Steven se encuentra atado, sin recordar mucho de lo que hizo con su cama llena de arena y con algunos problemas para conciliar el sueño. Sí sabe que llega tarde a su trabajo como empleado en el museo de Londres, donde sus compañeros no parecen tenerlo muy en cuenta. Con algunos lapsos mentales, aparece de repente en una aldea sin entender cómo pero con sangre en sus manos y metido en muchos problemas tras ser perseguido por Arthur Harrow (Ethan Hawke) y sus fieles perseguidores.
¿Cómo logra defenderse de todo eso? Pues hablando consigo mismo a través de los espejos, pero del otro lado del reflejo está Marc, con su aspecto pero con otro acento y sin los amables modales del otro. Sin embargo, a través del vidrio tienen la solución: tomar una capa blanca, vestirse con telas propias de las momias y convertirse en Moon Knight.
La nueva serie de Disney+ y de Marvel lleva el nombre del ascendente antihéroe creado en las viñetas por Doug Moench y Don Perlin y que llega a las pantallas gracias a Jeremy Slater (The Umbrella Academy) con seis capítulos que se colocan en la fase 4 del universo cinematográfico de la editorial. ¿Quién está detrás de Steven y Marc? No otro que el gran Oscar Isaac.
Desde la previa dicho proyecto se posicionaba en otro lugar al que llega por montones durante estos años del universo, sin la necesidad de apariciones de otros personajes para interactuar ni con el tono que tiene la mayoría. El terror –algo que también se destacó con el arribo de Sam Raimi para la secuela de Doctor Strange– era una de las posibilidades o, por lo menos, un tono más oscuro producto de las características de los personajes. Eso logra visualizarse en el accionar del protagonista, donde no parece ahorrarse violencia ni muertes, más allá de que algunas escenas de acción brillan por su ausencia.
Pero esto último queda a un lado si pensamos que una de las principales peculiaridades que tiene el caballero de la luna es el tema central de la miniserie, y es un punto a destacar. Ya desde el tratamiento, hasta las vueltas de tuerca que le dieron los diferentes directores de los seis episodios, no puede pasarse de largo para que sea una temática que interpele al público y que genere una problematización de manera clara. Que sea una característica que afecte al héroe enriquece al mismo, presenta el tema desde otra perspectiva –desde una visión menos perversa- y da entidad sobre la cuestión.
Puede ser que la palabra “héroe” sea un adjetivo simplista para este personaje, quien cuenta con muchas dualidades y contradicciones no siempre presentes en aquellos que aparecen como los buenos de la historia. En este caso también quedan reflejadas las oposiciones internas dentro de él, que a lo largo de la serie va por un sendero de muchos cambios y diferentes percepciones.
Ante semejante complejidad, el trabajo del actor guatemalteco se tiene que destacar, principalmente a la hora de llevar adelante las diferentes fases que presenta el (¿o los?) protagonista(¿s?); desde cambio de acento hasta de personalidad. Isaac tiene su revancha en el género tras la decepcionante X-Men: Apocalypse y esta vez se posiciona como uno de los personajes más interesantes por sus vertientes que queda en el universo de superhéroes
Otro semblante que se destaca en la nueva historia de Marvel pasa por las justificaciones a los actos de cada uno de sus personajes. Por el lado del protagonista, tanto sus cuestiones personales como su transformación en Moon Knight no es porque sí ni tampoco para hacer el bien, sino que está atado a mandatos divinos y que responden a Jonsu, el Dios que acompaña a los caminantes viajeros que también presenta sus dualidades y se problematiza sobre sus acciones.
En el plano de lo místico, la serie sabe llevar bien el rol y la explicación de los Dioses como de sus avatares, sin avasallar ni llevarse puesto otras cuestiones para complementarse de manera armoniosa. Al igual que en Wandavision, el anteúltimo capítulo deja a un costado esto para avocarse en Marc y Steven y sus recorridos, llevando al público a lugares y cambios de ritmo no esperados.
Si pensamos con respecto a los motivos de los personajes, el caso de Harrow no queda atrás: Hawke brinda un gran trabajo y le da una brisa de misterio a lo largo de la historia para el líder, donde sus motivos quedan expuestos, en un debate moral que genera la disputa con semejanza a las de Civil War II. Sin embargo, el villano –a pesar de que en este caso la línea es más borrosa- siguen siendo un pendiente de la editorial, ya que puede pasar al plano de lo olvidable más allá del trabajo actoral. Algo similar sucede con la compañera de Steven, Layla (May Calamawy), quien no necesariamente deja con ganas de conocer más a pesar de que complementa bien la aventura y se aguanta sólidamente sus apariciones sin la necesidad de los otros actores.
Por último, la contextualización sin ser descollante logra dar un aire fresco al universo para posicionarse en otro punto del globo, con algunas buenas locaciones de Egipto y que responden a lógicas e idiosincrasia de la región, donde se sobresalen escenas en los techos de El Cairo o en el mismo desierto.
Moon Knight logra posicionarse entre las mejores series de Disney+, donde cumple con lo que promete y trata de otra manera la violencia y crudeza sin llegar a ser revolucionario dentro de la empresa, algo lógico teniendo en cuenta al público apuntado y poder ser amplio en su consumo –algo en lo que no escatimaron las series de Netflix, por ejemplo-. Sin embargo, el rol de Isaac y su correcta elaboración en su búsqueda lo deja muy bien parado.