Pocos nombres logran mover tanta gente al cine que, sin importar la calidad de la película, el presupuesto quede cubierto. Y claro, que en casi todos los casos resulte un éxito millonario internacional.
Will Smith se presentó al mundo en los ’90, lo conquistó en la década siguiente y sigue disfrutándolo en la actualidad. Aunque claro que por cada tanque haya algún que otro tropezón en el camino.
Así que por el estreno de Bad Boys for Life, no hay nada mejor que repasar la carrera -y los números de varias cifras- que cosechó uno de los nombres más importantes y exitosos dentro de la industria del cine.
PRÓLOGO EN BEL AIR
Antes de la actuación, Willard Carroll Smith Jr rapeaba como The Fresh Prince junto a su amigo DJ Jazzy Jeff. Para el ’88 ya habían ganado un Grammy en la categoría de rap y cada día vendían más discos. Lamentablemente, Smith no supo manejar tanto dinero e incumplió el pago de sus impuestos, por lo que el Servicio de Impuestos Internos le cifró una deuda de 2,8 millones de dólares que tuvo que pagar con bienes personales.
Casi en la quiebra, en 1990 firmó con la NBC por un salvavidas y trampolín al estrellato en forma de sitcom. The Fresh Prince of Bel Air rompió todas las expectativas del canal. Aunque debutó con unas críticas no tan favorables, el recibimiento de la gente ante tramas realistas y el humor fresco y rápido del Príncipe del Rap condujo a un éxito televisivo que duró seis años. No sin antes hacer de él un candidato perfecto para los tanques cinematográficos.
BAD BOYS
No hay forma de pasar de la tele al cine así como así. Antes del ’95, Smith ya había aparecido en tres películas, dos fracasos que ni siquiera recaudaron el presupuesto (Where the day takes you y Six Degrees of Separation) y una que pasó sin pena ni gloria (Made in America). Sumando todas, la creciente estrella se llevó en esos dos años 650 mil dólares. Casi el 25% de lo que ganaría con su próximo trabajo.
Su gran racha en taquilla empezó con Michael Bay y la idea de una de acción (y mucha comedia) con los protagonistas de las dos sitcoms del momento. Sin las mejores críticas, Bad Boys sorprendió en los cines. Con un costo de 19 millones de dólares, recaudó en todo el mundo más de 140 M. Con un pago millonario y el anuncio de su alto rendimiento internacional, lo bueno recién empezaba para la incipiente estrella.
INDEPENDENCE DAY
¿Qué mejor que una invasión extraterrestre para que el mundo terminara de enamorarse de Will Smith? Más que nada porque nunca está de más ver cómo Estados Unidos se arma solito para enfrentarse a naves espaciales y salvar al planeta entero con tantas explosiones que pondrían celoso a Michael Bay. Con esa premisa más vale que Día de la Independencia iba a ser un suceso global.
Para su estreno en 1996, llegó a ser la segunda película más taquillera de toda la historia. Con unos módicos 75 millones de dólares, armaron y filmaron un tanque con un patriotismo tan exagerado e imposible de odiar que resonó y triunfó en todos lados. Solo en Estados Unidos, ganó más de 300 millones. Si le sumamos el resto del mundo, la recaudación llega a 817 M. El responsable del icónico Capitán Steven Hiller se llevó 5 M junto al corazón de la gente, que había entendido que aliens + Will Smith era una fórmula que garantizaba entretenimiento pochoclero.
MEN IN BLACK
El blockbuster pasado había dado que hablar, así que para la industria fue fácil idear su reemplazo. Ya con su sitcom terminada, el teléfono sonó para protagonizar la adaptación de un cómic -en ese entonces no tan popular- en el que una agencia secreta protegía a la Tierra de los extraterrestres, quienes en su mayoría convivían en armonía disfrazados de humanos.
Para sorpresa de nadie, otro éxito consecutivo. Con un Tommy Lee Jones perfecto y el humor que había mantenido desde el principio, Hombres de Negro fue suficiente para llamar al público durante el verano norteamericano y nuevamente ganar dinero de a montones. El presupuesto de 90 millones se quedó atrás con una recaudación mundial de casi 600 M. Habiendo cobrado lo mismo que en Independence Day, y ya con su nombre e imagen definitivamente consolidada, nada parecía poder parar a Will Smith.
