interpreta a Pilar, una mujer saturada por todo lo que le pasa y su incapacidad de hacerle frente o responder de alguna manera. Fernán Mirás es el marido que no la deja dormir por sus ronquidos y que jamás hace nada en la casa, Diego Torres es el mejor amigo con el que tiene un pasado y que está a punto de casarse con Gimena Accardi, una controladora obsesiva que la detesta. Al jefe que la menosprecia lo interpreta el cómico Radagast y Malena Sánchez es la youtuber que representa todo lo que ella no es y que está a punto de quedarse con su trabajo. Todas estas son interpretaciones muy bien logradas y entretenidas pero que, en algunos casos, podrían haber sido más explotadas. Maia, el personaje de Sánchez, es el mejor ejemplo de esto. Su participación se siente cortada y podría haberle aportado mucho más a la historia.

Una noche, saturada y cansada, Pilar se encuentra con un hombre que le dice que haciendo un conjuro ella puede empezar a decir todo lo que se le cruce, volverse una persona que no es. Hugo Arana encarna a esta versión del guía espiritual, ya muy conocido en el cine. Al otro día, después de haber seguido las instrucciones, se despierta y manda a todos al carajo. La película está llena de momentos muy divertidos, los insultos que recibe la mayoría de las veces provienen de hombres y apuntan a su género como mayor crítica. Las respuestas son las que todas alguna vez quisimos dar pero que casi nunca nos animamos, transmite una sensación de empoderamiento en muchas de las escenas y ver algo así en cine se agradece siempre.

La resolución del conflicto se siente un poco simple, pero la película funciona de todas formas. Es una comedia divertida, genuina y Natalia Oreiro hace una interpretación excelente con la que todas las mujeres se sentirán, aunque sea en un momento, identificadas.

estrella4

 

 

 

 

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