¿De qué va? Una pareja sin hijos descubre un misterioso recién nacido en su granja de Islandia. El potencial de crear una familia les trae mucha alegría, pero también podría destruirles.
¿Qué demonios es eso? Felicidad. A24 vuelve con una mezcla de horror y drama en una historia familiar muy peculiar.
La propuesta de A24 de este año con la que se llevó el premio a Mejor Película en el festival Sitges y perturbó a más de uno en su estreno en Cannes, es una película que no parece tener una clasificación propia, ¿horror? ¿suspenso? es una mezcla de todo, con toques bizarros y surrealistas, toques perturbadores, un poco de drama y hasta puede llegar a generar compasión. Pero es que desde que vimos el trailer ya teníamos una idea temprana de que no sería algo convencional y, precisamente, lo que encontramos es una historia original e impredecible.
María (Noomi Rapace) en Ingvar (Hilmir Snær Guðnason) son una pareja que vive aislada en su granja rodeada de un hermoso y frío paisaje donde se ganan la vida criando ovejas. En su profunda monotonía, encuentran un día algo muy peculiar en una de las crías que suelen tener en su corral, un cordero diferente, a simple vista solo podemos ver su rostro que es como cualquier otro cordero, pero ellos han visto algo más y no dudan en arroparlo y meterlo con ellos a su casa. A partir de este momento su vida ya no es solo de ellos dos, sino que empiezan una vida de «familia» junto a Ada, como bautizan al cordero que ahora tratan como su hija. Pero Ada no es un cordero, tampoco es un humano, y ante las imágenes de ella vistiendo ropa y su forma antropomorfa causa un cierto rechazo al principio como espectador, es perturbador pero con el tiempo resulta hasta bello y llega a ser adorable en algún momento.
Tal como vemos que sucede también con su tío Pétur (Björn Hlynur Haraldsson), el hermano de Ingvar que llega de visita inesperadamente, y vaya que él también se lleva una sorpresa. Con total normalidad le presentan a Ada y él simplemente no puede creerlo. Se sienta con ellos a comer a la mesa y actúa como una niña, camina, hace gestos, entiende lo que dicen pero su rostro y una de sus patas es de cordero. ¿Qué demonios es eso? le pregunta a su hermano con incredulidad y hasta molestia y él con total tranquilidad le contesta: Felicidad. Felicidad, dice Ingvar, uno de las principales temas que trata es precisamente de eso, la felicidad entre lo extraño y algo que nos parecería a todos totalmente alucinante y hasta terrorífico para ellos parece ser algo normal, es felicidad. ¿Cómo pudieron llegar a ese punto? más adelante se nos explica por un pequeño detalle que la pareja al parecer ha perdido a una niña antes, de nombre Ada por supuesto. El deseo de ser padres puede ser más fuerte que cualquier cosa, de apaciguar la soledad y la tristeza que se puede percibir entre ellos. Una pareja que está rota sin duda, pero con esta criatura en sus vidas encuentran una nueva razón, un nuevo comienzo ¿pero a costo de qué?.
Con una fotografía increíble se destaca la atmósfera de la película. Podemos admirar los bellos panoramas del hermoso país como nos han presentado siempre a Islandia. No tenemos muchos diálogos, todo transcurre lento, sombrío, con solo apenas tres actores en los que recae la historia, destacando por supuesto Noomi Rapace con una excelente actuación que nos envuelve entre ese halo de tristeza y melancolía de su mirada y los pequeños retazos de felicidad que le da Ada, y por otro lado los celos maternales y posesivos que no la detienen al momento de deshacerse de aquello que parece ir contra su nueva felicidad.
Sin duda Lamb es una apuesta diferente, se arriesga y gana. Hay que aceptar que no está cerca de ser mejor que Midsommar, The Witch o The Lighthouse, algunas de las mejores producciones con las que ha destacado los últimos años A24, pero sin duda apostó de manera acertada en el director Valdimar Johannsson con su primer largometraje, uno que no dejará indiferente a la audiencia. Los que esperan genuinamente una historia de terror podrán sentirse satisfechos, porque si bien no encontrarán una como tal, el terror de Lamb es diferente, nos transporta un poco a las historias nórdicas, cuentos europeos o fábulas bíblicas donde se hablaba de seres mitológicos con los que humanos se encuentran en algún momento causando terror y desastre.
Lamb quizá no sea una película para todos pero sí es totalmente disfrutable, la premisa debió habernos dicho algo: un cordero mitad humano, no es normal pero deja esa sensación de que sí lo es.
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