WILD WILD WEST
La seguidilla de victorias rotundas siguió con Enemy of the State, un thriller de acción del director de Top Gun, que costó 90 millones y embolsó mundialmente 250 M, con el que pudieron pagarle a Smith su salario de 14 M. Como estrella que no paraba de crecer, la ambición lo llevó a rechazar el papel de Neo en The Matrix para acompañar al director de Men in Black en su siguiente proyecto: un western steampunk.
Finalmente la prensa dijo “esto ya es demasiado” y marcó su primer gran traspié. La crítica la enterró viva, mientras que la audiencia prefirió gastar su entrada en Keanu Reeves y la película que el otro había dejado pasar. Así y todo, Wild Wild West pudo cubrir su presupuesto de 170 millones de dólares -una barbaridad- con unos 220 M de los cuales 7 fueron para él. Existió una ganancia, pero fue una de las pocas veces que el relevante y hasta entonces infalible nombre de su protagonista no pudo lograr el éxito.
THE LEGEND OF BAGGER VANCE
Sí Wild Wild West había puesto en duda el star power de Will Smith, esto casi la mata. Robert Redford se acercó con la idea de contar la fantástica historia de un caddy que ayuda a un golfista en decadencia a mejorar su vida. Con la promesa de 10 millones como paga, rechazar la oferta parecía imposible.
Dirigida por el mismísimo Sundance Kid y con Matt Damon como compañero, el panorama era mucho más prometedor. Increíblemente, The Legend of Bagger Vance fue un desastre en taquilla, ya que de los 80 millones que costó hacer, solo recaudó en total poco más de la mitad. Las decisiones del ex Príncipe del rap iban de mal en peor, pero lejos de desmotivarse tenía en claro que la nueva década vería más de él. Y no solo en tanques.
ALI
Ya tenía millones, Grammys y reconocimiento mundial. Parecía tenerlo todo, pero Will Smith quería más: probarse como un actor dramático. Aunque ya había tenido la ocasión de hacerlo, la primera gran oportunidad le llegó de la mano de Michael Mann para encarnar a una de las figuras más importantes de la historia afroamericana: Cassius Clay. El gran Muhammad Ali.
Orgulloso representante de su cultura, Smith aceptó (el cheque de 20 millones) y dio los primeros indicios de que podía hacer más que caras graciosas y hablar rápido. Una actuación que no pasó desapercibida y fue reconocida por la Academia, ya que lo nominaron como mejor actor para los Oscars en 2001. Un mimo que de poco le sirvió a Ali, que recaudó solo 97 millones, en contraste a su presupuesto de 107 M. Nominación en el historial y ya tres fracaso seguidos, era hora de que la carrera retomara su curso original.
MEN IN BLACK II
Poco original y arriesgada la idea. Hacer una secuela del mega éxito que fue Men in Black era la mejor forma para cortar con la mala racha y recordarle al mundo por qué lo habían amado desde un primer momento. Y si, el traje de negro le quedaba mejor.
No buscaban reinventarse ni nada nuevo, y se notó. Men in Black II fue más de lo mismo: aliens, chistes, acción y el Agente J haciendo sus caras. Una fórmula infalibe que costó 140 millones y se embolsó casi 450 M. Aparte de cobrar 20 M, Will Smith no fue ningún tonto y agregó como condición para su regreso recibir el 10% de lo acumulado en la taquilla. El Príncipe había vuelto.
BAD BOYS II
¿Así que una segunda entrega de un blockbuster pasado era todo lo que hacía falta? «Que no se diga más», dijo Michael Bay. Lejos de no entender cómo funciona la audiencia, reunió por segunda vez a los dos humoristas y les ofreció 20 millones a cada uno, solo que el actor de las orejas de oro también pidió el 20% de la recaudación. Todo arreglado, secuela en orden y éxito asegurado.
Con el estreno, llegaron incluso peores críticas pero mejores resultados. El presupuesto ya era otro, comparado a los 19 millones de la original, Bad Boys II costó 130 millones de dólares; que obviamente recuperó mundialmente con casi 275 M. Una jugada brillante de Will Smith que sirvió para refrescarle al mundo que no hay nadie como él para los tanques de la pantalla grande.
I, ROBOT
Para el siguiente gran éxito de taquilla, un clásico literario. La novela de Isaac Asimov que toma como referencia está situada en un futuro en el que la presencia de los robots ha abarcado cada espacio del ser humano, tanto que han empezado a traspasar los límites de la robótica. En idioma cinematográfico, una sci-fi de acción.
Acompañado del talentoso Alan Tudyk, I, Robot cumplió (hasta ahí) con las expectativas de la crítica y de los espectadores. En parte a sus increíbles efectos especiales y su intrigante historia, pero de más está decir que la participación de Smith aportó lo suyo, o de lo contrario el sueldo no habría sido 28 millones de dólares. Tuvo un presupuesto de 120 M, que sin problemas superó al acumular más de 350 M en todo el mundo.
SHARK TALE
2004 fue un gran año para DreamWorks. Por un lado estrenaron Shrek 2, una secuela perfecta que expande el universo original así como incorpora nuevas problemáticas a los ya conocidos personajes. Por el otro, reunieron un gran elenco de reconocidas estrellas y las pusieron a hacer doblaje de voz para otra película animada; una mucho peor. Liderando la batuta, el incomparable Will Smith.
Angelina Jolie, Robert De Niro, Renée Zellweger, Jack Black e incluso el legendario Martin Scorsese. Si Shark Tale costó 75 millones, fue definitivamente por los salarios de sus actores. Una historia pésima incluso para un público infantil y animación de mala calidad para un estudio tan grande. Pero incluso con forma de pez, el star power probó su valor y el bodrio cosechó internacionalmente 350 millones de dólares. Una locura.
THE PURSUIT OF HAPPINESS
Con Hitch en 2005 se comprobó que hasta en las comedias románticas tenía éxito (costó 70 millones, ganó 370 M), por lo que finalmente todo había vuelto a la normalidad: Will Smith era otra vez una estrella rentable mundialmente reconocida. Y por segunda vez, las ganas de protagonizar un drama serio y demostrar su valor como actor pudieron con él. Para ello, interpretó a Chris Gardner, un empresario millonario que en sus comienzos era un hombre indigente en busca de trabajo, que también cuidaba a su hijo.
Al ser el rol más dramático de su carrera hasta ese momento, se animó a ir con todo e involucró a su verdadero hijo, Jaden Smith, para hacer la película incluso más fuerte y realista. La noticia se esparció, el mundo pestañeó y The Pursuit of Happiness se convirtió en un éxito increíble. Con un presupuesto de 55 millones de los que 20 fueron derechito para el protagonista, recaudó 163 M en Estados Unidos y casi 310 M en total.
I AM LEGEND
¿Acaso alguien dijo otra adaptación de una novela clásica establecida en un futuro distópico con una de las estrellas más rentables y famosas de Hollywood? “Eso podría salir muy bien”, opinó Francis Lawrence, quien además de dirigir Constantine había trabajado con el Príncipe del Rap para grabar más de un videoclip. Con los derechos del libro de Richard Matheson, en el que un hombre sin nada más que su perro como compañía sobrevive en una Nueva York desolada y repleta de peligrosas criaturas que salen por la noche, se pusieron manos a la obra para otro blockbuster.
A pesar de haber tenido críticas poco favorables tuvo el estreno más grande de diciembre dentro de Estados Unidos. 250 millones en la taquilla doméstica y una recaudación global 585 M para un presupuesto de 150 M. Fue todo lo que la gente quería ver: Will Smith solo casi toda la película contra una especie de zombies mortales. Tal vez la polémica por la que es bastardeada por críticos y fanáticos de la obra original es el final, que se distancia abismalmente de la conclusión literaria. Pero como quienes se quejaron ya habían pagado su entrada de cine, Soy Leyenda fue otro gran triunfo comercial.
HANCOCK
Justo antes de que el MCU arrancara con Iron Man y las películas de superhéroes fueran casi un monopolio de Marvel, llegó a los oídos del actor la idea de encarnar a un súper atípico. Sucio, imprudente, violento y desarreglado; perfecto para un personaje tan profundo como cómico.
Lejos de ser el típico film donde se enfrentan “el bueno” contra “el malo”, Hancock se centra en la redención del héroe. Pero para llegar a eso, claro que pasan peleas y situaciones humorísticas para que la audiencia pueda disfrutarla más allá de la profunda temática. Aprovecha su idea y complace a los espectadores, así que no es sorpresa que haya recaudado casi 630 millones de dólares, destrozando su costo operativo total de 150 M.
MEN IN BLACK III
Tras el muy leve éxito de su oscar bait Seven Pounds, otro drama profundo que se desempeñó aceptablemente en la taquilla (170 millones contra el presupuesto de 55 M), en 2008 llegó al casi imparable actor la hora del descanso de la actuación. Aunque en 2010 fue productor de The Karate Kid -protagonizada por su hijo- no fue hasta 2013 que volvió a ponerse frente a cámara tras una oferta que no pudo rechazar.
Por 20 millones, volvería a vestir el traje para viajar al pasado y ayudar a un joven Agente K (Josh Brolin nunca tan bien puesto) a detener a otro villano extraterrestre. De igual forma que en la entrega anterior, hace más de lo mismo pero con un nuevo concepto. Una fórmula irresistible para la gente, que sabía que estaba comprando la entrada con la idea de ver una película de sci-fi con acción, comedia y su actor afroamericano favorito. La más cara de la saga, Men in Black III costó 225 M y recaudó en todo el mundo casi 625 M. Por suerte, acá Smith finalmente aprendió la lección y no estuvo para el fiasco que fue Men in Black International.
AFTER EARTH
M. Night Shyamalan tenía ganas de seguir un poco más con su racha de malas películas y buscaba padre e hijo que protagonizaran su siguiente bodrio. No requirió mucha ciencia para pensar en Will y Jaden Smith, cuya última colaboración había sido un éxito y con el pasar de los años había ganado más popularidad entre la gente. ¿Que podía malir sal?
Odiada por todos lados: la dirección, la trama, el guion y las actuaciones. “De los peores blockbusters de ciencia ficción del verano”, la llegó a llamar la prensa norteamericana. Mucho bardo y pocos aplausos, pero si algo hizo After Earth fue demostrar ya definitivamente que incluso años después de su pico en el estrellato Will Smith movía tanta audiencia sin importar las críticas. De lo contrario, no habría recaudado casi 245 millones en contraposición a su presupuesto de 130 M.
CONCUSSION
A tal fracaso le siguió un simple -a escalas de mega estrellas de Hollywood- film de crimen y romance. Con una Margot Robbie que no se iría muy lejos de su vida, Focus a duras penas pudo ser un éxito neutral, tanto en crítica como taquilla (158 millones contra 50 M). Fue entonces que las ganas que cada tanto le aparecen a Will Smith de hacer carrera para ganarse un Oscar volvieron. Y haría todo lo posible para conseguirlo.
Concussion cuenta la historia del Dr. Bennet Omalu, quien descubre que los jugadores de fútbol americano sufren y llegan a morir por diferentes daños cerebrales que reciben durante la normal rutina de juego. Aunque dio una fuerte e impactante actuación, Smith se quedó con las manos en los bolsillos ya que ni siquiera lo nominaron. Respecto a la película, la crítica no acompañó y por la falta de una historia que pudiera increpar a los espectadores apenas por 13 millones pudo cubrir su presupuesto de 35 M.
SUICIDE SQUAD
Ocho años después de Hancock, el mundo había cambiado radicalmente respecto a las películas de superhéroes. Marvel ya estaba por cerrar su segunda fase mientras que DC se desesperaba por hacer en la menor cantidad de tiempo posible lo que su competencia había hecho en años. Con el foco en la oscuridad y los antihéroes, llevar a la pantalla grande al equipo de diversos criminales bajo el mando del Gobierno se leía perfecto en papel. De todas formas, todavía necesitaban nombres fuertes para llamar la atención. ¿Qué actor famoso y querido podría hacer de uno de los villanos no tan malos que lideran el grupo? Por 20 millones, se consiguieron a su salvación.
Con la compañía protagónica de su ex compañera Margot Robbie y dirigido por David Ayer, tenían la difícil tarea de remontar la mala imagen que había quedado por Batman v Superman un año antes. Una vez estrenada, el resultado fue todo lo contrario: un desastre plagado de pésimos chistes, un diseño que quiso ser demasiado, personajes mayormente olvidables y malas decisiones como lo fue el Joker de Jared Leto. Así y todo, DC respiró otra vez porque entre tanto abucheo, Will Smith era rescatado como lo mejor y más entretenido de la película. Suficiente como para superar las expectativas: casi 750 millones en todo el mundo, contra un costo de producción total de 175 M.
BRIGHT
Una vez superado el mambo de jugar al actor dramático que solo busca hacerte llorar en Collateral Beauty, un pésimo y exagerado drama solo rescatado en taquilla por él (88 millones contra un presupuesto de 36 M), Smith fue seducido con 20 M por la N roja para encabezar el próximo proyecto de su reciente compañero de equipo, David Ayer.
Con una premisa fantasiosa -una buddy cop en la que un policía humano y su compañero orco deben detener a las fuerzas del mal para salvar a Los Ángeles- y un buen cheque, Will Smith no pudo negarse a ponerse Bright al hombro y cargarla por las dos horas que dura. El diseño y los efectos estuvieron a la altura, pero la pésima trama poco hizo por el bien de la película. Al ser una original de Netflix y no haberse estrenado en cines, no existen cifras reales de cuál sería su porcentaje de ganancia, pero ya que aparentemente fue uno de los films más vistos dentro de la plataforma en su año es seguro decir que cubrió los 90 millones que costó hacerla.
ALADDIN
Hace años que Disney insiste (y triunfa comercialmente) con los live action. Por eso es que para su remake de su clásico Aladdin necesitaban a alguien que pudiera, como mínimo, llegar a los talones de la magnífica e icónica interpretación del Genio de la lámpara de Robin Williams. Bajo la idea de retener ese humor actual a pesar de la época en la que se sitúa, había que contratar alguien que fuera gracioso, amado y talentoso. Y sí, más vale que Will Smith era la obvia elección.
El resultado final no fue bueno. Las primeras imágenes del Genio ya adelantaba una abominación de efectos digitales, pero no eran nada en comparación al total de la película. A pesar de las memorables musicales, los cambios realistas bien implementados y cada tanto algún que otro buen chiste, el horrendo espectáculo visual es casi insalvable. “Will Smith brilla en el rol que salva el remake”, se leyó de una forma u otra en más de un medio internacional. Así como Williams lo había hecho en 1992, Smith fue suficiente para que la gente se entretuviera y comiera pochoclos. Uno de los más grandes éxitos de Disney en los últimos años, ya que con un presupuesto de 183 M rompieron las expectativas y superaron los mil millones de dólares.
GEMINI MAN
Una buena y una mala en un mismo año, típico de él. Así como fue a lo seguro con Disney, quiso arriesgarse un poco más con la propuesta de Ang Lee de hacer la gran The Irishman y rejuvenecerse digitalmente para interpretar a un mismo personaje en sus dos versiones: una vieja y otra joven.
La trama es tan simple como eso: un sicario de élite que debe enfrentarse a su propio clon. Normalmente para una premisa así de estúpida, lo único por lo que tienen que preocuparse por hacer bien son las secuencias de acción, pero Ang Lee quiso complicársela con una historia que falla en ser atrapante. Los efectos especiales cumplieron los mínimos requisitos a los que la prensa y audiencia está acostumbrada, pero sirvieron de poco y nada contra tiroteos y persecuciones aburridas y mal dirigidas. Will Smith hizo lo que pudo en una actuación desastrosa, pero sería injusto culparlo a él por adecuarse a un mal guion. De todas formas, de no haber sido por él, su paso por la taquilla pudo haber sido diferente, ya que Gemini Man apenas pudo cubrir su presupuesto de 138 millones con una recaudación que deja 50 M de ganancia.
EPÍLOGO EN HOLLYWOOD
A febrero del 2020 si vas al cine encontrás dos películas exitosas con Will Smit: Spies in Disguise y Bad Boys for Life. Ambas ya consiguieron recuperar el costo que salió cada una y siguen en cartelera; aunque claro, la animada no puede compararse con el regreso de una de las duplas de policías más famosas del cine reciente.
El futuro es acorde al patrón de toda su carrera. Para este año volverá a probar suerte en el drama con King Richard, donde interpretará al padre y entrenador de las tenistas Venus y Serena Williams. En cuanto a los blockbusters a los que nos tiene acostumbrados, le espera supuestamente para el 2021 Bright 2; y más adelante Bad Boys 4.
Como la carrera de la gran mayoría de actores, Will Smith tuvo aciertos (multimillonarios) y fracasos (que podrían haber sido peores). Desde joven le agarró rápido la mano a la industria del entretenimiento, y aunque se ha puesto en duda sus elecciones en más de una oportunidad, los números hablan por sí solos y demuestran que hay muy pocos como él para la taquilla.
¿Será que es uno de los genios del cine que supo adaptarse a lo que la gente le pedía o es un actor con una gracia que repite una y otra vez sin preocupación por la calidad del resultado final?